
No hay reservas en el Banco Central y de ahí parecen desprenderse todas las discusiones económicas de los últimos días. ¿Otra vez? Otra vez.
El debate sobre las tenencias internacionales volvió a ocupar el centro del escenario mientras el Gobierno de Javier Milei anota opciones para pagar deudas (que no son estrictamente por medio de la acumulación de dólares en las flacas arcas de la autoridad monetaria) y en Washington, atento a los tiempos bilaterales que corren, el FMI se apresta a masticar bronca y firmar un nuevo perdón, waiver, para su principal deudor, su “cliente” más díscolo.
Así, las versiones están a la orden del día. The Wall Street Journal encendió alarmas el jueves cuando dijo que nunca llegará un desembolso de USD 20.000 millones que se esperaba que sea una suerte de mega-sostén de entidades privadas para complementar los otros USD 20.000 millones de swap del secretario del Tesoro de EEUU, Scott Bessent.
El propio Bessent había hablado de ese esquema, pero parece que los bancos dijeron que estaba todo bien si el Tesoro firmaba como garante, algo que no ocurrirá. Ayer el ministro de Economía, Luis Caputo, dijo que nada que ver, que nunca se estudió ese instrumento. Raro.
Sí llegarían, estimó el medio estadounidense (si las negociaciones con los bancos llegan a un buen puerto), unos USD 5.000 millones para pagar el vencimiento a bonistas privados de enero, primer paredón grande de cuentas a pagar en divisas. ¿Por qué no se paga esa “cuota” con los dólares del swap? Hay dudas, pero también teorías. Veamos.
Semanas atrás, en medio de las críticas del consenso económico al gobierno Milei por no aprovechar el contexto cambiario de fines de 2024 y comienzos de este año para comprar dólares para el BCRA, se vivieron momentos de verdadera zozobra, con el riesgo país que saltó –porque los bonistas calcularon que no habría fondos para pagar los próximos vencimientos de enero y mediados de 2026– y muchas dudas sobre el plan económico, e incluso sobre el equipo que maneja la economía local. Pero llegó el paraguas de Donald Trump, la Libertad Avanza arrasó en las elecciones de medio término y todo se calmó otra vez.
El Gobierno pudo acumular reservas, y no quiso. Ese proceso de fortalecimiento podría haber alterado el tipo de cambio y eso, a su vez, presionar la inflación, cuya reducción es la gran bandera de Milei. No es algo directamente proporcional: incluso en el último salto del tipo de cambio el pass through (pasaje a precios) fue reducido, quizás porque bajaron las ventas, por otros motivos o alguna combinación de ellos.
Hoy, según la consultora 1816, las tenencias netas, según la metodología de medición del FMI, son negativas en unos USD 16.000 millones.
Hubo euforia post electoral, incrementada por los constantes apoyos de EEUU, que materializó Bessent con el anuncio de swap y que reforzó la noticia del acuerdo comercial que comunicó la Casa Blanca. Ahora que comenzó a bajar la espuma, muchos economistas dijeron “es momento, se deberían acumular reservas”, con la vista en enero y un cronograma de vencimientos para 2026 que viene “cargado” y suma unos USD 20.000 millones, entre privados y FMI.
Como sea, otros vientos soplan en este fin de año y las necesidades apremian. ¿Va a recalibrar el Gobierno el programa económico? “Las bandas no se tocan”, dicen a coro los funcionarios, pero… el esquema actual que buscó mantener a raya tanto al dólar como a la inflación, también elevó las tasas de interés y se hizo sentir fuerte en la actividad.
Milei promete más reformas de las que estaban en carpeta (como impositiva y laboral) y augura turbulencias inminentes: “Abróchense los cinturones, van a haber muchas más reformas”, dijo el jueves en Corporación América.
Fondo y reservas
“Hemos enfatizado la necesidad de acelerar los esfuerzos de acumulación de reservas para ayudar a gestionar mejor la volatilidad y fortalecer aún más la confianza del mercado”, dijo la semana pasada la vocera del FMI, Julie Kozack.
