María Lía Vidal Aleman, la amiga de la infancia de Julieta Makintach e ideóloga del documental del juicio por la muerte de Maradona, declaró este martes en el jury y fue la primera testigo del proceso que hizo llorar desconsoladamente a la jueza. Su testimonio era clave para la defensa de la magistrada acusada, quien esperaba que su relato esclareciera varias cuestiones sobre la producción de “Justicia Divina”.
La testigo ingresó a la sala de debate cerca de las 15. Makintach sonrió apenas la vio y así se mantuvo durante todo el comienzo de su relato, cuando Vidal Aleman habló de su amistad y dijo que son muy cercanas desde hace 42 años.
Por el contrario, más adelante en su relato, hizo que la magistrada se angustiara al escucharla hablar cuánto le afectó el escándalo judicial en el que quedó envuelta.
Tal como el día en que pidieron que se identifique en el juicio por Maradona, María Lía se presentó ante el jurado de Enjuiciamiento como ama de casa y decoradora de interiores. También se definió como una persona creativa y recordó que tiempo atrás había conocido a Juan “El Chavo” D’Emilio (pareja de otra amiga de ella y de la jueza) con el que descubrió que hacían un buen equipo de trabajo.
Sobre el momento en que surgió la idea del documental, contó que fue durante el cumpleaños de una amiga en común. Dijo que ese día ella presentó a Makintach con D’Emilio porque él es maradoniano y quería contarle que su amiga iba a ser la jueza del debate por su muerte.
“Ahí le dije al Chavo: ‘Con ella tenemos que hacer algo, una mujer con trayectoria en la Justicia, en un ambiente tan machista, que llega hasta este caso’. Al día siguiente, el Chavo me volvió a preguntar si era posible esa idea porque se había quedado pensando, y yo fui y le escribí a Julieta para preguntarle”, declaró.
Y agregó: “Ella me dijo que solo podría acceder a la propuesta si hablábamos de la Justicia, desde su mirada. Dijo: ’Yo tengo que preguntar si puedo hacer esto’. Y al otro día me dijo que si se llegaba hacer, tenía que ser bajo su exclusiva aprobación y supervisación”.
Sobre el documental en sí mismo, María Lía dijo que su idea no era hacerlo del juicio propiamente dicho. “Nosotros lo queríamos como gancho nada más para hablar de la Justicia. Queríamos hablar de la Justicia desde el relato de una mujer jueza que llegó a ese papel tan importante, siendo una madre que lleva adelante una casa. Queríamos tomar el caso de Maradona como un gancho, un hilo conductor, de lo que queríamos contar”, aclaró.
“Dijimos que estaría buenísimo hacer una entrevista antes, pero yo no tenía más que mi celular para grabarlo y él tampoco. Él me dice que podía convocar a un amigo que tenía cámaras y que podía hacer la entrevista bien filmada. Ahí se me ocurrió que lo podíamos dividir en capítulos”, continuó, aclarando que eso no se lo dijo a la jueza Makintach.
“No toda esa información le compartimos a Makintach, era toda una conversación con el Chavo. No hablamos más con ella después de la entrevista. No hablamos del juicio, que ni siquiera había arrancado”, agregó.
Y aclaró: “Lo que hicimos tampoco fue un guion. El Chavo me dijo que nos teníamos que reservar la idea y para eso teníamos que inscribirla. Pero cuando averiguamos, no podíamos inscribir la idea sola, sino que había que aportar algo más, como la estructura de la idea. Fue una escaleta, que aprendí ese nombre hace poco, era un punteo de ideas”.
Qué dijo sobre las filmaciones en los tribunales
El equipo decidió acercarse el domingo al lugar de la filmación. Participaron el Chavo, su amigo José -productor-, un camarógrafo, una maquilladora y un iluminador. La productora asumió todos los gastos involucrados en la jornada. “Entendí que a ellos les interesaba el proyecto, que querían apostar a que quedara algo bueno en el futuro”, recordó María Lía.
Durante la grabación, se registraron imágenes de la magistrada mientras caminaba por el lugar. Luego, ella se sentó y respondieron a las preguntas en un breve lapso de diez minutos. “Nosotros siempre dimos por sentado que podíamos estar ahí, es que estábamos ahí con la jueza”, explicó.
El día del juicio, hubo una nueva coordinación. Uno de los entrevistados relató que se reunió con José Arnal, de la productora, y con un camarógrafo antes de ingresar al edificio. Accedieron por la entrada principal y una policía, al identificar que iban acompañados de Makintach, les permitió avanzar. “Ese día entramos con el camarógrafo y una cámara que era lo suficientemente grande como para esconderla”, detalló la testigo.
Según aseguró, en un tramo de la cobertura, un personal de la custodia se acercó y le indicó al camarógrafo que no podía filmar. Sin embargo, poco después le hizo una seña que dio luz verde para continuar, e incluso sugirió la posibilidad de tomar imágenes de pie.
“Solo tomamos imágenes de la doctora y a nadie más. A mí solo me interesaba tener imágenes de Julieta. Yo nunca estuve infiltrada, yo puse mi nombre. Nunca jamás fui una infiltrada”, dijo y aclaró que nunca interactuó ni con un imputado ni testigo.
Sobre el teaser, contó que lo hizo la productora. “Presenté un escrito en la causa penal al día siguiente de que allanaran mi casa. Yo ese día estaba en lo peor de mi depresión porque esto me trajo infinidad de problemas a nivel emocional. Estoy medicada, estoy con ataques de pánico. Fue brutal”, relató María Lía. Fue la primera vez que Makintach rompió en llanto.
La declaración terminó con un abrazo entre ambas.