Rodrigo Paz durante su primera conferencia de prensa como presidente electo de Bolivia, en La Paz (REUTERS/Claudia Morales)

En su primera semana como presidente electo de Bolivia, el senador Rodrigo Paz Pereira recibió una avalancha de demandas de diversos sectores económicos y sociales, como gremiales, transportistas, agropecuarios, jubilados y representantes de la industria farmacéutica.

Las organizaciones coinciden en solicitar reuniones con el mandatario electo para dar cumplimiento a promesas de campaña y plantear soluciones a los problemas económicos del país que se han agudizado en los últimos meses.

Uno de los pedidos transversales es la provisión de combustible, que en los últimos dos años ha sido irregular con periodos prolongados de desabastecimiento, lo que generó perjuicios en sectores estratégicos y filas interminables de vehículos en las estaciones de servicio.

Un larga fila de camiones para cargar combustible, en Achica Arriba, en medio de otro período de escasez en Bolivia (REUTERS/Adriano Machado)

Afectados directamente por la falta de diésel y gasolina en el país, los sindicatos de choferes le dieron un ultimátum al futuro presidente. “Vamos a esperar aproximadamente entre 10 y 15 días. Esperamos que cumplan el compromiso que han hecho y que el tema del diésel y la gasolina se solucione al día siguiente”, manifestó el dirigente del Transporte Pesado Nacional e Internacional, Pedro Quispe.

Su reclamo tiene que ver con declaraciones en las que Paz aseguró el suministro de combustible desde el día de su posesión. El presidente electo informó que cuenta con el apoyo de “países amigos” y que los próximos días hará un anuncio para explicar la logística y los detalles del proceso de importación. “De que va a haber, va a haber”, garantizó.

La Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) también se sumó a este pedido y planteó la eliminación de cupos de exportaciones, mejoras en la seguridad jurídica y la autorización del uso de “biotecnología”, que básicamente consiste en la aprobación de nuevas semillas transgénicas.

La producción agrícola se ha visto afectada por la insuficiente dotación de diésel (EFE/Yolanda Salazar)

Tras felicitar a Paz, el presidente de la entidad, Klaus Frerking, advirtió que los productores serán “fieles observadores” del cumplimiento de las promesas electorales y lo invitó a una reunión “para coordinar las acciones inmediatas que el país necesita y reactivar el aparato productivo que está en terapia intensiva”.

Por otro lado, los jubilados anticiparon que presentarán una demanda para mejorar los beneficios de la Renta Dignidad y ajustar las pensiones a la inflación. Este pedido está relacionado con la promesa que hizo el vicepresidente electo, Edmand Lara, quien ofreció multiplicar por seis el monto de un bono para la tercera edad pero luego bajó su oferta inicial a más de la mitad.

También la Cámara de la Industria Farmacéutica Boliviana, los exportadores y los representantes del sector gremial, que agrupa principalmente a comerciantes informales, solicitaron reuniones para presentar sus demandas sectoriales.

Una persona lee el periódico al día siguiente de la victoria de Rodrigo Paz en las urnas (REUTERS/Adriano Machado)

La victoria del senador Paz marca un giro en la política boliviana con el país entrando en una nueva fase de gestión tras casi 20 años de dominio del Movimiento Al Socialismo (MAS). Su mandato arranca en un ambiente de expectativas elevadas, pero también de realidades complejas por la profunda crisis económica que atraviesa el país.

Bolivia entró en recesión por primera vez en 40 años, principalmente a raíz del derrumbe de la industria de los hidrocarburos que era el motor de su economía. La crisis se traduce en una persistente escasez de combustibles, el aumento sostenido de los precios y en la falta de dólares, que ha provocado el surgimiento de un mercado paralelo de divisas donde la moneda norteamericana está en alza.

En ese contexto, al que se suman debilidades institucionales y una Asamblea Legislativa fragmentada y sin mayorías, la capacidad del próximo gobierno para articular acuerdos políticos y con los sectores económicos y sociales, será clave para generar la estabilidad política que respalde los inevitables ajustes económicos. El desafío ya empezó.