
Durante las últimas semanas, las tasas de interés en pesos recortaron niveles a partir de nuevas licitaciones del Tesoro y decisiones del Banco Central, que implementaron rendimientos más bajos en sus instrumentos. Estas medidas buscan facilitar la colocación de deuda y aumentar la liquidez disponible en el sistema, mientras el mercado evalúa sus efectos sobre el financiamiento, el crédito y la estabilidad cambiaria de cara al cierre del año.
El descenso en los intereses ofrecidos por el Tesoro y el Banco Central marcó una etapa diferente para el mercado local de pesos. La consultora Cohen ecpliicó que el Tesoro “logró una baja en las tasas respecto a la licitación anterior: la TEA promedio ponderada se ubicó en 35%, por debajo del 40,5% previo –niveles que no se registraban desde julio de 2025–”. Esta reducción surgió luego de una licitación en la que el Estado enfrentó vencimientos por $7,7 billones y adjudicó instrumentos por $8,5 billones, con una “menor liquidez” como trasfondo. La consultora identificó que el Tesoro “convalidó rendimientos por encima de la curva de mercado”, otorgando un “premio de 2,44 puntos porcentuales en la Lecap S27F5, de 1,5 puntos en la S31G6 y de 1,1 puntos en la T30A7”.
Las causas estos movimientos fueron diversas. Para Cohen, el proceso se apoyó en una mejora de la confianza, aunque marcó que las futuras necesidades de caja del Tesoro afectan el margen para continuar estimulando el mercado con bajas de tasas. El informe remarcó que “la evolución de los depósitos del Tesoro seguirá siendo un punto a monitorear, ante una mayor necesidad de caja hacia fin de año y posibles compras de dólares”. En ese sentido, la presión sobre los ingresos “pone presión a las cuentas públicas y obliga al gobierno a seguir recortando gastos para cumplir con la meta fiscal”.
La consultora Quantum Finanzas, dirigida por Daniel Marx, analizó la evolución reciente de los intereses en el sistema financiero argentino y expuso cómo variaron por el contexto electoral y los cambios en la política oficial. Quantum indicó que después de un periodo de tasas muy elevadas, la referencia bancaria “TAMAR pasó de niveles del orden de 2,5% nominal de TEM (0,6% real mensual) en el primer semestre… a 5,4% nominal de TEM (3,2% real mensual) previo a la elección de oct-2025”. De acuerdo con Quantum, después de las elecciones, la tasa TAMAR “rozó el 3% nominal (0,8% real mensual), nivel parecido a lo vigente en el primer semestre del año”.
Quantum atribuyó la baja a un escenario “adecuado para relajar la política monetaria”, que se manifestó a través de medidas como la flexibilización del efectivo mínimo exigido y la decisión de no renovar por completo los vencimientos de deuda después de los comicios. El informe señaló que la reducción se produjo “en un contexto de notable caída de la demanda de dinero en pesos”, donde la estrategia oficial se centró antes en una política monetaria contractiva para limitar la inflación.
Sobre el futuro inmediato, Quantum explicó que el camino de la baja de tasas dependerá de factores como la acumulación de reservas internacionales y ciertos aspectos monetarios aún no definidos. La consultora sentenció que “despejar algunas incertidumbres sobre la política cambiaria –incluyendo objetivos de acumulación de reservas– y en el campo monetario, generaría un escenario de baja de ‘riesgo país’ a niveles compatibles con el acceso al mercado para renovar los vencimientos de la deuda”.
La visión de GMA Capital, encabezada por Nery Persichini, puso el foco en el cambio de tendencia del mercado de pesos tras un periodo de volatilidad. “Las tasas regresaron a niveles cercanos al 30% anual, algo que no veíamos desde julio de este año”, apuntó el análisis semanal de la consultora. En ese diagnóstico no solo influyó la corrección de tasas del Banco Central, que “bajó su tasa de referencia en las simultáneas de BYMA del 25% al 22%”, sino también la mayor calma cambiaria posterior al ciclo electoral. GMA subrayó que “el Banco Central y el Tesoro ayudaron a consolidar este proceso con intervenciones quirúrgicas, bajando la tasa de referencia…”.
