Una antorcha de gas en una plataforma de producción de petróleo junto a una bandera iraní en el Golfo (REUTERS/Raheb Homavandi/Archivo)

El Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció este martes una nueva ronda de sanciones destinadas a frenar las vías por las cuales Irán consigue esquivar restricciones previas y continuar recibiendo ingresos provenientes de la venta de su petróleo.

Según el comunicado oficial, los fondos obtenidos a través de este entramado se orientan principalmente a sustentar actividades de las Fuerzas Armadas iraníes, en especial los programas del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC, por sus siglas en inglés) y el Ministerio de Defensa de Irán.

El operativo estadounidense, liderado por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), identifica una docena de empresas con domicilio en Hong Kong y los Emiratos Árabes Unidos. Además, se señala la implicación de varios “intermediarios financieros” radicados en dichos territorios y también en Irán. De acuerdo con la documentación difundida, estas personas y compañías utilizan estructuras de banca en la sombra para mover fondos y desafiar el sistema de control internacional. El mecanismo mayoritario consiste en el uso de compañías pantalla y operaciones mediante criptomonedas para lavar dinero procedente de diversas fuentes, principalmente la comercialización de crudo.

El subsecretario del Tesoro para Terrorismo e Inteligencia Financiera, John K. Hurley, explicó en el mismo texto que las “entidades iraníes recurren a las redes bancarias paralelas para evadir las sanciones y mover millones a través del sistema financiero internacional”. Hurley subrayó que estas redes financieras ilícitas están dirigidas por “facilitadores altamente confiables”, quienes aprovechan vacíos regulatorios en jurisdicciones internacionales para blanquear capitales. Las autoridades estadounidenses insisten en que la presión continuará para bloquear la financiación de los “programas de armamento y actividades malignas de Irán en Medio Oriente y más allá”.

El Tesoro estadounidense incluyó en la nueva lista de sancionados a los nacionales iraníes Alireza Derakhshan y Arash Estaki Alivand. Según el organismo, ambos facilitaron la adquisición de criptomonedas por valor de USD 100 millones para el régimen iraní, mediante procedimientos ajenos al escrutinio financiero habitual. Como resultado de las medidas, las personas y entidades afectadas quedan excluidas del sistema financiero de Estados Unidos y sus activos en ese país pasarán a estar bloqueados. Además, cualquier transacción comercial con ciudadanos o empresas estadounidenses está ahora prohibida.

John K. Hurley, subsecretario de Terrorismo y Delitos Financieros del Departamento del Tesoro de EEUU (REUTERS)

Esta escalada sancionatoria se enmarca dentro de la estrategia de la Administración Trump de reducir a cero las exportaciones petrolíferas de Irán. Washington sostiene que la venta de crudo es una de las principales fuentes de ingresos para los programas militares y de defensa iraníes. En declaraciones recogidas por medios estadounidenses, funcionarios del Tesoro remarcaron que las medidas buscan obstaculizar la obtención de recursos destinados a apoyar políticas consideradas como desestabilizadoras en la región.

En agosto, las autoridades estadounidenses ya habían dirigido sanciones contra una red internacional de navieras vinculada a Antonios Margaritis, un empresario griego que, según el Tesoro, habría aprovechado su experiencia en el sector del transporte marítimo para facilitar la venta y el transporte ilegal de petróleo iraní. Estas acciones forman parte de una serie de rondas sucesivas orientadas a complicar la capacidad de Teherán para colocar su crudo en mercados internacionales, mediante el ataque a redes logísticas y financieras vinculadas al sector energético.

Hasta el momento, el régimen de Irán no ha emitido respuesta oficial a las nuevas sanciones.

(Con información de AP)