El hallazgo de Paradoxophidion richardoweni en Inglaterra amplía el conocimiento sobre la evolución de las serpientes fósiles del Eoceno - ( Jaime Chirinos)

Un hallazgo paleontológico en la costa sur de Inglaterra reveló una nueva especie y género de serpiente fósil, denominada Paradoxophidion richardoweni, que vivió hace más de 37 millones de años. El descubrimiento, basado en vértebras recolectadas en Hordle Cliff, en la bahía de Christchurch, Hampshire, expandió el conocimiento sobre la biodiversidad del Eoceno en Europa y brindó información relevante sobre la evolución de las serpientes caenofidias, el grupo que reúne a la mayoría de las especies actuales.

Según el Museo de Historia Natural, la identificación de Paradoxophidion richardoweni significó un avance en la comprensión de los orígenes de las serpientes modernas. El material fósil que describió esta especie fue recolectado en 1981 por Roy Gardner, pero permaneció sin una clasificación definitiva durante más de cuatro décadas.

Solo recientemente, un equipo encabezado por el Dr. Georgios Georgalis, del Instituto de Sistemática y Evolución de los Animales de la Academia Polaca de Ciencias, y el Dr. Marc Jones, del Museo de Historia Natural de Londres, analizó en detalle las vértebras mediante técnicas de microtomografía computarizada. Los resultados fueron publicados en la revista Comptes Rendus Palevol.

El yacimiento de Hordle Cliff adquirió reconocimiento desde hace casi dos siglos por su riqueza en fósiles de reptiles, mamíferos y, en especial, serpientes. La zona corresponde a la Formación Headon Hill, y, en particular, a un estrato denominado Mammal Bed, datado en el Eoceno tardío, hace aproximadamente 36,9 millones de años.

El descubrimiento de Paradoxophidion richardoweni produjo efectos importantes para la paleontología y el estudio de la biodiversidad del Eoceno en Europa.
(Imagen Ilustrativa Infobae)

Este periodo experimentó un clima considerablemente más cálido que el actual. El Dr. Jones explicó al Museo de Historia Natural: “Hace unos 37 millones de años, Inglaterra era mucho más cálida que ahora. Aunque el sol resultaba ligeramente menos brillante, los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera resultaron mucho más altos y el país permanecía más cerca del ecuador”.

El estudio de Paradoxophidion richardoweni se fundamentó en el análisis de 31 vértebras de diferentes partes de la columna vertebral, todas de tamaño reducido, con una longitud del centro de las vértebras de alrededor de 2 mm. Los investigadores usaron microtomografías computarizadas para crear modelos tridimensionales de los fósiles, acción que permitió examinar con precisión su morfología y compartir los datos digitalmente con la comunidad científica.

Según Comptes Rendus Palevol, la especie presenta una combinación única de características vertebrales: una hipapófisis triangular y prominente, un arco neural abovedado con forma de cúpula, un techo zygantral grueso y expandido transversalmente, y paradiapófisis que descienden por debajo del nivel de la cótila. Estas particularidades distinguen a Paradoxophidion de todas las demás serpientes conocidas, tanto fósiles como actuales.

Paradoxophidion richardoweni presenta una combinación única de características vertebrales que la distingue de todas las serpientes conocidas - (Imagen Ilustrativa Infobae)

El análisis anatómico detallado demostró que, aunque Paradoxophidion comparte ciertos rasgos con los russellofiidos, un grupo enigmático de serpientes acuáticas o semiacuáticas del Eoceno, existen diferencias notables.

Por ejemplo, la nueva especie presenta hipapófisis prominentes en todas las vértebras del tronco, mientras que en los russellofiidos estas estructuras solo aparecen en las vértebras anteriores. Además, Paradoxophidion alberga un centro vertebral más corto y ancho, y un tamaño general menor que el de los russellofiidos descritos previamente en Europa y Asia.

La comparación con otras serpientes fósiles del Eoceno de Inglaterra y Europa continental también permitió descartar su pertenencia a géneros como Cadurceryx, Paraplatyspondylia, Hordleophis, Totlandophis, Vectophis, Paleryx, Headonophis, Eoanilius, Dunnophis, Szyndlaria, Cadurcoboa, Falseryx, “Calamagras”, Messelophis, Rieppelophis, Anomalophis, Woutersophis, y otros. Paradoxophidion se distingue de todos ellos por la combinación de su pequeño tamaño, la morfología y posición de la espina neural, la presencia de hipapófisis a lo largo de toda la columna vertebral del tronco y la estructura de las paradiapófisis.

Uno de los aspectos más destacados del hallazgo es la afinidad taxonómica de Paradoxophidion richardoweni. Según Comptes Rendus Palevol, la especie exhibe un mosaico de rasgos presentes en grupos distantes de serpientes, lo que dificulta su clasificación precisa. Varias características vertebrales la asemejan a los acrocórdidos, una familia de serpientes acuáticas actuales conocidas como serpientes trompa de elefante, que hoy solo habitan en el sudeste asiático y el norte de Australia.

El yacimiento de Hordle Cliff, famoso por su riqueza en fósiles, permitió descubrir una serpiente que vivió hace más de 37 millones de años - (Imagen Ilustrativa Infobae)

Paradoxophidion comparte con los acrocórdidos la presencia de hipapófisis en todas las vértebras del tronco, paradiapófisis orientadas hacia abajo y un canal neural grande, entre otros rasgos. Esta similitud sugiere que puede tratarse del miembro más antiguo conocido de la familia Acrochordidae, lo que extendería notablemente su rango temporal y geográfico. Los autores advierten que no se puede descartar que pertenezca a otro grupo basal de caenofidias, dada la falta de evidencia concluyente.

El Dr. Georgalis, citado por el Museo de Historia Natural, expresó su entusiasmo por trabajar con estos fósiles: “De niño soñaba con poder visitar el Museo de Historia Natural, y ni hablar de investigar allí… fue una sensación fantástica”. Además, subrayó la importancia evolutiva del hallazgo: “Paradoxophidion nos acerca a comprender cómo surgieron las serpientes avanzadas”.

El descubrimiento de Paradoxophidion richardoweni produjo efectos importantes para la paleontología y el estudio de la biodiversidad del Eoceno en Europa. Según ambas fuentes, la presencia de esta especie en Inglaterra indica que las serpientes caenofidias ya alcanzaron una considerable diversidad morfológica y ecológica en el Eoceno, conjugando características que hoy se encuentran en diferentes grupos. Además, el hallazgo revalorizó el papel de las colecciones de museos y la investigación paleontológica en la reconstrucción de la historia evolutiva de los reptiles.

Paradoxophidion richardoweni ingresó al registro fósil como un testimonio clave de la diversidad y complejidad de las faunas del Eoceno en Inglaterra, y ayudó a delinear el desarrollo y la adaptación de las comunidades de reptiles a lo largo del Paleógeno.