Los precios de los contratos de dólar futuro caían hasta 6% y se acomodaban por debajo del techo de la banda (Reuters)

Los precios de los contratos de dólar futuro registraban una fuerte baja intradiaria durante la jornada del lunes y se acomodaban cerca del techo de la banda de flotación cambiaria, tras semanas de superar ese límite en medio de dudas sobre la capacidad del Banco Central de sostener el régimen cambiario. La baja refleja un ajuste en las expectativas del mercado, tras las declaraciones del ministro de Economía, Luis Caputo, sobre la continuidad del régimen cambiario después de las elecciones legislativas del 26 de octubre.

Hasta el jueves pasado, varios contratos operaban bien por encima del techo de la banda. El que vence a fines de noviembre había tocado hoy un máximo de 1.524,5 pesos, largamente superior al límite de 1.509,98 pesos vigente para ese mes. El de diciembre marcó 1.578 pesos frente a un techo de 1.526,6 pesos, y los vencimientos de enero, febrero y marzo de 2026 tocaron niveles de entre 1.622 y 1.697 pesos, todos por encima de los valores proyectados para la zona alta de flotación. En los contratos de abril y mayo, los máximos del día alcanzaron 1.726 y 1.755 pesos, entre 9% y 11% por encima de la referencia.

Esa situación cambió al inicio de la rueda del lunes. A media jornada, todos los contratos se negociaban por debajo del techo o muy cerca del mismo. El de octubre cotizaba a 1.358 pesos, el de noviembre a 1.427, y el de diciembre a 1.482. Más atrás, los precios rondaban 1.521 pesos para enero y 1.557 para febrero. En los vencimientos más largos —de marzo a mayo— las operaciones se realizaban entre 1.592 y 1.647 pesos. Las variaciones intradiarias mostraban descensos de entre 5% y 6% según el plazo.

El volumen también resultaba inusualmente alto. Pasadas las 13:30, el monto operado en el mercado de futuros superaba los USD 1.000 millones, una cifra excepcional en un día sin referencia externa por el feriado en Estados Unidos. La intensidad de las operaciones confirmaba que el reacomodamiento de precios no respondía a una baja de actividad, sino a un cambio repentino en las posiciones de cobertura.

El operador Nicolás Chiesa explicó que la caída respondió “a varias cuestiones: a que el Tesoro americano intervino, a que se dice que abrió cuenta en Rofex, y también a lo que dijo Caputo”. Entre operadores circuló un rumor según el cual el Tesoro de Estados Unidos habría abierto una cuenta para operar en el mercado de futuros y opciones local, lo que podría haber influido en los precios de los contratos. La versión resultó falsa, aunque su difusión coincidió con la mayor parte del descenso de precios.

De hecho, no es necesario que el Tesoro de EEUU abra una cuenta propia. Puede operar a través de bancos, como hizo la semana pasada en el mercado spot a través del Santander.

Las declaraciones del ministro también contribuyeron a modificar las expectativas. Caputo afirmó que Estados Unidos podría intervenir no sólo en el mercado libre de cambios, sino también en el dólar financiero y en el dólar futuro, y que el sistema de bandas cambiarias continuará después del 26 de octubre. Además, aseguró que el tipo de cambio sólo podrá fluctuar dentro de los límites establecidos y que el acuerdo con el Tesoro estadounidense no implicará la cancelación del swap de monedas con China.

En ese contexto, el movimiento de los contratos reflejó una reacción inmediata del mercado ante las señales oficiales. Los precios que durante la semana anterior habían incorporado la posibilidad de un cambio en el régimen comenzaron a ajustarse hacia niveles compatibles con la continuidad del esquema actual. La corrección fue más marcada en los vencimientos de corto y mediano plazo, donde se concentraron las posiciones especulativas.

El economista Gabriel Caamaño, de Outlier, señaló que pese a la reacción de hoy estamos ante una dinámica volátil, que el mercado “todavía se está acomodando” y que no se conocen los alcances de los anuncios previstos para mañana, ni su impacto sobre el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y el escenario posterior al 26 de octubre. En su análisis, los inversores estimaban que “nada cambia antes de las elecciones”, lo que consideró lógico dada la cercanía de la votación.

Las bajas superaban el 6% en todos los vencimientos

Caamaño explicó que el Gobierno intervino directamente en el mercado de futuros el jueves pasado y que la secuencia de medidas se aceleró frente a la tensión financiera. “Lo ideal hubiera sido usar toda esta batería post elecciones para relanzar, pero no se pudo. No llegaron y se aceleró todo”, comentó. Según el economista, el volumen era muy alto y seguía en aumento, un indicador de que la jornada se desarrollaba con gran liquidez y volatilidad.

En el plano técnico, Caamaño destacó que el comportamiento del interés abierto (la cantidad de contratos pendientes de cancelación) será determinante para comprender el alcance del ajuste. “Si cae, es long squeeze; si sube, puede ser que hayamos visto intervención en futuros para empujar más abajo al spot”, explicó. Un “long squeeze” ocurre cuando los operadores que habían comprado contratos deben cerrar posiciones ante una baja abrupta de precios, lo que amplifica la caída. Caamaño agregó que un dato clave, al cierre de la rueda, será intentar dilucidar si el Gobierno intervino en la rueda.

El contexto internacional también influyó. El feriado en Estados Unidos redujo la referencia externa y dejó al mercado local más expuesto a las señales de política económica. En ausencia de cotizaciones de bonos o ADR, los futuros de dólar actuaron como termómetro de las expectativas sobre el tipo de cambio. Las palabras del ministro, la reacción de los operadores y los rumores sobre eventuales intervenciones externas coincidieron en un mismo punto de inflexión que modificó la curva de precios.

A media jornada, la estructura de los contratos mostraba un descenso generalizado. Los vencimientos de octubre a mayo operaban dentro de los márgenes establecidos por el Banco Central, después de haberlos superado durante las ruedas previas. En varios casos, la diferencia entre el máximo del día y los precios registrados antes de las 14 superaba los 90 pesos por dólar. En los tramos intermedios, las bajas rondaban el 6% y devolvían las cotizaciones a niveles compatibles con la zona alta de flotación.

El reacomodamiento de precios implicó con una reducción de las tasas implícitas entre los distintos vencimientos, lo que sugería una menor expectativa de devaluación para los próximos meses. Aunque la rueda seguía en marcha, el cambio de tendencia ya se reflejaba en toda la curva. La caída simultánea de los contratos cortos y largos indicaba que el mercado comenzaba a descontar una continuidad del esquema de bandas y una menor presión cambiaria en el corto plazo.