
El 13 de noviembre el billete de $20.000 cumplió su primer año en circulación. Se trata del papel de mayor denominación que circula por el país, pero su poder de compra no es tan alto como el que tenía cuando salió. Esto es algo lógico, teniendo en cuenta el avance de la inflación, que no es otra cosa que la pérdida de poder adquisitivo del peso.
Ahora bien, ¿cuánto poder de compra perdió? Eso depende del producto o servicio que se tome como referencia, pero un repaso de algunos precios sirve para tener una idea cercana del deterioro del billete de mayor valor.
El kilo de asado, por ejemplo, costaba $7.524 en noviembre de 2023, justo cuando “nació” el billete de mayor denominación. Eso quiere decir que con $20.000 se podían comprar 2,7 kilos con un solo billete. Un año más tarde, el valor del kilo de asado asciende a $11.776, según datos difundidos por el Indec, por lo que el mismo billete permite comprar sólo 1,7 kilos. En términos porcentuales, la depreciación es del 36%.
Es similar el resultado para otros cortes de carne. El kilo de cuadril pasó de $9.131 a $14.687 en el período analizado, lo que significa que se podían comprar 2,2 kilos a finales de 2023 y apenas 1,4 kilos en la actualidad.

Otras categorías de producto siguieron el mismo camino. Sirve de ejemplo el aceite de girasol de 1,5 litros, que en noviembre del año pasado tenía un valor de $3.296. En ese momento, $20.000 eran suficientes para comprar 6,1 botellas de ese producto. Hoy, en cambio, el valor promedio es de $5.012, de donde se desprende que se pueden adquirir 4 botellas con el mismo billete. La diferencia en ese caso fue de -38%.
En otros casos la diferencia es menor, pero también significativa. El kilo de pan francés tipo flauta tenía un valor de $3.041 en noviembre del año pasado, por lo que se podían comprar 6,6 kilos con $20.000. Hoy el precio de ese mismo producto es de $3.909 y el poder de compra del billete llega a 5,1 kilos (23% menos).
Combustibles y transporte
Fuera de los supermercados se pueden encontrar otros ejemplos. En combustibles, los números son claros. En noviembre de 2024 un litro de nafta súper costaba $1.077 en la Ciudad de Buenos Aires. Por lo tanto, $20.000 permitían cargar 18,57 litros. En la actualidad es más difícil determinar un precio, por que los valores varían según la estación, la hora del día y la demanda, pero en la mayoría de las bocas de expendio de CABA el litro de súper tiene un valor de $1.497. Así, con $20.000 en mano, se pueden cargar 13,36 litros. La diferencia es entonces de 5,21 litros, un número más que considerable. En términos porcentuales, la caída del poder de compra fue de 28%.

El gasoil no se queda atrás. Cuando los $20.000 salieron a circular por el país, el litro de ese combustible se vendía a $1.092 por litro en su versión más económica, de lo que se desprende que un billete alcanzaba para adquirir 18,31 litros. Pasados doce meses, el precio promedio que se encuentra en las estaciones de CABA es de $1.509 por litro. Con $20.000, entonces, se pueden comprar 13,25 litros, unos cinco litros menos.
La depreciación de los $20.000 se hace notar también en el transporte público. En noviembre del año pasado el boleto de colectivo más accesible del AMBA costaba $371,13. Desde hace unos días, el mismo boleto se vende a un precio de $494,83. De esta forma, el poder de compra del billete de máxima denominación bajó de 53,8 a 40,4 pasajes, un 24,9% menos.
En líneas generales, tomando como referencia los ejemplos mencionados, se puede concluir que los $20.000 perdieron un 30% de poder de compra en el último año. Por supuesto, lo mismo ocurrió con el resto de los billetes en circulación, solo que las demás denominaciones llevan más años perdiendo valor.