Los ojos del mundo están puestos en Belém, ciudad puerta de entrada a la Amazonía brasileña, que acoge la conferencia climática denominada «COP del Bosque“, que comienza el lunes.
La ciudad, de 1,4 millones de habitantes, debe su nombre a Belén, lugar de nacimiento de Jesucristo. En portugués se traduce como Belém.
Según una ley promulgada el martes por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, será la capital simbólica del país durante la conferencia, que se espera que reúna a unos 50.000 delegados de todo el mundo del 10 al 21 de noviembre.

Aquí tienes cinco cosas que debes saber sobre Belém.
Amor por el açaí
El açaí, una supuesta superfruta derivada de una palmera, se ha puesto de moda a nivel mundial en los últimos años y se le atribuyen propiedades energizantes y antioxidantes.
En Belém, es un alimento básico en casi todas las comidas.
Con un aspecto similar al de un arándano grande, esta fruta se cosecha en la selva amazónica que rodea la ciudad; toneladas de ella se descargan diariamente en un muelle cercano al popular mercado de Ver-o-Peso, una importante atracción turística.
En los restaurantes, el açaí triturado, en forma de una salsa morada espesa con un sabor terroso y algo ácido, se sirve como acompañamiento de muchos platos típicos.
Es uno de los alimentos favoritos del pirarucú, un pez de agua dulce amazónico que puede crecer hasta tres metros de largo.

Fervor católico
Belém ha afrontado dificultades logísticas —principalmente escasez de habitaciones de hotel— para acoger la 30ª Conferencia de las Partes (COP) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
Sin embargo, cada octubre acoge una ceremonia religiosa que reúne a cientos de miles de devotos católicos, la mayoría de los cuales proceden de Belém o de sus alrededores.
Este año, el Cirio de Nazaré, reconocido como “patrimonio cultural inmaterial” por la UNESCO, batió un récord con 2,6 millones de asistentes.
Las festividades honran a Nuestra Señora de Nazaret, patrona de Belém, apodada la “Reina del Amazonas” por los lugareños.
Su imagen es omnipresente en la ciudad, donde abundan las referencias e imágenes religiosas.
¿Dónde están los árboles?
Al llegar a Belém en avión, uno queda impresionado por la exuberante vegetación verde esmeralda que rodea una vasta metrópolis ribereña.
Paradójicamente, menos de la mitad de los habitantes de la ciudad viven en calles arboladas: solo el 45,5%, según el Instituto Brasileño de Estadística y Geografía (IBGE).
La media nacional es del 66%.
Los científicos han señalado una creciente tendencia al calentamiento urbano superior a lo normal en la ciudad —que ya de por sí es cálida y húmeda— debido a la escasez de vegetación que absorba el calor y a la gran cantidad de asfalto que la cubre.
Pobreza
Más de la mitad de la población de Belém (57,1%) vive en barrios pobres y densamente poblados conocidos como favelas.
Esta es la tasa más alta entre las metrópolis brasileñas, según el IBGE.
Música
La estrella más querida de Belém es Fafa de Belém, una de las varias cantantes femeninas que han puesto a esta ciudad, hasta entonces poco conocida, en el mapa cultural de Brasil.
El estado de Pará, cuya capital es Belém, es también la cuna del carimbó, un género musical afroindígena reconocido por la UNESCO.
(AFP)