Comienza una semana decisiva. Son cinco ruedas hasta las elecciones del domingo. Desde el lunes 27 habrá un país diseñado por el resultado de las urnas. La del domingo 26 es una elección intermedia, pero decide la Gobernabilidad. El presidente Javier Milei la ve como una elección presidencial. La intensidad del apoyo de Estados Unidos está ligada al resultado.
Los mercados tienen dudas y las expresan. La suba del dólar que no pudo ser frenada siquiera por el auxilio excepcional de EEUU, más los apoyos constantes del FMI, demuestran que los inversores no quieren esperar con pesos en sus carteras el resultado electoral. Es una duda que invade a todos y afecta hasta los bonos de la deuda soberana que, pese a tener asegurados, con ayuda de EEUU, el pago de 2026 y 2027, el viernes bajaron más de 3% por ciento. En lo que va del año pierden más de 20% y su paridad se acerca a la mitad de su valor nominal. Su renta, obvio, es muy elevada, llega a casi 20% en dólares.
No hay pesos, pero a los inversores no les importa, prefieren quedarse en dólares y algunos se apalancan en pesos pese a las elevadas tasas. El Tesoro de EEUU intervino el viernes hasta en la plaza de contado con liquidación (CCL) pero no pudo impedir que suba $53 (+3,6%) a $1.540 llevándose por delante la banda cambiaria superior.
En el Mercado Unico y Libre de Cambios (MULC) la intervención ocurrió cuando el dólar tocó $1.480 y quedó a solo $8,30 del techo de la banda, que hubiera perforado si no aparecían en el offer dólares a la venta en $1.450 y en cantidades importantes que hacen pensar que la intervención fue de unos USD 300 millones.
Menos liquidez
Los pesos que toma el Tesoro los deposita en el BCRA y no aumentan la liquidez de plaza, para no hacer más fuerte la demanda de dólares. Es el plan de contingencia hasta las elecciones, pues no es idea de la administración Trump pulsear diariamente con el mercado.
El Gobierno de Milei tiene que ganar o empatar las elecciones del domingo. Y si hay derrota, que no se sienta, sea por un mínimo margen y no afecte la cantidad de bancas que se obtengan para impedir que la oposición reúna dos tercios para aprobarle proyectos que van contra el plan o rechazar los que envía el Ejecutivo.
Como la minoría propia no alcanza, Milei deberá arriar algunas banderas y cambiar el tono del diálogo, incorporar al Pro al Gobierno, hacer alianzas con otros partidos y hacer concesiones a los Gobernadores.
Por delante, hasta fin de año, la energía, la minería y el campo seguirán siendo fuentes de ingresos del exterior, para acumular reservas y cumplir con las metas del FMI. El agro, según la Bolsa de Comercio de Rosario, aportará menos dólares, porque la gran liquidación la hizo mientras rigió la eliminación de retenciones, que del Tesoro pasaron a manos privadas con las intervenciones para controlar al dólar. Fue otro de los fracasos del objetivo de acumular reservas. En el último trimestre del año por el agro ingresarán USD 3.900 millones.
Por delante, hasta fin de año, la energía, la minería y el campo seguirán siendo fuentes de ingresos del exterior, para acumular reservas y cumplir con las metas del FMI
La bolsa rosarina destaca que en setiembre, por la exención de retenciones, se liquidaron USD 7.100 millones, el doble del promedio de ese mes en los últimos 5 años. Para 2026 el agro espera liquidar USD 31.400 millones por menores precios internacionales, con una cosecha de trigo que ascendería a 23 millones de toneladas e igualaría el récord de 2021/22.
De esta incertidumbre por el resultado electoral se ocuparon las distintas consultoras.
EconViews que dirige Miguel Kiguel indicó que parte del problema es que el Gobierno “perdió el control de la agenda política y no logró contener los embates en el Congreso, a lo que se sumó la fuerte derrota en la provincia de Buenos Aires. Pero también hubo errores de política monetaria que alimentaron la suba del dólar y reforzaron las dudas sobre la capacidad del Gobierno para sostener las bandas cambiarias”.
Resultado clave
El informe agrega que “también la política metió la cola, y el resultado electoral se volvió clave, tanto para definir el futuro del apoyo estadounidense como para medir el capital político del Gobierno. Lo paradójico es que, en los números, no hay tanto en juego. El objetivo central del oficialismo es asegurar, junto con el PRO, al menos un tercio de alguna de las dos cámaras para mantener poder de veto. En el Senado eso parece fuera de alcance, pero salvo una catástrofe electoral, en Diputados lo logrará: casi cualquier escenario deja a LLA y al PRO por encima del umbral de los 86 legisladores”.
Según Econviews, el problema no es el resultado, sino lo que reveló el camino: “las fragilidades políticas y económicas del programa. A partir del 27 de octubre, el desafío será pasar de la estabilización al crecimiento. Eso exige reformas estructurales y un esquema cambiario y monetario que permita acumular reservas y bajar el riesgo país”.
Como dato positivo, la consultora observa que en el frente político hay señales de pragmatismo. “En las últimas semanas se vio un mayor grado de dialoguismo (incluso con algunos kirchneristas ayudando a dilatar el tratamiento de una ley) y un mayor entendimiento con Mauricio Macri, que podría ser el punto de partida para una nueva etapa.
