El Director General del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) Rafael Grossi (REUTERS/Mohamed Abd El Ghany)

El director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, declaró el lunes que los esfuerzos diplomáticos para resolver la disputa sobre el programa nuclear de Irán atraviesan una “coyuntura difícil”, tras la decisión del Consejo de Seguridad de la ONU de reimponer sanciones contra Teherán.

“Es obvio que se trata de una coyuntura bastante difícil. Nos enfrentamos a una situación muy complicada en estos momentos”, afirmó Grossi en declaraciones a la AFP, aunque subrayó que “lo importante es que los contactos continúan”.

El director del organismo de control nuclear de la ONU confirmó que estaban previstas conversaciones entre las partes implicadas para el lunes en Nueva York, manteniendo viva la vía diplomática pese a las crecientes tensiones.

La situación se deterioró el viernes cuando el Consejo de Seguridad decidió reactivar las sanciones internacionales contra Irán, después de que Reino Unido, Francia y Alemania acordaran activar el mecanismo de “reversión” (snapback) de penalizaciones contemplado en el acuerdo nuclear de 2015, alegando incumplimientos por parte de Teherán.

Con esta decisión, Irán volverá a estar sujeto a sanciones internacionales el 28 de septiembre, las mismas que fueron levantadas en 2015 bajo el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA) a cambio de que Teherán restringiera y permitiera el control internacional de su programa nuclear.

La respuesta iraní no se hizo esperar. El régimen de Teherán calificó la activación del mecanismo de “reversión” por parte de las potencias europeas como una acción que “echaba por tierra” meses de negociaciones con el OIEA dirigidas a reanudar la supervisión nuclear y garantizar el cumplimiento de las normas internacionales.

Este lunes, el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Abbas Araghchi, mantuvo una postura ambivalente, afirmando a la televisión estatal que Irán cree que “la diplomacia puede resolver” la disputa de décadas con Occidente sobre las ambiciones nucleares de Teherán, pero advirtiendo que es hora de que Occidente elija entre “la cooperación o la confrontación”.

El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, reacciona durante una reunión con el ministro de Asuntos Exteriores de Egipto, Badr Abdelatty (no se ve) en El Cairo, Egipto, el 9 de septiembre de 2025. (REUTERS/Mohamed Abd El Ghany)

La crisis actual se produce en un momento especialmente delicado. A principios de este mes, Irán y el OIEA habían logrado un acuerdo en El Cairo que habría permitido reanudar las inspecciones de las instalaciones nucleares iraníes, suspendidas por Teherán después de que Israel y Estados Unidos atacaran sus instalaciones nucleares en junio.

El viernes, en una conversación telefónica con Grossi, el canciller iraní Araghchi denunció la “presión injusta” sobre su país y rechazó “cualquier acción política y cualquier presión injusta que pueda provocar una escalada de tensiones”.

El Ministerio de Relaciones Exteriores iraní responsabilizó directamente a Estados Unidos y los tres países europeos de las “consecuencias de esta acción”, criticando que los gobiernos europeos “aún no han demostrado independencia y han seguido las políticas unilaterales e ilegales de Estados Unidos”.

El acuerdo nuclear de 2015, duramente conseguido tras años de negociaciones, quedó gravemente dañado cuando Estados Unidos se retiró unilateralmente en 2018 durante la primera presidencia de Donald Trump y volvió a imponer sanciones a Irán.

Desde entonces, las tensiones han escalado progresivamente. Los gobiernos occidentales mantienen sus acusaciones de que Teherán busca desarrollar armamento nuclear, afirmaciones que Irán niega categóricamente.