
Investigadores identificaron una posible agrupación de estrellas de la primera generación, conocidas como Población III, mediante datos captados por el Telescopio Espacial James Webb.
El descubrimiento, que se realizó mediante el Telescopio Espacial James Webb, se ubica a través del cúmulo de lentes gravitacionales MACS J0416, en una región del universo cuya luz se originó solo 400 millones de años después del Big Bang.
El hallazgo permite a la ciencia acceder con mayor detalle y resolución a señales consideradas hasta ahora únicamente teóricas. La investigación la lideró Corinne Charbonnel, astrofísica de la Universidad de Ginebra, y abre perspectivas inéditas sobre cómo se formó y evolucionó el cosmos en sus inicios.
Cómo son las estrellas de Población III

Las estrellas de Población III solo contienen hidrógeno y helio, los elementos originales del universo, sin rastros de metales pesados presentes en estrellas más modernas.
Los modelos astrofísicos sugieren que fueron astros gigantes, intensos y de vida breve, cuyas explosiones sembraron el espacio de los primeros elementos complejos tras su desaparición. Hasta el momento, nunca se habían detectado evidencias directas de su existencia, ya que se espera que todas hayan perecido miles de millones de años atrás.
La particularidad de este hallazgo reside en la ausencia de metales pesados en la luz recolectada, una característica clave para diferenciar estos cuerpos primordiales de generaciones estelares posteriores.

La región identificada se encuentra a una distancia relativamente corta en términos cosmológicos, lo que facilita la recolección de datos por parte de la comunidad científica y permite la comparación exhaustiva con simulaciones y modelos previos.
Nueva tecnología y consecuencias para la comprensión del universo temprano
La posibilidad de detectar la “firma” química de las estrellas de Población III resulta de la sofisticada tecnología infrarroja implementada por el Telescopio Espacial James Webb. Este instrumento permite analizar las longitudes de onda más débiles que emite la luz proveniente del universo primitivo, distinguiendo entre estrellas normales y aquellas con composiciones vírgenes.
De acuerdo con National Geographic, la utilización de filtrado infrarrojo y el análisis de patrones elementales hacen posible identificar agrupaciones cuya existencia permanecía oculta a instrumentos anteriores.

Los datos recopilados refuerzan la teoría de que las primeras estrellas jugaron un papel esencial en la reionización cósmica. Este proceso transformó por completo la estructura del universo, generando las condiciones para la formación de galaxias, agujeros negros primordiales y otros componentes que hoy conforman el cosmos observable.
El hallazgo de estos cúmulos sin metales sugiere que las estrellas de Población III dejaron huellas observables que la ciencia está comenzando a descifrar.
El estudio de cúmulos globulares antiguos reveló patrones inusuales de elementos, imposibles de explicar sin la influencia previa de supernovas de primera generación.

Según los autores, la huella química detectada en estos cúmulos representa el primer testimonio indirecto y verificable de la existencia de Población III. El análisis en profundidad de estos patrones permitirá entender las condiciones físicas y químicas del universo durante sus primeras etapas.
Implicancias para la cosmología y futuras líneas de investigación
El descubrimiento marca un antes y un después en la cosmología. Hasta ahora, la existencia de las primeras estrellas solo se contemplaba en simulaciones numéricas y explicaciones teóricas.
De confirmarse la naturaleza primordial del cúmulo detectado, la comunidad astronómica contará con una herramienta sin precedentes para investigar el origen de las galaxias y la evolución inicial de la materia cósmica.

La interpretación de estos datos abre además el debate sobre el impacto que tuvieron las estrellas de Población III en la diversidad química y energética del universo joven. La observación directa o indirecta de su huella permitirá, por ejemplo, aclarar cómo se generaron los primeros elementos pesados y cómo la radiación extrema de estas estrellas impulsó la formación de galaxias y estructuras a gran escala.
De acuerdo con National Geographic, el avance tecnológico y los resultados obtenidos con el James Webb refuerzan el potencial para encontrar nuevas pistas en regiones que hasta ahora se consideraban inalcanzables.
La detección de este cúmulo cercano impulsa una nueva etapa en la investigación cosmológica, acercando a la humanidad a los orígenes del universo y la formación de la primera luz que iluminó la oscuridad cósmica.