El método Montessori propone una educación basada en la autonomía y la exploración, fomentando un crecimiento integral (Wikipedia)

Un reciente estudio de la Universidad de Virginia, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), confirmó ventajas científicas del método Montessori en el desarrollo infantil.

La investigación, realizada con una muestra aleatoria de 588 niños y niñas de entre tres y seis años en diferentes escuelas públicas de Estados Unidos que aplican este enfoque educativo, reveló que quienes participaron en programas Montessori alcanzaron puntuaciones significativamente más altas al finalizar el jardín. Estos resultados se mantuvieron incluso considerando las puntuaciones iniciales y características demográficas.

El equipo de la Universidad de Virginia observó que las diferencias no fueron visibles al concluir la sala de 3 o de 4, pero se hicieron notorias al cierre de la educación infantil. Los alumnos Montessori destacaron en áreas clave como lectura, memoria, comprensión social y función ejecutiva, fundamentales para el desarrollo integral.

National Geographic señala que estos hallazgos aportan argumentos sólidos al debate sobre la educación preescolar y el desarrollo en la infancia.

El proceso de aprendizaje infantil está determinado por las experiencias tempranas y la interacción activa con el entorno (Imagen Ilustrativa Infobae)

Principios claves y fundamentos del método Montessori

El método Montessori, concebido en 1907 por la pedagoga italiana María Montessori en los barrios obreros de Roma, se basa en respetar los ritmos individuales de cada niño y en fomentar la autonomía.

Esta propuesta surgió como alternativa al modelo tradicional que privilegiaba la uniformidad y la disciplina, reflejando valores de la Revolución Industrial.

A lo largo de las décadas, la ciencia validó muchas de las intuiciones de Montessori, sobre todo en contextos donde la diversidad de edades está presente en el aula, como ocurre en ciertas escuelas rurales de Estados Unidos.

National Geographic destaca que la integración de niños de distintas edades favorece la aplicación de este método. El ambiente enriquecido y la libertad para explorar sin una programación rígida fomentan el desarrollo natural de competencias, un marco validado por la investigación científica actual.

Libertad de movimiento, materiales específicos y autoeducación son pilares que distinguen la práctica Montessori del modelo tradicional (Wikipedia)

Respeto a los ritmos individuales y riesgos de la comparación

Pedro Valenzuela, docente especialista en Montessori y autor del libro “Enséñame a leer”, resalta la importancia de conocer el proceso lector de cada niño y coordinar esfuerzos entre la escuela y el hogar.

“Primero tiene que saber cuál es la ruta lectora del cerebro de su hijo. Y luego tiene que ver qué procedimientos está llevando a cabo en la escuela y qué están haciendo ellos también en casa, para que todas estas piezas encajen”, explicó Valenzuela, según declaraciones recogidas por National Geographic.

Señaló que el potencial innato de cada niño se desarrolla en contacto con un ambiente rico en estímulos, lo que facilita la adquisición del lenguaje y otras habilidades. “Cuando más rico sea ese ambiente, mejor hablamos. Si encerramos a un niño en un lugar en el que no tiene comunicación ninguna, no hablará”, añadió.

Forzar tiempos y comparar resultados entre niños puede afectar el desarrollo, mientras que valorar la singularidad potencia sus capacidades (Imagen Ilustrativa Infobae)

Valenzuela advirtió que convertir el aprendizaje en una competencia social puede presionar a docentes y familias a demostrar avances prematuros. “El proceso es muy simple, lo que pasa que todo se magnifica cuando no hay buena información, porque enseguida empezamos con las comparaciones, y nos ponemos nerviosos”, indicó el docente.

El método Montessori defiende que no existe una edad fija para aprender, y critica la tendencia del sistema tradicional a imponer tiempos uniformes, lo cual puede limitar el desarrollo natural.

Valenzuela advierte que los problemas surgen precisamente cuando padres y sociedad dejan de respetar los ritmos individuales e imponen modelos externos: “Llega un momento, cuando termina la educación infantil, con cinco o seis años, que el contexto social ya aprieta mucho. Entonces ya no le dejo al niño que desarrolle solo sus capacidades, su potencial, basándonos en sus ritmos que él necesita, sino que es la sociedad la que impone un modelo”, afirmó.

Para National Geographic, el método Montessori se fundamenta en la observación y el respeto, permitiendo que el aprendizaje ocurra sin necesidad de adultos como educadores formales.

La autonomía y la libertad de movimiento resultan esenciales para un desarrollo pleno, en claro contraste con la tradición de mantener a los niños sentados largas horas. Limitar tanto el movimiento como la autonomía contradice las necesidades biológicas y naturales del desarrollo humano, según concluye el análisis.