En lo económico, en cambio, las señales preocupan. El equipo insiste en que las bandas están bien calibradas y que el programa es sólido, aunque sin el apoyo de Scott Bessent (secretario del Tesoro de EEUU) el esquema difícilmente habría sobrevivido hasta las elecciones. Esa negación del problema alimenta la desconfianza del mercado, que reclama de forma casi unánime un tipo de cambio más flexible y una estrategia de acumulación de reservas más clara. Falta una semana. El Gobierno probablemente salga de las urnas con más poder legislativo que antes y con un apoyo inédito de EEUU. Pero si usa ese capital solo para ganar tiempo y no para corregir los desequilibrios, el rescate y las urnas no habrán servido de nada”.
Según FMyA, la consultora que dirige Fernando Marull, “la demanda de dólares para cobertura seguirá hasta el viernes. El mercado llega dolarizado (y con casi USD 11.000 millones de cobertura cambiaria en bonos dollar linked y futuros por la expectativa de cambio de bandas (que el Gobierno niega) o un escenario electoral muy malo (si saca menos de 30%). En las tasas, el Gobierno tuvo que liberar $2 billones para que descompriman (están en 52% a 30 días). En los bonos soberanos, estuvieron firmes por el apoyo de Bessent (Swap USD 20 mil millones + Fondo por USD 20 mil millones), pero siguen débiles (riesgo país de 1000 puntos), porque hay dudas del apoyo si al Gobierno le va mal en las elecciones (para nosotros es hasta 2027)”.
El informe agrega que “como venimos analizando en todo 2025, la economía llega a las elecciones con una macro más sana, pero le falta la micro (ingresos que no se recuperaron y sectores recesivos). Pero no es una economía en crisis, como lo muestra la continua baja en los niveles de pobreza (30.7%), de casi 4,5 millones personas menos que a fines de 2023”.
Sobre el resultado de las elecciones señala: “nuestro escenario base (de mayor probabilidad) es donde el Gobierno saca en torno a 35%, consigue el poder de veto y mejora el sistema cambiario (recalibrando las bandas y el BCRA acumula reservas) y vuelve el corredor del BCRA de tasas de interés”.
FMyA recuerda que quedó “lejos el escenario de arrasar en las elecciones, por errores políticos y una economía que no le sobra nada, hoy se apunta al 35% que, repetimos, no sería tan malo y el Gobierno tendrá espacio para relanzar su programa económico para 2026-2027”.
El sendero cambiario
Según la consultora F2, de Andrés Reschini, “con la inflación que proyecta el mercado de bonos el tipo de cambio real solo tiene por delante un sendero de apreciación bajo el esquema cambiario actual y con el Tesoro sin reservas y el BCRA con reservas netas negativas el mercado sigue buscando cobertura dado que esto complica más la acumulación, más aún luego de que Trump manifestara que la ayuda estaría sujeta a un triunfo oficialista el 26 de octubre”.
Para la consultora, “todo indica que la semana que resta para llegar al 26 de octubre será desafiante, tanto para la Argentina como para el Tesoro de EEUU. Probablemente, este último mantenga la estrategia de incrementar su influencia en la Argentina dado que es una cuestión geopolítica, pero quedan muchas dudas acerca de si la pata financiera de esta estrategia se mantendrá inalterada si el oficialismo no tiene una buena performance el domingo. Con apoyo, el esquema cambiario actual tiene más chances, aunque esto no significa que no vaya a modificarse de todas maneras, pero sin apoyo luce insostenible”.
Inversiones Pergamino destaca por su parte que el mercado “está en pausa. No en calma, sino en modo reconocimiento. Los de adentro se cubren. Los de afuera tantean. Y en el medio, Scott Bessent, el hombre de confianza del Tesoro americano, juega en silencio el rol más importante del momento: preparar el terreno. Después de meses de ruido político, de fotos, anuncios y promesas cruzadas, el mercado parece haber entendido que el verdadero evento no es el resultado electoral en sí, sino qué capacidad tendrá Milei de gobernar después del 26 de octubre. En otras palabras: si podrá sostener el veto y, sobre todo, si se anima a armar una nueva etapa de gobierno con oxigenación política y técnica real, no sólo cambio de nombres”.
De la dolarización el informe señala que “no hay euforia ni confianza ciega. Hay prudencia. El mercado entiende que el ancla de la banda cambiaria depende de una arquitectura externa que hoy no se ve en los hechos, y por eso prefieren mirar desde la orilla. En el fondo, la lectura es una sola: podés creer en el programa, pero no con tu capital. La brecha acotada sostiene la sensación de equilibrio, pero no hay flujos nuevos genuinos”.
Inversiones Pergamino agrega que el plan Bessent consiste en: primero, interviene el Tesoro para estabilizar. Después, entran los fondos financieros para hacer carry trade y al final llegan las inversiones reales, las que necesitan estabilidad sostenida: energía, minería, agro y economía del conocimiento».
Por detrás de esta arquitectura financiera aparecen los verdaderos carry players del momento: Caputo y Bessent, uno desde el BCRA y otro desde el Tesoro norteamericano, coordinando un esquema que busca estabilizar el peso y construir confianza a través del flujo financiero. Si la Argentina dolariza, desaparece el instrumento: no hay tasa en pesos, no hay diferencial, no hay negocio. El peso, controlado y respaldado, es la herramienta perfecta del carry trade. Lo que se busca no es eliminarlo, sino anclarlo”.
El mercado ya decidió una cosa, concluye el informe: ”el 26 de octubre no será el final de nada. Será, en todo caso, el comienzo de una segunda temporada de gobernabilidad o el retorno al viejo libreto”.
A la luz de los informes se percibe que las cartas están echadas. Todo lo que se opere en esta semana será con incertidumbre. El resultado de las elecciones dejará grandes ganadores y perdedores no solo en el Gobierno, sino en el mercado.