El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el rey Carlos interactúan en el banquete de estado para el presidente de Estados Unidos y la primera dama, Melania Trump, en el Castillo de Windsor, Berkshire, en el primer día de su segunda visita de estado al Reino Unido, el miércoles 17 de septiembre de 2025 (Yui Mok/Pool vía REUTERS)

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el rey Carlos III intercambiaron elogios durante sus discursos de apertura en el banquete de Estado ofrecido con motivo del inicio de la visita oficial del mandatario estadounidense al Reino Unido este miércoles.

Es un privilegio singular ser el primer presidente estadounidense recibido aquí”, comenzó Trump en su discurso, en el que señaló que “realmente es uno de los mayores honores” de su vida.

Para luego seguir con una larga lista de elogios al monarca británico y el amor por su patria: “Ha entregado su terrible corazón con todo lo que tiene a aquellas partes de Gran Bretaña que están más allá del ámbito de la mera legislación”, apuntó Trump.

El estadounidense también elogió a Reino Unido, apuntando a uno de sus socios más cercanos: “El vínculo de parentesco e identidad entre Estados Unidos y el Reino Unido es invaluable y eterno; es irremplazable e inquebrantable”, afirmó Donald Trump.

El presidente de Estados Unidos también dijo una de sus frases más repetidas: “Y como país, como saben, nos va increíblemente bien. Hace un año teníamos un país muy enfermo, y hoy creo que somos el país más ‘sexy’ del mundo”.

El rey Carlos de Inglaterra pronuncia un discurso durante la cena de gala celebrada con motivo de la visita de Estado del presidente estadounidense Donald Trump al castillo de Windsor
September 17, 2025 (REUTERS/Phil Noble/Pool)

Por su parte, Carlos III elogió el “compromiso personal del presidente para encontrar soluciones a algunos de los conflictos más insolubles del mundo”, sin hacer referencia a ninguno en particular.

Mientras la tiranía amenaza una vez más a Europa, nosotros y nuestros aliados nos unimos en apoyo a Ucrania para disuadir la agresión y asegurar la paz”, declaró el monarca durante su discurso, haciendo hincapié en el esfuerzo de ambos países en mantener “la relación más estrecha en materia de defensa, seguridad e inteligencia jamás conocida”.

El rey destacó la sólida relación entre ambos países desde la independencia de Estados Unidos hasta la actualidad, incluyendo su colaboración durante las guerras mundiales. Incluso bromeó con que, si los rumores de la prensa sobre un supuesto romance con la hija de Richard Nixon en los años 70 hubieran sido ciertos, esa “relación especial” se habría estrechado aún más.

Esta ocasión única e importante refleja el vínculo perdurable entre nuestras dos grandes naciones, cimentado en la profunda amistad entre nuestros pueblos (…) Hemos celebrado juntos, llorado juntos y nos hemos mantenido unidos en los mejores y peores momentos”, alegó Carlos III.

También señaló el hecho de que Trump ha pisado suelo británico dos veces en los dos últimos meses —visitó Escocia a finales de julio— y bromeó con que “el suelo británico constituye un espléndido campo de golf”.

El presidente de EEUU, Donald Trump, en el centro, y Kate, princesa de Gales, escuchan al rey Carlos III de Reino Unido durante la cena de gala celebrada en el Castillo de Windsor, Inglaterra, en el primer día de la segunda visita de Estado de Trump y de la primera dama Melania Trump al Reino Unido, el miércoles 17 de septiembre de 2025 (Yui Mok/PA vía AP, foto de Pool vía AP)

Trump y Carlos III se han sentado en mitad a la mesa, flanqueados por el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, y la princesa Catalina de Gales, respectivamente, mientras que al otro lado de la mesa se sentaron la reina, Melania Trump, el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent y el príncipe Guillermo.

En una mesa tan larga como una piscina olímpica, iluminada por 139 candelabros, se acomodaron 160 invitados. Entre ellos figuraban el primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer; miembros destacados de la política y la realeza; y empresarios de peso. Asistieron el director ejecutivo de Apple, Tim Cook; el magnate de medios Rupert Murdoch; el jefe de Nvidia, Jensen Huang; y el de OpenAI, Sam Altman.

El menú abrió con una panna cotta de berro acompañada de huevos de codorniz de Hampshire y galleta de parmesano. Como plato principal se sirvió una balotina de pollo orgánico de Norfolk, envuelta en calabacín y bañada en un jugo infusionado con tomillo. De postre, una bomba de helado de vainilla con sorbete de frambuesa de Kent y ciruelas ligeramente escalfadas.

Aunque Trump no bebe alcohol, en el banquete de Estado se descorcharon botellas cargadas de simbolismo: un Oporto Vintage Warre’s 1945, en alusión a su condición de 45º y 47º presidente; un coñac Hennessy 1912, año de nacimiento de su madre escocesa, Mary Anne MacLeod; y un champán Pol Roger, predilecto de Winston Churchill, entre otros.

(Con información de EFE)