Cuando los turistas descienden de los cruceros en Montevideo, el primer lugar que visitan es su barrio histórico, la Ciudad Vieja.

Cuando un turista llega al puerto de Montevideo lo primero que se encuentra es la Ciudad Vieja, el casco histórico de la capital de Uruguay. Es habitual iniciar una recorrida por sitios icónicos como el Mercado del Puerto, pero desde hace varios años el barrio se ha vuelto una zona que carece de iluminación y que tiene varios inmuebles abandonados. Y a esto se le suma los problemas de seguridad de los que se quejan los comerciantes.

Estos reclamos fueron presentados por un grupo de comerciantes ante una Comisión Especial de Seguridad y Convivencia de la Cámara de Diputados. Francisco Rodríguez, un hotelero de la zona, señaló ante parlamentarios que la seguridad es un “problema siempre latente” en el lugar y advirtió que estas situaciones perjudican al turismo. “Sin seguridad no hay turismo, y no me refiero solo al turismo, sino también a los visitantes”, advirtió. Rodríguez señaló que a los problemas de inseguridad se le suman los de la limpieza.

“Tiene que haber una señal para todos los operadores que demuestre que hay interés de parte del gobierno, para que no solo el turismo sino también los visitantes y los uruguayos vuelvan a tener el casco histórico como algo con la importancia que tiene”, dijo el empresario en esa comisión del Parlamento.

La Ciudad Vieja, el casco histórico de Montevideo (Intendencia de Montevideo)

A ese ámbito también concurrió Rodrigo Bueno, el director del proyecto Distrito del Globo, de capitales argentinos y españoles, que busca “levantar el casco histórico de Montevideo”, según sus palabras. Este ejecutivo expresó su preocupación por la “sensación de inseguridad” que se genera en la zona cuando cae la noche, un momento en el que empiezan a “haber personas en situación de calle o con problemas de adicciones”.

“Yo no creo que la zona sea tan insegura, pero me parece que hay una sensación de inseguridad y eso ha apartado no solamente a los turistas de la noche del casco histórico, sino también a los propios uruguayos”, señaló.

Andrea Robaina tiene un comercio en la zona del Mercado del Puerto hace once años. La mujer lamentó que no hay efectivos en la calle y que la seccional policial del lugar no tiene recursos para hacer “un patrullaje cuerpo a tierra”. Consideró que la solución es “el patrullaje de a pie” y contó que en la zona no se ven policías. La empresaria cuestionó las estadísticas de seguridad porque cree que no reflejan la realidad de esa zona porque los turistas no suelen presentar una denuncia cuando sufren un hecho delictivo.

El Café Brasilero, en el casco histórico de Montevideo (EFE/ Federico Anfitti)

“El problema diario es la convivencia, el espacio que ellos ocupan y el hecho de que estén sueltos en la calle. Nosotros recurrimos a la Intendencia [de Montevideo] y resulta que no pueden fiscalizar los permisos de cuidacoches que dan. Tenemos gente que va dos horas y amedrentan a las personas, las hostigan, generan un problema real. También se pelean entre ellos muchas veces con cuchillos delante de la gente. Eso no forma parte de la estadística”, relató Robaina.

Esta comerciante también contó que las personas que viven en la calle “les sacan la comida del plato” a los turistas que están en restaurantes. “Son cosas ridículas que uno no se imagina vivir aquí ni como turista en otro país”, criticó.

Ricardo Agis es otro de los empresarios de la zona que está preocupado. Hace 37 años apuesta a la Ciudad Vieja, pero se plantea si vale la pena seguir: ante los diputados expresó que la seguridad y la limpieza de la zona ha provocado que la rentabilidad baje.

Para graficar el problema de la zona contó una anécdota de ese mismo día: “Hoy, por ejemplo, para poder abrir tres de mis comercios tuve que sacar a una persona que estaba durmiendo en la puerta. No creo que merezca eso como comerciante. Entonces, necesitamos un apoyo”.