Seis personas fueron detenidas el martes durante una protesta “violenta” frente a un hotel que aloja solicitantes de asilo en el suroeste de Dublín, informó la policía irlandesa, tras la denuncia de que una niña de 10 años fue agredida sexualmente.
El gobierno y la policía de Irlanda condenaron las protestas, que estallaron después de que medios locales informaran que el acusado, de 26 años, era un solicitante de asilo.
La Garda, fuerza policial del Estado irlandés, indicó que seis personas fueron arrestadas y que los agentes fueron objeto de “violencia sostenida” cuando los manifestantes lanzaron ladrillos, botellas de vidrio y fuegos artificiales contra ellos.
“Esto obviamente no fue una protesta pacífica”, declaró el comisionado Justin Kelly. “Las acciones de esta noche solo pueden describirse como vandalismo. Era una turba con la intención de ejercer violencia contra los Gardaí”, añadió.
Al menos mil manifestantes se congregaron frente al hotel Citywest, en Saggart, al suroeste de la capital, cerca del lugar donde ocurrió la supuesta agresión.
Un corresponsal de AFP presenció cómo una furgoneta policial fue incendiada, mientras los manifestantes portaban banderas irlandesas y gritaban “¡que se vayan!”, en tanto la policía usaba gas pimienta para dispersar a la multitud.
Irlanda y el Reino Unido han registrado en los últimos años un aumento del sentimiento antiinmigrante, con los hoteles que albergan solicitantes de asilo convertidos en puntos frecuentes de enfrentamientos y disturbios violentos.
El primer ministro irlandés, Micheal Martin, condenó en un comunicado el “desorden violento” y los “abusos repugnantes” contra la policía.
Un agente resultó con una lesión en un pie, y los manifestantes dirigieron punteros láser hacia el helicóptero policial, señaló la Garda. Según la policía, la protesta fue organizada por “grupos dispersos en redes sociales, que incitan al odio y la violencia, y alientan a otros a participar”.
El sospechoso de 26 años compareció el martes ante un tribunal acusado de agresión sexual, presuntamente cometida en un lugar cercano al hotel. La víctima se encontraba bajo tutela estatal en el momento del hecho; la agencia de protección infantil Tusla confirmó que “se fugó” durante una salida al centro de la ciudad y fue reportada como desaparecida.
Más temprano, el primer ministro Martin calificó los hechos del presunto ataque como “extremadamente serios y muy, muy graves”. En el Parlamento, reconoció “la preocupación, la ira y la angustia de muchas personas en todo el país por lo que se alega que ocurrió”, y agregó: “Está claro que hubo una falla aquí en cuanto a la obligación del Estado de proteger a esta niña”.
El ministro de Justicia e Inmigración, Jim O’Callaghan, también condenó los disturbios del martes, señalando los proyectiles lanzados contra la policía. “Lamentablemente, la utilización de un delito por parte de personas que buscan sembrar división en nuestra sociedad no es inesperada”, afirmó en un comunicado.
En junio, decenas de agentes resultaron heridos durante disturbios antiinmigrantes en Irlanda del Norte, después de que dos adolescentes fueran arrestados y acusados de intentar violar a una joven en Ballymena.
La policía no confirmó la nacionalidad de los acusados, quienes pidieron un intérprete de rumano en el tribunal, lo que desató lo que las autoridades calificaron como ataques “racistas” contra viviendas y comercios.
(Con información de Europa Press y AFP)