
Las recientes negociaciones de paz para Ucrania han evidenciado nuevas fisuras entre las potencias involucradas, tras el rechazo de Rusia a la contrapropuesta europea, apenas un día después de que Ucrania y los países europeos lograran suprimir de la propuesta inicial estadounidense aquellos aspectos que consideraban inaceptables. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, se mantuvo firme en la primera versión del plan trazado por Estados Unidos, considerada excesivamente favorable a Moscú por parte del gobierno ucraniano y la Unión Europea (UE).
En el primer borrador se contemplaban puntos de discordia como la retirada de las tropas ucranianas de las áreas aún bajo su control en el Donbás y restricciones a la futura incorporación de Ucrania a la OTAN.
Según el asesor internacional del Kremlin, Yuri Ushakov, en declaraciones recogidas por la agencia rusa Interfax y durante una rueda de prensa en Moscú, “el plan europeo, a primera vista, es absolutamente no constructivo, no nos conviene”. Ushakov señaló que, aunque muchos de los puntos del plan estadounidense resultan “bastante aceptables” para Rusia, considerarían una revisión del borrador con la colaboración de las partes ucraniana, estadounidense y europea.
La iniciativa respaldada por Reino Unido, Francia y Alemania fue presentada en Ginebra con el objetivo de limitar las demandas territoriales rusas y ampliar las garantías para Kiev, y pretendía alterar elementos centrales de la propuesta lanzada por Washington la semana precedente. En concreto, la alternativa europea proponía negociar el estatus territorial a partir de la línea de contacto vigente, eliminar de los textos cualquier reconocimiento a la soberanía rusa sobre zonas de Jersón y Zaporiyia, y modificaba la postura sobre la eventual adhesión de Ucrania a la OTAN, dejándola en manos de los Estados miembros.
Un aspecto clave remarcado por la UE fue la negativa a que 100.000 millones de dólares en activos rusos congelados sean gestionados en proyectos de reconstrucción liderados por Estados Unidos, así como el rechazo a reintegrar de manera inmediata a Rusia en el comercio internacional, optando por un levantamiento paulatino de sanciones.
Desde el domingo en Ginebra, negociadores ucranianos y representantes estadounidenses trabajaron sobre el documento original estadounidense, al cual lograron suprimir “todo aquello que iba en perjuicio de la OTAN y la UE”, afirmó el jefe de la diplomacia alemana, Johann Wadephul. Según declaró este lunes, el texto resultante se habría reducido a 19 apartados frente a los 28 iniciales, aunque no se ha precisado públicamente cuáles de las propuestas europeas fueron incluidas finalmente en el acuerdo marco.
Durante la jornada, el presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, mantuvo contacto con sus principales aliados europeos para coordinar la estrategia ante los próximos pasos en las conversaciones de paz. Zelensky anunció que esperaría un informe detallado de la delegación negociadora a su regreso a Kiev.
Interviniendo desde Luanda, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, reafirmó el apoyo al respeto de la integridad territorial de Ucrania y el derecho del país a definir su futuro sin imposiciones externas, mientras que el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, remarcó la necesidad de avanzar hacia una paz sostenible.
Por su parte, el presidente estadounidense, Donald Trump, a través de su red Truth Social, aseguró que “algo bueno podría estar sucediendo” en esta fase de negociaciones para poner fin al conflicto, aunque instó a la cautela ante la complejidad de los disensos aún vigentes.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, calificó las discusiones del fin de semana como “las más productivas hasta ahora”, coincidiendo con Kiev en que cualquier acuerdo “debe respetar plenamente la soberanía de Ucrania”.
Mientras Moscú sostiene su rechazo a cualquier planteamiento que desvirtúe sus demandas sobre seguridad y territorios, en especial las referidas a la expansión de la OTAN, la dinámica en Ginebra dejó en evidencia la persistencia de diferencias sustanciales entre los actores internacionales directamente vinculados al futuro de Ucrania.
(Con información de EFE, Europa Press y Reuters)