Esta dinámica implicó un giro respecto a los meses previos, en los que se presentaron tasas “estratosféricas y volátiles” junto a estrés financiero manifiesto en las curvas de Lecaps y Bonos CER. El informe puntualizó que el Tesoro “logró normalizar sus propias colocaciones”, extendiendo plazos y reduciendo el costo de financiamiento: “los rendimientos promediaron un 2,5% mensual para las Lecap y Boncap”.
A ojos de GMA, la nueva normalidad trae de regreso una de las prácticas más frecuentes del mercado argentino: el carry trade de fin de año. Según la consultora, “un nuevo ciclo de carry trade táctico podría emerger”. Tomando datos de los últimos 14 años, el retorno promedio de invertir en tasas en pesos durante noviembre y diciembre fue “4,8% en dólares”. Para los años con controles al dólar, ese porcentaje alcanzó “8,1%”.
El informe señaló que las estrategias sobre pesos en corto plazo coinciden con patrones estacionales de mayor demanda de dinero por parte de empresas y particulares en los últimos dos meses del año. Explica que “el nivel de la demanda promedio de diciembre suele ser un 6% superior al de octubre”, dato fundamentado en el comportamiento del agregado M2 privado según GMA. Esa demanda es la que, según la consultora, puede sostener tasas en niveles reales positivos, mientras el contexto macroeconómico no dé lugar a episodios de presión cambiaria.
Al explicar por qué el tipo de cambio oficial no se apreció más, GMA sostuvo que el proceso de “desarme de cobertura por USD 4.000 millones coincide con un patrón estacional: la demanda de pesos suele crecer todos los fines de año”, señalando al mismo tiempo que “la curva indexada coquetea estos días con una pendiente positiva, un fenómeno que no se observaba desde el desarme de las LEFI a mediados de julio”.
A su turno, el último informe de Econviews, la consultora que dirige Miguel Kiguel, expresó que el Banco Central “bajó la tasa que fija para tomar pesos sobrantes del 25% al 22%”. El análisis consideró que “con tasas de interés que descienden a niveles más sostenibles tanto para la deuda pública como para la actividad económica”, la autoridad monetaria busca favorecer el financiamiento y extender plazos en la colocación de deuda en pesos.
Econviews describió que “el Tesoro liberó pesos y aportó liquidez ayudando a aflojar las tasas”. El documento planteó que este cambio es “el primer gran movimiento de un proceso que debería incluir un giro en la estrategia de acumulación de reservas y consensos políticos para avanzar con las reformas estructurales”. En la visión de la consultora, esta normalización de tasas plantea al mismo tiempo “interrogantes”: “la economía se acerca a ese límite de pesos que el Tesoro puede ofrecer. Si esto no se modifica, y los bancos siguen necesitando liquidez, podría verse afectada la capacidad del Tesoro de ir renovando su deuda en pesos o requerirse tasas más altas”. También remarcó que “el desafío es lograr que la normalización no se quede a mitad de camino, sino que siente las bases de un programa sostenible”.
Las distintas miradas de las consultoras coinciden en observar impactos sobre el crédito y la actividad económica tras la reducción de tasas de interés. La baja, aunque generalizada, no solo representa una respuesta a variables monetarias y cambiarias sino que expone límites y retos vinculados a la sustentabilidad fiscal y a la dinámica de la liquidez.
Entre las frases que sobresalieron en los informes presentados durante la semana, se destacan declaraciones como: “las tasas regresaron a niveles más tolerables”, “la TEA promedio ponderada se ubicó en 35%, por debajo del 40,5% previo”, o “con tasas de interés que descienden a niveles más sostenibles… el BCRA bajó la tasa… del 25% al 22%”.
Estas definiciones surgen ante un escenario atravesado por la búsqueda de equilibrio entre inflación, confianza inversora y sostenimiento de la deuda pública en pesos. El proceso de “normalización” y la estrategia oficial de ofrecer tasas reales positivas aparecen como ejes de la coyuntura. A su vez, la circulación de dinero y los depósitos del Tesoro figuran como elementos de vigilancia constante. El futuro de las tasas, la demanda estacional de pesos y el riesgo de eventuales tensiones dependerán de la evolución de variables fiscales y cambiarias, así como de la capacidad de las autoridades de sostener la confianza en instrumentos y mecanismos de financiamiento.