FOTO DE ARCHIVO-El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, entrega al presidente argentino, Javier Milei, un documento en un encuentro durante la 80ª Asamblea General de las Naciones Unidas, en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos. 23 dic, 2025. REUTERS/Al Drago

En la declaración conjunta sobre el marco de un acuerdo entre Argentina y los Estados Unidos, se deslizó que ambos países comenzarían a trabajar para normalizar el mercado de la soja. Pero quienes están al tanto en primera mano de las negociaciones deslizaron que podría traer complicaciones para la baja de retenciones y compartir información sobre las exportaciones.

«Argentina y Estados Unidos cooperarán para facilitar la inversión y el comercio de minerales críticos. Ambos países también acordaron trabajar para estabilizar el comercio mundial de soja“, destacaron en la declaración conjunta que dio a conocer el jueves por la tarde la Casa Blanca.

Lo que genera interrogante sobre qué se tratará y qué implicancias tendrá para los productores locales en un contexto internacional en donde la tonelada de soja superó los USD 400 en Chicago. En gran parte por las expectativas de que China le compre a los Estados Unidos.

A pesar de que en los funcionarios del Gobierno prima el hermetismo al tratarse de un acuerdo confidencial, según pudo saber Infobae, ya hubo diálogos informales con los sectores involucrados. “Trabajarán en intercambiar información sobre el mercado de soja”, comentó una alta fuente en off the record. Aunque deslizó que pese a esta intención, el comercio es entre empresas y depende de la oferta y la demanda.

A su vez, sobre la mesa de las negociaciones, estaría la baja de retenciones. “No quieren que Argentina implemente esquemas de beneficios que lleven a desplazar soja americana en China”, comentó. Ante la repregunta de Infobae sobre si eso no complicaría la baja de retenciones que tanto prometió el Gobierno al campo, reconocieron cierta dificultad para que ese deseo se concrete.

Una fuente que conoces los tecnicismos remarcó a este medio de que desde los 90s del siglo pasasdo Argentina intercambia información aduanera con EEUU. Washington cuenta con una Unidad de Transparencia Comercial para identificar tendencias mundiales y rastrear blanqueos de capital por vía comercial (TBML, por sus siglas en inglés) y hace análisis continuos de los datos de intercambio a partir de alianzas con unidades de transparencia comercial de otros países.

“Lo que pueden hacer es introducir una cláusula en ese intercambio para que el Gobierno argentino tenga que anticipar en caso de llevar a cabo medidas de baja de retenciones, como sucedió en septiembre”, comentó la fuente.

Al respecto, consultas de Infobae a fuentes oficiales del Ministerio de Economía y Cancillería no tuvieron respuesta oficial al cierre de esta nota. La tensión ya había quedado de manifiesto en los últimos días de septiembre, cuando las retenciones al agro bajaron por apenas 72 horas a cero y mientra el equipo económico negociaba con el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent asistencia financiera para frenar una ofensiva contra el peso. Esa movida apuró la liquidación de unos USD 7.000 millones.

Los farmers se quejaron al Tesoro de ayudar a un país que, vendiéndole soja a China, los estaba desplazando de ese mercado, y el propio Bessent salió a dar explicaciones. “Estamos trabajando con el gobierno argentino para poner fin a la exención fiscal para los productores de materias primas que convierten divisas”, explicó en su cuenta de X.

El viernes la tonelada de soja en Rosario cerro a 480.000.

Aunque en el país derivó en una tensión entre los productores y el Gobierno, ya que aseguraron que la medida lejos de beneficiarlos, lo único que hizo fue darle ganancias a las grandes cerealeras. Lo que derivó en un comunicado de la Sociedad Rural Argentina (SRA). “Según el relevamiento del IEEyNI de la SRA en base a los datos cargados en el SIO Granos hasta las 10:00h de hoy, los productores comercializaron en este período 6,2 millones de toneladas de soja, maíz, trigo, sorgo, cebada y girasol. Este volumen equivale a USD 2.277 millones a valores FOB, apenas el 33% de los USD 7.000 millones de DJVE establecidos como objetivo para la finalización del programa”, destacaron en su momento.

Según el último informe de balanza comercial, en septiembre se registró un superávit de USD 921 millones que se explicó con la medida de retenciones cero. En donde los “Productos primarios” colaboraron con USD 2.025 millones (variación interanual del 43%) y las exportaciones a China fueron USD 1.293 millones (v.ia. 201,7%).

¿Baja de retenciones?

A pesar de que tanto el presidente Milei como el ministro de Economía, Luis Caputo, aseguran que apuntan a bajar las retenciones a medida que el superávit fiscal lo permita, los números del proyecto de presupuesto 2026 expusieron que no sería en el corto plazo.

Para el próximo año, el Gobierno proyecta tener en los “Derechos de exportación” una suba de 100,4% anual en los ingresos respecto 2025, algo difícil de lograr con la nominalidad proyectada y con la intención oficial de no aumentar impuestos. Entre los economistas, la cifra no cierra para nada: implica un crecimiento enorme de las ventas al exterior o, en todo caso, una suba de la alícuota de las retenciones.

La semana pasada, frente a la expectativa que el Gobierno autogeneró con la reforma tributaria que enviaría en las sesiones extraordinarias, fue el propio Caputo quien aseguró que hay lujos que aún no nos podemos dar. «Nosotros en lo tributario a lo que queremos ir es a eliminar los impuestos más distorsivos que todos sabemos cuáles son. A nivel provincial, Ingresos Brutos, a nivel nacional, el impuesto al cheque, las retenciones, el impuesto a las Ganancias en las empresas que hoy nos hace poco competitivos respecto a otros países del mundo”, afirmó.

Con la última baja de retenciones que anunció Milei en el evento de la SRA quedaron para la soja en 26%; harina, pellets y otros subproductos de soja, 24,5%; aceite de soja: 24,5%; maíz, 9,5%; sorgo, 9,5%; trigo: 12%; girasol entre 4% y 5% según el producto; aceite de girasol, 4%; cebada forrajera, 9,5%; carne vacuna y aviar, 5%; y harina de trigo y malta, 5 por ciento.