En la última emisión de La Noche de Mirtha, su clásico programa del sábado por la noche, Mirtha Legrand volvió a convertirse en el centro de todas las miradas no solo por el contenido de la mesa sino también por su impecable elección de vestuario. Fiel a su estilo sofisticado y a la tradición de brindar auténticos momentos de glamour en la televisión argentina, la diva apostó una vez más a los detalles y la elegancia para recibir a sus invitados y al público desde el emblemático set art déco.

Para la ocasión, Mirtha lució un vestido de la diseñadora Iara, íntegramente bordado con mini paillettes brillosas que crearon un efecto destellante bajo las luces del estudio. El fondo blanco del vestido se cubrió con rosas bordadas en tonos rosados, corales y verde agua, logrando una delicada armonía visual. El modelo, de falda larga y línea recta, resaltó por su caída impecable, el cuello ligeramente bote que enmarcó el escote y las mangas largas, bordadas hasta el puño. El trabajo minucioso del bordado artesanal convirtió la pieza en un tapiz de flores brillante que evocó el romanticismo clásico y la autenticidad de los looks más recordados de Mirtha.

El conjunto se completó con joyas que agregaron brillo sin sobrecargar: llevó pendientes con incrustaciones de pequeños diamantes, un anillo importante en la mano derecha y un delicado brazalete en la izquierda. Estos detalles aportaron un toque adicional de lujo y sofisticación, acompañando la paleta del vestido y el espíritu de la noche.

La Chiqui volvió a apostar por un vestido bordado de Iara

En cuanto al peinado, Legrand optó por su característico look: cabello rubio peinado en ondas con volumen y movimiento, peinado hacia un lado y perfectamente armado en la nuca. El maquillaje, como siempre, fue pulido y elegante: piel impecable, rubor suave en tonos durazno, labios rosados aterciopelados y una mirada enmarcada por delineado tenue y sombras neutras, junto con pestañas definidas pero naturales. El resultado, una imagen radiante, moderna y atemporal.

En el entorno art déco del set, con arreglos florales de gran porte y mesas perfectamente dispuestas, el look de Mirtha Legrand reafirmó su estatus indiscutible de ícono de la televisión argentina. Cada elemento del estilismo demostró su particular visión de la elegancia: sofisticada, romántica y atenta a los mínimos detalles en cada aparición pública.

El sábado, La Chiqui encendió las luces de La Noche de Mirtha a las 21:30. En el centro de la escena, la modelo Vicky Xipolitakis compartió espacio con la abogada y panelista Alejandra Maglietti. La vida de la chaqueña se vio sacudida en esos días: recientemente fue madre y, el viernes pasado, atravesó una verdadera tormenta. Su novio, el empresario Juan Manuel Lago, es dueño de una de las fábricas alcanzadas por el fuego que arrasó el polo industrial de la zona de Carlos Spegazzini, partido de Ezeiza.

Mirtha eligió todas joyas con brillantes (Prensa El Trece)

No estuvieron solas y la actualidad tuvo su espacio habitual de cada jornada. En esta oportunidad, el periodista Diego Cabot tomó la palabra para desglosar las novedades de la Causa Cuadernos, la investigación que desató uno de los juicios por corrupción más relevantes de la historia de Argentina.

La conversación también ganó en densidad e interés con la presencia del escritor Federico Andahazi, quien venía de conmover al público en el teatro del Complejo Cultural de Cipolletti, donde presentó su última novela, “Mares de furia”, en el marco de la Feria del Libro. Entre libros, relatos y evocaciones de la historia, la mesa de Mirtha se transformó en un espacio donde pasado y presente, fantasmas reales y de ficción, se fundieron en una noche de análisis, confesiones y emoción compartida, reafirmando una vez más su condición de epicentro del debate y la cultura nacional.