Kozack habló de una “ventana de oportunidad” para hacerlo y dijo que sería prematuro de su parte comentar si Argentina incumplirá la meta de reservas. Esta ya fue revisada a la baja en julio, rige hasta el último día del año,se revisará en febrero y es prácticamente imposible de cumplir.
Según pudo saber Infobae, en los últimos días hubo insistentes consultas del FMI al Tesoro de EEUU por el swap a la Argentina. Los técnicos de Kristalina Georgieva quieren saber detalles sobre cómo computar ese pasivo en dólares del BCRA. La duda es si el tramo que se activó es de corto plazo o no: la metodología del FMI resta a las reservas brutas los pasivos en dólares que vencen en menos de un año.
En el Tesoro no respondieron, ni responderán. “Es un acuerdo entre países, el swap lo activa Argentina cuando quiere”, argumentan. Y habría dejado una recomendación muy clara: “Preparen un waiver”. Es el perdón que ya dio este año el Fondo y que daría en febrero otra vez por incumplimiento de la meta de acumulación de reservas.
Podría haber otro punto que inquieta en parte a Bessent & Cía: si la deuda se extiende por más de un año podrían necesitar la autorización por el Capitolio. Ya hubo tensiones por la ayuda política a Argentina y las elecciones en EEUU están a la vuelta de la esquina. Por otro lado, la histórica injerencia de ese país en el FMI es más concreta que nunca. Desde octubre, en la silla de segundo del organismo está sentado Dan Katz, quien fue hasta ese momento jefe de gabinete de Bessent. Lo que quiere -o no- el Tesoro ahora fluye mucho mejor en el Fondo que cuando el cargo lo ocupaba Gita Gopinath. Como sea, la preocupación entre los burócratas crece: ¿habrá una nueva reunión informal del directorio del FMI para tratar, otra vez, el caso argentino?
En ese póker entre el nuevo prestamista de última instancia y el beneficiario estaría también la respuesta de por qué no se paga los vencimientos próximos con el swap: EEUU no quiere problemas a mediano plazo. Y los bancos, sin garantías de Bessent, estarían dispuestos a dar una mano, pero con costos (que aún no están definidos) y por una cifra muy menor que la que se habló al principio.
¿Qué pasará?
Cálculos privados habían estimado que el BCRA debería comprar más de USD 9.000 millones antes que termine el año para cumplir el objetivo con el FMI planteado en la revisión de julio, cuando además ese target se había aflojado en USD 5.000 millones. Nadie en el gobierno tiene eso en mente, está claro. Quedó más que claro con recientes declaraciones del Presidente, de Caputo y del titular del BCRA, Santiago Bausili.
El jefe del Palacio de Hacienda desplegó el menú de opciones para pagar en enero: usar más del swap vigente con China o ampliar el tramo del nuevo con EEUU (del que ya se activaron unos USD 2.500 millones, según la consultora 1816), cerrar el acuerdo con bancos internacionales para conformar un préstamo y operaciones con bonos a corto plazo y hacer un nuevo repo con entidades. “Toto prefiere emitir deuda, se muere por que se den las condiciones para hacer, pero no se llega. Al menos a enero no llegamos”, confían en la Casa Rosada.
“Si hago rollover ese mecanismo de acumulación de reservas no tiene sentido de ser. No voy a estar saliendo a comprar dólares como un delirante y yo mismo generar un aumento del dólar, que es lo que pretenden muchos economistas que están comprados y perdiendo mucha plata”, dijo Milei en Neura días atrás.
O sea: si se sale a los mercados, no hace falta acumular. ¿Cuáles son las condiciones de emisión de nueva deuda internacional? Que baje el riesgo país. Esta semana rondó los 600 puntos, pero subió a 650 con el dato del Wall Street Journal. Debería bajar entre 150 y 200 puntos más. ¿Es posible? Luego de las elecciones cayó desde los 1.200 puntos de comienzos de octubre a estos niveles actuales. “El objetivo del programa actual no puede ser en sí la acumulación de reservas internacionales a cualquier costo, de manera que pueda poner en riesgo la estabilidad económica”, confirmó Bausili en un evento que organizaron los Amigos de la Universidad de Tel Aviv en el Hotel Alvear.
