Los hábitos saludables siguen siendo clave para un buen descanso pese al interés por los suplementos  (Freepik)

El uso de suplementos para mejorar la calidad del sueño ha despertado gran interés mundial, aunque hasta ahora faltaba una revisión exhaustiva sobre su eficacia real. Un equipo liderado por Vicky Chan y Kenneth Lo de The Hong Kong Polytechnic University, publicó en Postgraduate Medical Journal (2022) un análisis basado en 31 ensayos clínicos aleatorizados. El estudio abarcó investigaciones llevadas a cabo entre 2010 y 2020 en diversos países, incluidos Estados Unidos, Australia, Italia, Francia, Alemania, Turquía, Malasia, Israel y Reino Unido, sumando un total de 2.573 participantes.

Importancia de la calidad del sueño

El análisis se centró en la calidad subjetiva del sueño, principalmente a través del Índice de Calidad del Sueño de Pittsburgh (PSQI), una herramienta validada para evaluar el descanso en el último mes. Los trastornos del sueño afectan a una parte considerable de la población: el 36% de los adultos en Alemania señala problemas, en China la proporción es del 26,6% y en Chile, Etiopía, Perú y Tailandia la cifra llega al 50%. La falta de sueño adecuado se relaciona con riesgos elevados de obesidad, diabetes, hipertensión, depresión y ansiedad.

Suplementos con evidencia positiva

El estudio identificó tres suplementos que mostraron beneficios en la calidad del sueño: aminoácidos, melatonina y vitamina D. Los ensayos utilizando aminoácidos como la L-teanina señalaron una mejora respecto al placebo. Los autores indicaron: “La suplementación de aminoácidos, vitamina D y melatonina fue significativamente beneficiosa para mejorar la calidad del sueño”.

La melatonina —hormona clave del ciclo sueño-vigilia— también arrojó resultados positivos, aunque con cierta variabilidad entre estudios. La vitamina D, conocida por sus funciones en la salud ósea e inmunológica, resultó favorecedora aunque los resultados fueron menos consistentes.

La melatonina y la vitamina D figuran entre los suplementos más estudiados para la mejora del sueño (Freepik)

Datos cuantitativos y limitaciones

En datos objetivos, quienes recibieron suplementos de aminoácidos mostraron una mejoría media de 1,27 puntos en la puntuación del sueño comparado con los grupos control; en el caso de la melatonina fue de 1,21 puntos, mientras para la vitamina D ascendió a 1,63 puntos. Estos valores, si bien modestos, son relevantes para quienes padecen sueño no reparador. Los autores advierten, sin embargo, que la variabilidad entre los estudios limita la certeza final, sobre todo con melatonina y vitamina D.

Otros suplementos analizados

El estudio evaluó también otros suplementos como magnesio, zinc, resveratrol, nitratos y omega-3, pero la evidencia acerca de su efectividad se consideró insuficiente o inconsistente. La suplementación con magnesio y nitratos no mostró diferencias frente a placebo, y tanto zinc como resveratrol no contaron con datos estadísticamente comparables.

Metodología y fortalezas del estudio

La revisión aplicó un enfoque sistemático y metaanálisis de ensayos clínicos aleatorizados, el estándar más alto para analizar intervenciones en salud. Solo se incluyeron estudios con participantes humanos y suplementos dietéticos, siempre evaluando la calidad del sueño mediante cuestionarios validados. La mayoría de los ensayos utilizó el PSQI, lo que facilitó una comparación precisa. No obstante, la revisión tuvo limitaciones: ciertos estudios eran de muestra pequeña, las duraciones de intervención diferían y las dosis administradas no siempre fueron homogéneas. Además, solo se contemplaron artículos publicados en inglés, lo cual podría generar exclusiones significativas.

Implicancias y futuro en la investigación de suplementos

El hecho de que melatonina, aminoácidos y vitamina D puedan mejorar el sueño tiene una repercusión directa en quienes buscan alternativas a la medicación clásica para el insomnio. La melatonina es de uso frecuente y se considera segura en el corto plazo. Los aminoácidos, como la L-teanina encontrada en el té verde, presentan efectos anti-estrés que ayudan al descanso. La vitamina D podría influir en el sueño a través de mecanismos cerebrales y regulación de neurotransmisores.

La vitamina D puede obtenerse de forma natural, a través de los alimentos y el sol (Canva)

Perspectivas y advertencias

A pesar de los resultados, los investigadores subrayan la necesidad de estudios sólidos, muestras grandes y seguimientos prolongados para confirmar los efectos y definir dosis óptimas. Además, recomiendan examinar posibles interacciones entre nutrientes, ya que procesos como la síntesis de melatonina dependen de diversos factores nutricionales.

El debate sobre suplementos para dormir sigue abierto debido a la falta de conclusiones definitivas sobre su eficacia y seguridad a largo plazo. Por ahora, quienes valoren su uso deben consultar a un profesional de la salud y entender que estos productos no reemplazan hábitos adecuados de sueño ni tratamientos médicos. La investigación de Chan y Lo entrega una base científica relevante para guiar decisiones y políticas en torno al uso de suplementos dietéticos para el sueño, pero “se requiere más investigación sobre el efecto de la melatonina, el magnesio, el nitrato, el resveratrol, la vitamina D y el zinc en la mejora de la calidad del sueño”.