
Ubicada en las Barrancas de San Isidro, se trata de una de las construcciones más impactantes de su época, por la belleza de su edificio, de su jardín y de la gruta dedicada a la Virgen de Lourdes.
La quinta, propiedad de la familia Bemberg-Elortondo, fue donada en 1936 al Arzobispado de Buenos Aires, con la finalidad de establecer un preseminario, el Instituto Vocacional San José, dirigido por las Hermanas de la Virgen Niña.

Ese preseminario se convirtió en el “curso introductorio”, conservando el patrocinio de San José, en el que los aspirantes al sacerdocio de la arquidiócesis transitan el primer año en el discernimiento de su vocación.
El libro, escrito por la arquitecta Marcela Fugardo, el sacerdote Juan Pablo Ballesteros y el abogado, historiador y patrimonialista Oscar Andrés de Masi, reconstruye la historia de la quinta Elortondo-Armstrong desde su origen como residencia veraniega familiar a su reconversión en establecimiento de formación religiosa, e incluye los aspectos arquitectónicos, paisajísticos y artísticos, a lo largo de sus 328 páginas.

El libro “Un legado espiritual en las barrancas de San Isidro: historia y memoria de la quinta Elortondo-Armstrong” fue presentado en el auditorio del CUDES (Centro Universitario de Estudios) del barrio de la Recoleta, con la presencia de sus autores. El prólogo de la obra fue confiado al cardenal emérito y ex arzobispo de Buenos Aires, monseñor Mario A. Poli.
La mesa de presentación fue moderada por el doctor Roberto Bosca, director académico del Instituto de Cultura del CUDES, quien planteó a los autores grandes líneas temáticas a abordar. Previo a ello, destacó las notas de correcta escritura y pulcritud general del libro, su vasto aparato crítico de notas, así como la tarea de cuidada edición de la editorial Ágape, de conocida presencia en el mercado bibliográfico local.

La primera cuestión, explicada por el padre Ballesteros (ex director del Instituto Vocacional San José), versó acerca de la condición del lugar, que tras ser una antigua quinta de ocio y recreo en San Isidro, se convirtió en espacio de formación y discernimiento de los futuros sacerdotes de la arquidiócesis, creando allí el Instituto Vocacional San José en 1968, sucediendo así al primer establecimiento escolar que funcionó en el lugar. Allí han pasado el primer año de su seminario prácticamente todos los sacerdotes de Buenos Aires, e incluso algunos de ellos, han llegado a la jerarquía episcopal, arzobispal y cardenalicia.

El P. Ballesteros destacó el clima de silencio, estudio y oración que se vive, cada día, en el Instituto Vocacional San José, celebrado la Santa Misa en la capilla privada y compartiendo momentos de camaradería, además del esparcimiento deportivo y las labores de cuidado de la casa y su enorme jardín.

Luego tocó el turno de hacer sus comentarios a la arquitecta Fugardo, coordinadora de Patrimonio Histórico de la Municipalidad de San Isidro y ex directora del Museo Beccar Varela, quien se centró en la figura de Isabel Armstrong de Elortondo, antigua propietaria de la casa, esposa de Federico Elortondo, y representante del ciclo histórico de las llamadas “matronas” argentinas, que vivieron gran parte de sus vidas en los tiempos de las guerras civiles y los destierros, y que se caracterizaron por sus obras de caridad.

En este punto, Roberto Bosca hizo una reflexión relativa, precisamente, a la virtud de la caridad, que en ciertos momentos pareció ser menospreciada en el catálogo de la ética cristiana. A ello añadió la arquitecta Fugardo que el funeral de Isabel Armstrong fue multitudinario y que monseñor Terrero, al despedir sus restos, enunció su santidad como laica. Ante lo cual Bosca recalcó ese anticipo del modelo de santidad laica que las damas de caridad supieron encarnar con su ejemplo de vida y que hoy es propuesto por la Iglesia como vía posible para alcanzar la plenitud de la vida cristiana.

La arquitecta Fugardo pasó luego a esbozar una semblanza de las Hermanas de la Virgen Niña, que se hicieron cargo del Instituto en 1936, cuando los descendientes de Otto Bemberg y Josefina Elortondo-Armstrong donaron, en memoria de sus padres, la casa y su jardín a la Iglesia Católica, merced a las gestiones del cardenal Copello.

El padre Ballesteros relató como, durante la redacción de este libro y sus indagaciones, se halló en el Seminario de Villa Devoto una bella imagen de la Virgen Niña, hecha en cera, que hoy ocupa un rincón “mariano” de la sala comunidad.

Por ultimo, el profesor De Masi explicó detalles de la casa castillesca y sus componentes paisajísticos, como modismos suburbanos dinamizados por las nuevas estéticas que trajo el ferrocarril, postulando el sitio como un ejemplo eminente de “patrimonio integral”, donde lo material dialoga con lo inmaterial, y donde la historia y el arte dialogan con el paisaje natural. Asimismo, se destacó la existencia de obras artísticas que adornan y equipan la capilla, obra del maestro argentino Guillermo Buitrago; y otras que pertenecieron a las colecciones del vecino Palacio Sans Souci.

Roberto Bosca dio cierre al acto de presentación, destacando la relevancia de figura del cardenal Copello -tantas veces denostado-, que supo obtener muchas ayudas de las familias ricas de Buenos Aires, para bien de la Iglesia y sus obras.

Al concluir la presentación, hubo un momento de saludos y conversación entre los autores y el público asistente, amigos y amigas del CUDES. Además, fueron adquiridos todos los ejemplares ofrecidos en venta por la editorial, con la premisa de que lo recaudado es destinado a contribuir con el Instituto Vocacional, ya que los autores han cedido sus derechos de regalías.

El acto contó, además, con el soporte visual de numerosas imágenes, de archivos públicos y privados, algunas de las cuales ilustran esta crónica.

FOTOS: gentileza P. Ballesteros, M. Fugardo, Instituto Vocacional San José y CUDES