Esta semana, Analytica destacó que se espera que el Tesoro profundice la compra de dólares para afrontar los próximos vencimientos, mientras el BCRA busca recomponer reservas en línea con los compromisos asumidos ante el FMI. “El Gobierno se enfrenta a una disyuntiva: a) mantener la regla de bandas al 1%, priorizando la estabilidad nominal pero atándose a un techo del tipo de cambio que ya fue puesto a prueba; o b) optar por una flexibilización recalibrando las bandas y asumiendo un mayor riesgo de volatilidad de tipo de cambio y de precios”, dijeron en la consultora de Ricardo Delgado.
“Está el apoyo de EEUU y se esperan líneas de financiamiento para el año que viene, pero también están las vacaciones y el Mundial que van a demandar dólares. Meten la pata si otra vez deciden no comprar, como se estima hasta ahora. Dos veces el mismo error”, comentó un conocido economista que esta vez pidió off the record.
Diego Giacomini, economista y ex amigo de Milei, cree que el Gobierno ignoró las presiones y las metas del FMI porque Milei cree que la acumulación de reservas genera desequilibrios en el mercado cambiario y también en el monetario que terminan siendo inflacionarios. “Igual, va a tener que comprar algo, porque otra no le va a quedar. Pero Milei va a comprar lo menos que pueda para expandir los agregados lo menos posible, y va a comprar menos de lo que todo el sistema quiere que compre. Se metió en un callejón sin salida y con la manta muy corta”, agregó.
Los bancos internacionales también miran el proceso. Morgan Stanley cree que parece haber un enfoque en la acumulación de reservas de divisas, pero pasará “después de una eventual operación de gestión de pasivos que se está analizando”; y JP Morgan dijo que espera un esquema similar y resaltó que el Gobierno busca priorizar “el crecimiento económico y la remonetización”.
En Equilibra en tanto, coinciden en que no se va a llegar a la próxima meta del FMI. En cuanto a esta necesidad de acumular reservas, estiman que el Gobierno, de a poco, va diciendo que sí, pero se muestra bastante reacio a acumular vía compras del BCRA, con emisión. “El Gobierno teme hacer grandes compras desde el Central por presiones cambiarias e inflacionarias. Argentina necesita acumular reservas: aprovechando un ingreso de capitales fuerte por sector privado, provincias y, eventualmente, el sector público nacional también, si el riesgo de país sigue bajando, hay que recomponer, vía Tesoro o BCRA. No creo que sea inflacionario que lo haga el Central, porque hay un exceso de oferta de dólares. Además, es más rápido, más genuino y en épocas de vacas flacas ayuda a intervenir y hacer creíble el techo de la banda”, dijo Lorenzo Sigaut Gravina, uno de los fundadores de Equilibra.
Finalmente, desde el Ieral de la Fundación Mediterránea, ven que la acumulación de reservas tiene que ser consistente con los otros objetivos, por lo que el proceso está destinado a ser dosificado. “Tendría que ser con un régimen de flotación sucia con intervenciones puntuales. El problema es la sincronización con la política monetaria. Como tenemos un esquema de agregados y no de metas, la tasa es más volátil y eso complica la dinámica de acumular reservas y de hacer un rollover previsible de la deuda. La acumulación de reservas hace a la sustentabilidad de la política macro en el mediano y largo plazo”, afirmó Jorge Vasconcellos, economista jefe del Ieral.
Mientras tanto, Caputo y su equipo, afinan el lápiz para terminar de diagramar la estrategia que permita afrontar los próximos vencimientos de deuda externa.
Brotan rumores para todos los gustos. Confianza es una palabra clave que vuelve y vuelve a sobrevolar la golpeada coyuntura local. Como vuelven también la discusión sobre si hay que acumular reservas en el BCRA o no.