El titular de la ONU pidió por una mesa de diálogo en Sudán, en plena guerra civil.

El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, expresó el sábado su profunda preocupación por la escalada de violencia y el deterioro de la situación en la región sudanesa de Darfur Norte, en particular en su capital, El Fasher, y exigió a las partes en conflicto el cese inmediato de las hostilidades y la protección de los civiles.

El secretario general está gravemente alarmado por el rápido deterioro de la situación en El Fasher, en el Estado de Darfur Norte, y advierte de los riesgos cada vez mayores que corren los civiles atrapados en la zona (…), donde en las últimas semanas se han intensificado aún más los ataques que afectan a la población civil”, indicó el portavoz de Guterres, Stéphane Dujarric, en un comunicado.

El secretario subrayó que El Fasher lleva más de 500 días bajo un asedio cada vez más estricto por parte de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) y denunció que un número creciente de residentes en campos de desplazados, como Abu Shouk, se ve obligado a huir debido a los incesantes bombardeos e incursiones.

Murieron 70 personas en un ataque con dron contra una mezquita en un campamento de desplazados en Darfur, Sudán (Europa Press)

Según los informes de la ONU, la situación en los campos de desplazados más cercanos a El Fasher “se ha deteriorado drásticamente desde que el año pasado el CIP detectó condiciones de hambruna en la zona”. Además, el riesgo de violencia por motivos étnicos aumenta a medida que los combatientes avanzan hacia la región.

Guterres exigió nuevamente el “cese inmediato de las hostilidades”, destacando la necesidad de “respetar y proteger a los civiles” y de garantizar un “acceso humanitario seguro, sin obstáculos y sostenido” conforme al Derecho Internacional Humanitario.

Los civiles siguen llevándose la peor parte de este devastador conflicto. Los combates deben cesar ya. (Guterres) insta a las partes a que entablen rápidamente un diálogo genuino para lograr el cese inmediato de las hostilidades y a que reduzcan la violencia, incluso en El Fasher. Las partes deben volver a la mesa de negociaciones y encontrar una solución sostenible al conflicto”, señaló Dujarric.

Las voluntarias de las comunidades ayudan a a los más jóvenes frente al hambre en Sudán (REUTERS/Mazin Alrasheed)

El secretario general indicó que la acción internacional debe concentrarse en apoyo del pueblo de Sudán y afirmó que su enviado personal en el país, Ramtane Lamamra, “está dispuesto a apoyar los esfuerzos genuinos para poner fin al conflicto y establecer el proceso político integrador que exige el pueblo de Sudán”.

Estas declaraciones se producen después de que el balance de víctimas por un ataque con dron contra una mezquita en un campamento de desplazados cercano a El Fasher alcanzara 70 muertos, en medio de la ofensiva de las Fuerzas de Apoyo Rápido contra la localidad, donde el asedio ha generado una grave crisis humanitaria que impide el acceso a alimentos, medicamentos y suministros esenciales.

La guerra civil en Sudán estalló en abril de 2023 a raíz de discrepancias sobre la integración del grupo paramilitar en las Fuerzas Armadas, situación que interrumpió la transición política iniciada tras el derrocamiento del régimen de Omar Hasán al Bashir en 2019 y la posterior asonada que derribó al entonces primer ministro Abdalá Hamdok.

(Con información de Europa Press y AP)