El relato de una usuaria que compartió en redes sociales su situación financiera tras optar por pagar el mínimo de su tarjeta de crédito impulsó una ola de reacciones y comentarios en plataformas digitales. Bajo la cuenta de @silbadito, la protagonista eligió abrir su experiencia personal frente a cámaras. “Voy a decirles lo que debo de tarjeta. ¿Qué quieren que les diga? No sé cómo pasó. Estudio de esto, se supone que tengo que saber, pero no sé”, dijo al iniciar el video.

La usuaria abordó la compleja relación que muchos mantienen con el crédito y el consumo. “Entre el me lo merezco y el Dios proveerá. La no educación financiera que, que no tuve en el colegio cuando yo era chica”, explicó, resaltando la ausencia de preparación sobre finanzas personales en la infancia y adolescencia. Su caso evidenció la facilidad con la que una decisión, aparentemente menor, puede afectar el futuro económico.

“Es como que yo un día tomé la mala decisión de pagar el mínimo de la tarjeta. Ya está. Sentencié mi vida financiera al infierno bancario”, expresó la tiktoker, usando esa frase como síntesis de la situación que atravesó. El relato ganó visibilidad rápidamente y funcionó como espejo para muchas personas que se identificaron con sus palabras.

La protagonista del video admitió usar frases de autoconvencimiento para justificar algunas conductas: “Que yo me lo merezco y para eso trabajo. Esas dos frases las tengo que erradicar de mi vida”. La sensación de estar permanentemente endeudada atravesó toda su vida laboral. “Hasta en un momento dije: ‘¡Fa! Yo seré adicta a las deudas, porque no puede ser’. O sea, toda mi vida laboral siempre estuve pagando cosas”, narró.

La tiktoker manifestó su incomprensión ante la magnitud del problema. “No sé cómo… ¿Qué pasará? No tener deudas, tarjetas de crédito no tener, trabajar y quedarme con el sueño del argentino promedio, ¿no?”, deslizó. Con resignación y un tono de humor, aclaró: “Si lo crees, lo creas”.

Refiriéndose a quienes critican el consumo excesivo o la falta de control del gasto, la usuaria comentó: “Los que dicen: ‘Ay, ¿cómo pueden gastar más de lo que ganan?’ Yo tampoco lo entiendo. Yo, yo la teoría la tengo, pero, pero la práctica me costó”. La justificación teórica y el desfase con la práctica aparecen como temas centrales en su testimonio.

La falta de educación financiera y la presión del consumo aparecen como pilares en las historias de endeudamiento personal difundidas en redes sociales

“¿Qué querés que te diga? No, no, no, lo hice bien. Hice todooo para lupit… ‘No pagues el mínimo’. Yo tipo: ‘Tenés razón, pero bueno, ya me mandé la cagada’. ¿Qué puedo hacer?”, insistió, señalando la dificultad de revertir el proceso una vez iniciado.

La sensación de culpa y el reconocimiento del error aparecieron recurrentemente: “Uno se tiene que hacer cargo de las decisiones, de las malas decisiones que toma, ahora, así que aparte de mi trabajo, me voy a poner a laburar de otra cosa, voy a abrir un emprendimiento, algo, porque tengo dos manos, dos ojos, me mandé la cagada, lo tengo que asumir”.

Además, la tiktoker habló sobre la percepción que existe respecto a las personas con altos ingresos y los problemas que enfrentan. “Vieron que los que tienen plata te dicen: ‘No, porque la plata no soluciona, tenés un montón de otros problemas’. Yo quiero esos problemas”, ironizó. En un momento, reclamó: “El Duko diciendo: ‘Porque los que no tienen plata viven mejor’. Duko, yo quiero tener tus problemas”.

A lo largo de su discurso, mostró las múltiples etapas de una crisis financiera: “Ya me desesperé, ya lloré, ya entré en crisis. Ya pasé por todas las etapas y llegué a la etapa de, bueno, esto se va a solucionar. De alguna manera se va a solucionar. Yo sé que lo voy a solucionar”.

