El cardenal Baltazar Porras Cardozo, arzobispo emérito de Caracas y delegado del Papa Francisco, habla durante la misa de apertura del Congreso Eucarístico Internacional, en Quito, Ecuador, el 8 de septiembre de 2024 (REUTERS/Karen Toro)

La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) se solidarizó este domingo con el cardenal Baltazar Porras por los “incidentes que le impidieron trasladarse” a Isnotú (estado Trujillo, oeste), pueblo natal de José Gregorio Hernández —el primer santo del país—, donde iba a “presidir la santa misa” en honor al conocido como el ‘médico de los pobres’ a propósito de su natalicio y tras una semana de la canonización.

En un comunicado, la CEV, que lamentó “profundamente” esta situación, destacó el “papel fundamental e incansable que ha desempeñado el cardenal Porras en los procesos que han conducido a la canonización de san José Gregorio Hernández” y de la madre Carmen Rendiles.

En ese sentido, aseguró que su compromiso “ha sido clave para que la Iglesia universal reconozca la santidad de estos insignes venezolanos”.

Ante lo que calificó de “lamentables acontecimientos”, la CEV hizo “un urgente y reiterado llamado a todos los sectores a no utilizar los símbolos de la fe, la devoción popular ni las figuras” de los santos “con fines proselitistas o partidistas”.

El uso de estos elementos con tales propósitos, advirtió, “no solo es impropio, sino que empaña la profunda alegría y la auténtica fe” de los venezolanos.

La santidad de san José Gregorio Hernández y de la madre Carmen Rendiles es un patrimonio de todo el pueblo venezolano y un motivo de orgullo que debe congregarnos en la caridad y la esperanza. Confiamos en que la devoción a nuestros nuevos santos nos inspire a trabajar por la reconciliación y la paz en nuestra amada nación”, agregó.

Una católica sostiene imágenes de José Gregorio Hernández durante un evento para celebrar la canonización del primer santo venezolano, Hernández, por parte del papa León XIV, en una plaza de Caracas, Venezuela, el domingo 19 de octubre de 2025 (AP Foto/Ariana Cubillos)

El sábado, Porras aseguró que se le impidió dirigirse a Isnotú por varias vías.

Luego de recibir lo que describió como un falso aviso de que su vuelo a Trujillo con la aerolínea estatal Conviasa había sido suspendido, viajó de manera privada, pero ya en el aire, los pilotos fueron informados de que el aeropuerto al que se dirigían estaba cerrado por “vientos muy fuertes”, tras lo que, según relató en un video, aterrizaron en Lara, un estado cercano.

Ahí, prosiguió, él y las personas con las que se encontraba estuvieron “rodeados de una cantidad de militares armados hasta los dientes”, y aseguró que tampoco se les permitió viajar por tierra hasta Isnotú.

Además, dijo que recibieron una “información directa de que el aeropuerto” en Trujillo “no estaba cerrado y que seguían llegando diferentes vuelos”.

El cardenal expresó que esa “no es la forma de celebrar el ejemplo que deja José Gregorio” y que esto “significa sencillamente un atropello”.

Opositores también rechazaron esta situación, entre ellos la líder antichavista y premio Nobel de la Paz, María Corina Machado, quien alertó en la red social X que “la represión del régimen de (Nicolás) Maduro ha escalado, agrediendo directamente” al cardenal.

El dictador Nicolás Maduro arremetió el lunes pasado contra el cardenal Porras durante un acto transmitido desde Caracas, acusándolo sin pruebas de “haber conspirado” durante años para impedir la canonización de José Gregorio Hernández. Según el líder bolivariano, la santificación se logró “a pesar de Porras y de su cofradía”, reiterando que sectores eclesiásticos han obstruido el proceso ante el Vaticano. Maduro aseguró haber presentado personalmente la causa de Hernández al papa Francisco, atribuyéndose el impulso decisivo para la canonización.

Estas declaraciones de Maduro surgieron poco después de que Porras, en una intervención en la Pontificia Universidad Lateranense en Roma, calificara la situación nacional de “moralmente inaceptable” por la merma de libertades ciudadanas, el incremento de la pobreza y la militarización gubernamental. Además, Porras reclamó la liberación de los presos políticos y la restauración de la autonomía de los poderes públicos. Estas observaciones refuerzan la división histórica entre el chavismo y la cúpula eclesiástica, ya señalada durante los gobiernos de Hugo Chávez y agravada en la actual coyuntura social y política.

(Con información de EFE)