Tras la derrota electoral en la provincia de Buenos Aires, el Gobierno flexibilizó el apretón monetario iniciado en julio para contener el dólar post desarme de las LEFI. Frente a las legislativas nacionales del 26 de octubre, el objetivo del equipo económico es dinamizar la actividad.
La economía permanece prácticamente estancada desde diciembre de 2024 e incluso evidencia signos de contracción en los últimos meses, destacó la consultora Invecq. El EMAE retrocedió 0,7% en junio respecto de mayo, mientras que la industria cayó 2,3% mensual en julio y la construcción, 1,8 por ciento.
Los indicadores adelantados ratifican esta tendencia. En julio, la molienda de soja disminuyó 6,4% y la recaudación de IVA 1,4%. En agosto, los patentamientos de autos bajaron 2,8%, la producción automotriz 6,1% y los despachos de cemento 5,6%. Por su parte, según Adimra, la metalurgia, sector clave por ser proveedor de otras industrias, sufrió en agosto una variación interanual negativa de 6,1% y una disminución de 2,3% respecto al mes previo.
En la misma línea, de acuerdo al Índice Líder de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), la probabilidad de una recesión subió a 98,61% el mes pasado, frente al 56,16% registrado en julio.
Recesión inminente
La consultora LCG analizó en un informe: “La recesión se perfila como inminente y 2026 tampoco se anticipa muy favorable, dada la restricción que impone la carencia estructural de dólares. Con salarios y empleo estancados, menos crédito, la incertidumbre general, y el índice de riesgo país arriba de 1.000 puntos básicos, no se ven espacios para que haya algo que gatille la recuperación”.
Afirmaron que si bien la estrategia electoral estuvo centrada en contener el tipo de cambio y la inflación, el costo de sostener tasas de interés reales muy elevadas fue una actividad económica poco dinámica, que terminó golpeada por ese mismo corset financiero.
El costo de sostener tasas de interés reales muy elevadas fue una actividad económica poco dinámica, que terminó golpeada (LCG)
Luego de las elecciones bonaerenses, el BCRA redujo en dos tramos de 500 puntos básicos la tasa de simultáneas, que funciona como referencia de política monetaria de mercado.
En los últimos 10 días la tasa nominal anual de Adelantos en cuenta corriente, financiamiento que las empresas utilizan para cubrir necesidades de caja de corto plazo en lo vinculado al capital de trabajo, pasó del 66% al 50%.
“Aunque esto difícilmente reactive la economía antes de octubre, al menos podría aliviar el ahogo financiero que imponía el esquema previo”, resaltaron en LCG.
Pablo Moldovan, economista de CP Consultora, coincidió: “No creo que alcance para un repunte previo a las elecciones. La economía viene en un proceso de estancamiento desde marzo que se explica principalmente por la dinámica de ingresos. El apretón monetario le agregó a ese escenario un sesgo recesivo”.
El especialista apuntó que el recorte de tasas de interés le quita algo de presión al financiamiento de corto plazo de las empresas y la cadena de pagos, pero no cree que llegue a impulsar una reactivación “porque coincide con el inicio de un proceso de incertidumbre sobre el tipo de cambio”.
El recorte de tasas de interés le quita algo de presión al financiamiento de corto plazo de las empresas y la cadena de pagos, pero no creo que llegue a impulsar una reactivación (Moldovan)
Para fin de año, Moldovan tampoco proyecta una recuperación debido a que es incompatible con la esperada corrección del esquema cambiario.
Desde el Observatorio Pyme, el economista Federico Poli dijo: “Una tasa de interés más baja resulta preferible a una más alta, aunque solo constituye un elemento adicional dentro de un contexto adverso. Antes del endurecimiento monetario, durante el segundo trimestre del año, detectamos entre las pyme manufactureras un escenario recesivo, registrando ya tres consecutivos en nuestro indicador. En suma, las empresas operan con una rentabilidad unitaria que se viene deteriorando desde fines de 2023″.
Se observan incrementos en los costos laborales y de insumos principales, sin posibilidad de trasladarlos a precios, en un mercado donde las importaciones alcanzan niveles máximos. Esta combinación, según Poli, provoca ajustes en las plantillas de personal, sumando nueve trimestres seguidos de reducción del empleo industrial. Se trata de la segunda caída significativa desde la crisis financiera internacional de 2008-2009, cuando el sector retrocedió 12% a lo largo de diez trimestres seguidos.
“La incertidumbre instalada tras las elecciones profundiza la complejidad del panorama para el sector. No es posible revertir la situación con una sola medida”, concluyó Poli.
Martín Kalos, director de EPyCa Consultores, hizo hincapié en que la caída de tasas aún es incipiente: “Si bien va a ayudar a las empresas endeudadas, ninguna va a comprar insumos para producir usando crédito porque siguen siendo carísimas. El impacto es muy marginal por ahora”.
Si bien va a ayudar a las empresas endeudadas, ninguna va a comprar insumos para producir usando crédito porque las tasas siguen siendo carísimas (Kalos)
Fuentes del sector industrial, que ya pierde 1.700 puestos de trabajo por mes, remarcaron que las tasas de interés actuales continúan resultando elevadas, en un contexto de demanda retraída. Aun cuando el aumento del tipo de cambio podría dar cierto “oxígeno” en términos de costos, advierten por la falta de reformas estructurales en la legislación laboral y tributaria.
El financiamiento es esencial no solo para las empresas sino también para reactivar el consumo, foco de preocupación principal. Sectores como el automotriz, que se vieron impulsados fuertemente por el crédito en el último año, ya muestran señales de desaceleración. Tampoco es menor el efecto de las importaciones sobre otros rubros, que vuelven al mercado “más áspero”.
Con este panorama, la industria no prevé inversiones de magnitud y la posibilidad de un repunte se relega a 2026. El optimismo que dejó el rebote del segundo semestre de 2024 parece haber quedado atrás.
El presidente de la UIA, Martín Rapallini, manifestó recientemente: “Vemos con preocupación cómo va a avanzar o cómo va a seguir la microeconomía”. Precisó que las ramas construcción, textil, calzado y metalmecánica profundizaron su contracción.