La usuaria mencionó un esfuerzo por buscar inspiración en historias de superación financiera. “Mira, en una de esas, miren, eh, Dadatina. Estuvo en nivel cinco de Veraz, tipo endeudada hasta el caracú. Y mírenla ahora a Dadatina, la reina Dadatina. Bueno, yo manifiesto, yo sé que… No sé si a esos niveles, pero como viene esa situación, porque yo siento que estamos todos en la misma– estamos todos vibrando en la misma sintonía de: se hace lo que se puede con lo que se tiene”.

Reconoció sus “errores financieros”, igualando la experiencia compartida por muchos. “Y sí, nos mandamos errores financieros. Y sí, y sí. ¿Qué va a ser? Yo también me arrepiento, yo, yo también me quiero auto Betty Suiz, pero bueno, hay que afrontarlo y se va a salir adelante”. Insistió en su confianza: “Yo sé que vamos a salir adelante. No, no– eso no lo dudo. Puede tardar, sí, pero yo sé que todos vamos a salir adelante”.

El video se convirtió en un fenómeno de alcance colectivo, donde la historia personal funcionó como un vehículo para canalizar y exponer problemáticas recurrentes en la sociedad contemporánea. Más allá de la anécdota, el relato dejó en evidencia cómo muchos argentinos se enfrentan a la falta de educación financiera y al atractivo inicial de los instrumentos de crédito.

El costo financiero total de dejar parte del resumen de la tarjeta sin pagar puede llegar al 213,94% anual

El caso sumó el análisis de la youtuber y asesora financiera Giselle Colasurdo, quien brindó un aporte desde una perspectiva técnica. Colasurdo introdujo de inmediato un matiz fundamental: “Primero aclarar que siempre que hacer el pago mínimo de todas las tarjetas es indispensable porque si no se paga nada en vez de cobrarte intereses compensatorios de refinanciación que ahora te voy a comentar que son altísimos se te cobran intereses por mora que son sustancialmente todavía más altos así que siempre el pago mínimo de todas las tarjetas”.

La asesora dejó en claro que cubrir el mínimo no se presenta como una buena solución, sino como la opción menos nociva en el corto plazo. No obstante, advirtió sobre las consecuencias de esa decisión: “Con el pago mínimo estás entrando en una espiral peligrosa porque en estos momentos la tasa de refinanciación está en un 159 por ciento. Esto significa que en un año más que duplicaste la deuda original porque lo que hace es el pago mínimo pagar intereses pero el capital sigue ahí entonces sigue generando la deuda se sigue ampliando a una tasa que es descomunal es exorbitante”.

Colasurdo buscó ilustrar la gravedad del escenario: “Ahí es donde arrancan los problemas, es como bueno me relajo pago el mínimo y se verá y dios proveerá pero en realidad estás entrando en una espiral muy peligrosa”. La tasa de refinanciación que mencionó no contemplaba los impuestos aplicados sobre su monto, lo cual agrava todavía más la situación.

A continuación, Colasurdo precisó: «159% más el IVA, se va a 213%“. Con esa cifra remarcó el impacto real de refinanciar deudas de tarjeta de crédito en la Argentina actual. Los datos transmitidos evidencian la rapidez con la que puede crecer un saldo impago y profundizan la alerta sobre la necesidad de adoptar prácticas responsables con las finanzas personales.

El análisis de la especialista resultó relevante para graficar el entorno que enfrentan consumidores en el país. La ausencia de una educación financiera sistemática dejó a muchos expuestos a asumir compromisos sin dimensionar sus consecuencias. Los testimonios y aportes recogidos por la tiktoker, sumados a los argumentos técnicos, complejizan la visión sobre el endeudamiento individual y social.

Las cifras y conceptos expuestos por Colasurdo ofrecen un marco cuantitativo y orientador sobre magnitudes poco comprendidas por el común de la población. A través de un lenguaje sencillo, explicó cómo los problemas asociados al crédito personal exceden la voluntad o disposición al pago, y se anclan en la dinámica misma del sistema bancario y en el desconocimiento de sus principales reglas.

En síntesis, experiencias como la narrada en TikTok y los aportes de especialistas como Colasurdo amplían la comprensión sobre las causas y efectos del sobreendeudamiento de los hogares. La visibilidad de estos casos permite que más personas se interroguen sobre la estructura de sus gastos, el uso de las herramientas crediticias e incentiven un eventual cambio en el modo de educar sobre finanzas.