“Mis últimas palabras son perdón y arrepentimiento. Nada más”, dijo Juan Alberto García Tonzo, imputado por el crimen de Bastián Escalante (10). No lo había hecho cuando declaró. Habló de nuevo frente al jurado popular que lo juzga por el crimen del nene cuando disparaba a los ladrones que escapaban tras haberle querido robar.
García Tonzo balbuceó esas nueve palabras. Lo hizo luego de los alegatos de clausura en los que la acusación solicitó que lo hallen responsable del delito de homicidio; mientras que la defensa consideró que es culpable, porque “no hizo todo el esfuerzo para prever las consecuencias” de sus actos. Y agregó, rústicamente: “Por algo tiene que pagar”.
Por ello, solicitó que a su cliente lo hallen culpable del delito de homicidio culposo (NdeR: delito que consiste en causar la muerte a una persona por una acción negligente), que es el que les suelen endilgar a los automovilistas que matan al volante. Y que tiene una pena menor al cargo que le imputó la acusación.
Para un veredicto de culpabilidad hace falta que 10 de los 12 jurados estén de acuerdo.
En ese contexto, a primera en alegar fue la fiscal Mariela Montero. Hizo un relato dejando en claro que los testigos abonaron la teoría del caso: que los ladrones no dispararon, que les tiró por la espalda, que nada le obstaculizaba la visión cuando disparó, que la zona la conocía y que sabe que allí hay tres escuelas y un club… Y entonces pidió que lo hallen culpable del homicidio de Bastián.
La más dura en sus alegatos fue la representante por la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), María Luz Santos Morón. Dijo que García Tonzo actuó con «indiferencia mortal» y remarcó: “Un policía que siente miedo no puede ser policía”.
“La evidencia lo dice todo. Con su arma reglamentaria, provista por el Estado, actuó con intención criminal, una conducta que tiene detrás la intención de causar la muerte», continuó.
Y se preguntó: ¿Quién dispara con su arma reglamentaria a 90 grados y en una zona poblada? Está aceptando la probabilidad de muerte”.
Por ello, Santos Morón pidió que sea hallado culpable del delito de tentativa de homicidio en excesos de la legítima defensa de los sospechosos que quisieron robarles y a los que les disparó por la espalda; y por el homicidio agravado por el uso de arma de Bastián: “Era un niño de 10 años feliz que le gustaba jugar a la pelota, juntar figuritas y andar en bicicleta”.
Y les habló a los jurados: “Tienen en sus manos la posibilidad de hacer justicia”.
Luego fue el turno de los abogados de la familia de Bastián del estudio de Matías Morla. La palabra la tomó Franco Laudani: “La justicia para Bastián solo depende de ustedes”, en relación a los 12 jurados que decidirán el futuro del policía imputado por matar al nene.
Y añadió: “Nadie niega que le intentaron robar, pero acá se juzga el crimen de Bastián y él disparó 12 veces”. El particular damnificado solicitó que sea hallado culpable del delito de homicidio con dolo eventual agravado por el uso de arma de fuego. O sea, que debió representarse lo que podía pasar y, aun así, continuó con la acción.
Los dos defensores de García Tonzo alegaron. Carlos Catalano les pidió a los jurados que se ciñan a la evidencia: “A todos nos conmueve la muerte de un niño sí, pero él no se levantó a la mañana y dijo voy a matar un niño. Es un ser humano, su vida corrió riesgo».
Y añadió: “Que cometió un error, nadie lo duda, tan lamentable que va a pesar sobre su consciencia toda su vida. Mi defendido fue una persona torpe que cometió un error, pero no es un asesino“.
Su colega, Enrique Bonomi entonces les solicitó a los juzgados que lo declaren culpable: “Por algo tiene que pagar, que no sea algo indebido, algo que no fue».
Solicitó que sea hallado culpable de homicidio culposo. “No hizo todo el esfuerzo para prever las consecuencias que podían derivar de su accionar… Le pasó lo de la visión del túnel, que es cuando se anula visión periférica a consecuencia de la situación de estrés”.