FOTO DE ARCHIVO: Un empleado de una casa de cambio muestra billetes de 100 dólares. REUTERS/Luisa González

A la lógica incertidumbre que reina por el futuro del resultado electoral, otra gran incógnita se apoderó de los inversores de cara al 26 de octubre: el futuro de las bandas cambiarias. El mercado empieza a descontar que este esquema que arrancó en abril con el nuevo acuerdo del FMI tiene los días, o mejor dicho las semanas contadas.

Ayer el Banco Central se vio obligado por primera vez a vender reservas desde que arrancaron las bandas cambiarias. Fueron USD 53 millones, según se informó oficialmente. Como se esperan más ventas en las próximas semanas, es lógico que aparezcan dudas respecto al sostenimiento de este sistema.

La siguiente pregunta que se hace el mercado es qué podría suceder el día después, si es que efectivamente se va hacia otro modelo cambiario. La expectativa es que en realidad se optaría un sistema de una flotación más libre del dólar. Esto permitiría encontrar un valor de equilibrio de mercado y eventualmente impulsar una reducción de las tasas de interés.

Con el tipo de cambio ya tocando el techo que se había estipulado con el organismo, son pocos los que piensan que el Gobierno mantendrá la suba del 1% mensual y estará dispuesto a defenderlo después de las elecciones. Ahora esa cotización se ubica en $1.473,50, aunque todos los días se desliza lentamente hacia arriba.

La situación se parece mucho de lo que ya sucedió en marzo, previo al acuerdo con el Fondo. Ese mes hubo fuerte presión sobre el tipo de cambio y el BCRA perdió USD 2.800 millones. Esto se produjo por el temor a que se eliminara el esquema de tipo de cambio oficial controlado por el Banco Central que se depreciaba al 1% por mes. Semanas después esos temores se confirmaban al pasarse a un esquema de bandas cambiarias.

El escenario para las próximas semanas es muy complejo. No solo porque falta más de un mes para las elecciones legislativas. Además, el Congreso sigue votando en contra del Gobierno, poniendo en peligro el superávit fiscal.

Javier Milei intentó una primera reacción al presentar el nuevo proyecto de Presupuesto 2026, anunciando un aumento de partidas para salud, educación, jubilados y discapacitados. Sin embargo, más allá de haber llevado un poco de tranquilidad a los mercados, el mensaje del Presidente tuvo poco impacto político.

El uso de reservas significa una noticia negativa para los bonistas, porque temen que el Gobierno use los dólares del FMI para contener al dólar en vez de pagar las deudas. Esto explica por qué los bonos continuaron flojos luego de la recuperación que habían conseguido la jornada posterior a la cadena nacional.

El ministro de Economía, Luis Caputo. Crédito: AP

El mercado de pesos también continúa con mucha tensión. Si bien bajó el rendimiento que los bancos pagan por las tasas de plazos fijos, el descuento de cheques sigue con tasas altísimas. Para operaciones de corto plazo se paga el 60% y en bancos se ubica en niveles del 80%. Por otra parte, es casi imposible descontar valores que venzan entre noviembre y diciembre, porque el mercado descuento que podría producirse un salto cambiario luego de esa fecha.

La situación para las próximas semanas es muy compleja, no solo por la incertidumbre preelectoral, sino por estas dudas crecientes que hay respecto al mantenimiento de las bandas cambiarias.

Por otra parte, la suba del dólar está provocando mayor presión sobre los precios. Ayer el INDEC difundió que la inflación mayorista llegó a 3,1%, lo que implica mayor presión de costos para las empresas, que tarde o temprano terminarán trasladando al consumidor.

En ese sentido, el traspaso a precios hasta ahora fue muy bajo, pero con estas subas adicionales del tipo de cambio es razonable esperar un salto mayor en los próximos meses.