El Ejército de Israel informó este jueves sobre nuevos bombardeos dirigidos a un depósito de armas y una infraestructura subterránea empleada por Hezbollah en el sur del Líbano.
Según el comunicado de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), estas instalaciones se situaban próximas a zonas habitadas, lo que, en palabras del ejército, evidencia el uso de la población civil libanesa como escudo en las operaciones del grupo chií.
Israel argumentó que mantiene estos bombardeos, intensificados en las últimas semanas, para evitar el rearme y la reconstrucción de capacidades de Hezbollah, debilitada tras la guerra del año anterior.
Posteriormente, las FDI, lideradas por la División 91 y utilizando aviones de combate de la Fuerza Aérea, bombardearon otra infraestructura terrorista de la organización terrorista Hezbollah.
El comunicado señala que la persistencia de estas infraestructuras y la actividad del grupo chií representan una violación de los acuerdos existentes entre Israel y Líbano, y, por este motivo, “las FDI continuarán actuando para eliminar cualquier amenaza y proteger al Estado de Israel”.
A pesar de la tregua formal establecida en noviembre de 2024, Israel continuó con sus operaciones aéreas en el sur del Líbano, donde sus fuerzas conservan presencia militar.

El martes, el Ejército israelí acusó a Hezbollah de tratar de reconstruir su capacidad militar en el sur del Líbano, lo que considera una amenaza directa a la seguridad israelí y al acuerdo de alto el fuego pactado el año anterior.
El portavoz militar, Nadav Shoshani, señaló en rueda de prensa que la milicia chiita, apoyada por el régimen de Irán, actúa al sur del río Litani, incumpliendo los compromisos asumidos con anterioridad. Esta situación motivó a que las fuerzas israelíes intensificaran bombardeos sobre objetivos de Hezbollah en esa zona.
Shoshani detalló que el grupo estaría intentando introducir armamento de contrabando en Líbano desde Siria y otras rutas alternativas y explicó: “Estamos trabajando para evitar que eso ocurra y para bloquear las rutas terrestres desde Siria hacia Líbano con un alto nivel de éxito, pero siguen representando una amenaza para nosotros”.
El vocero hizo hincapié en que, aunque Israel mantiene su compromiso con el acuerdo de alto el fuego, exige reciprocidad en el cumplimiento: “No volveremos a la realidad del 7 de octubre de 2023 con una amenaza de miles de terroristas en nuestra frontera a poca distancia de nuestros civiles”.
Por su parte, Hezbollah se niega a aceptar las demandas de un desarme total, mientras que, de acuerdo con fuentes tanto libanesas como israelíes, Jerusalén estaría incrementando la presión sobre las fuerzas armadas del Líbano para que refuercen el proceso de desarme del grupo, incluso realizando registros domiciliarios en busca de armamento.
(Con información de EFE)