La noticia salió como un chispazo en redes y luego cobró fuerza con el correr de las horas: Fito Páez se sumó al ciclo Tiny Desk, el formato íntimo de NPR Music que reúne a los grandes nombres de la música mundial en encuentros donde lo único que brilla es el talento, sin más ornamento que la emoción y la cercanía. El anuncio lo hizo el propio rosarino, desde su perfil de Instagram, cuando apenas podía contener la ansiedad: “Bueno, estamos en el Tiny, llegando en nada, te diría. Unas ganas de que lo vean, porque fue tan hermoso”.

La expectativa había crecido casi como un susurro colectivo entre sus seguidores, y de pronto, la promesa se hizo real: “El esperado concierto ya está disponible para que sus fans lo disfruten”. Pero no es cualquier edición: este episodio de Tiny Desk, producido por la NPR Music (National Public Radio, organización estadounidense de medios sin fines de lucro), inaugura el Mes de la Música Latina —una celebración extendida del 15 de septiembre al 15 de octubre que rinde culto a los artistas que hacen vibrar al continente-.

Desde que Fito inició su carrera como solista en 1984, en una América Latina en plena transformación, supo escribir melodías y versos que cruzaron generaciones y fronteras. El paso del tiempo no le arrebató vigencia ni emoción. Y es esa fibra la que suena nítida en el Tiny Desk Concert: una interpretación despojada, casi como si estuviera en el living de una casa, frente a un puñado de amigos atentos, sin más barrera que el propio corazón.

Fito Páez, con la banda a pleno, en medio de un show de lujo

El repertorio desliza puentes entre la nostalgia y el presente. En “A rodar mi vida” y “Mariposa Tecnicolor”, dos de sus himnos, el clima se tiñe de recuerdos. ¿Quién no sintió esas canciones como parte de su propia historia? Pero hay también espacio para la mirada nueva: “Sale el Sol” suma una perspectiva renovada, una visión de luz en tiempos de mucha búsqueda.

El final de esta jornada íntima no es un cierre formal, sino una explosión creativa. Inicia con “Circo Beat” y permite que poco a poco la música vire, casi en secreto, hacia “Tercer Mundo”. Aquí, el gesto de actualizar la letra para 2025 cobra sentido. ¿Cómo no hacerse preguntas sobre el presente, sobre lo que duele y lo que asombra? “Tercer Mundo” invita, una vez más, a mirar alrededor, a reflexionar desde el arte.

El Tiny Desk Concert de Fito Páez —ya disponible en el canal oficial de NPR Music en YouTube—, retoma ese espíritu de los encuentros pequeños, de las confidencias entre el artista y su público. El formato, sencillo y sin artificios, apuesta a la interpretación desnuda, a esa magia especial que solo ocurre cuando el músico se anima a mostrarse tal como es.

Fito Páez y su rúbrica en la portada del especial

Los cómplices de Fito Páez en esta sesión no son menos notables: Juani Agüero (guitarra, coros), Vandera (guitarra, coros), Diego Olivero (bajo, coros), Juan Absatz (teclados, coros), Emme (coros), Gastón Baremberg (batería), Alejo von der Pahlen (trompeta), Ervin Stutz (saxo tenor) y Santiago Benítez (trombón) —un viaje a través de la historia musical de Páez, hecho de complicidad y de matices—.

El setlist completo funciona como un mapa del alma: “A rodar mi vida”, “Mariposa Tecnicolor”, “Sale el Sol”, “Circo Beat” y “Tercer mundo”.

Hace poco menos de un año, Ca7riel & Paco Amoroso brillaron en su Tiny Desk

En septiembre, en pleno Mes de la Música Latina, la voz y el piano de Fito Páez parecieran decirnos, sin estridencias, lo que siempre supimos: a veces el verdadero milagro ocurre cuando el escenario desaparece y solo queda la canción.

La presencia de Fito Páez en el ciclo, sin embargo, no representa un caso aislado. Antes que él, nombres esenciales de la música local recorrieron el pequeño escenario que, sin moverse, supo abrirse al mundo.

La historia comienza en diciembre de 2011, cuando María Volonté se convirtió en la primera artista argentina en presentarse en el Tiny Desk. Su concierto, pionero en muchos sentidos, fue también la puerta de entrada para el tango y el folklore argentino a una audiencia global. Sobre el especial se puso énfasis en la diversidad que puede ofrecer la música del país.

La ruta argentina en Tiny Desk siguió creciendo. En 2014, Juana Molina deslumbró con sus loops y pedales, al lograr replicar en vivo, aunque de forma minimalista, el sonido hipnótico y multicapas que la hizo reconocida. Ese mismo año, la artista de jazz experimental Sofía Rei incluyó un tambor de la pampa argentina en su presentación, fusionando la percusión tradicional con un set moderno.

Nicki Nicole en el Tiny Desk (Imagen: Dale Play Récords)

La pandemia abrió un nuevo capítulo en la historia: en 2021, Cande y Paulo, dúo sanjuanino, estrenó el primer “Tiny Desk (Home) Concert” desde la Argentina. Ese año, Nicki Nicole protagonizó el primer Tiny Desk producido íntegramente en el país, grabado en una casona del barrio porteño de San Telmo. Llevaron a escena una banda de 11 músicos, corriendo los límites del formato íntimo.

En 2022, Trueno llevó la identidad de su barrio, La Boca, al emplazamiento de NPR. La herencia argentina ocupó de lleno el espacio.

Nathy Peluso, en 2024, marcó un hito adicional. Su sesión fue la primera de una argentina grabada en Estados Unidos tras la pandemia, rindiendo un tributo sentido a su ciudad natal, pese a haberse criado en España. Pocos meses más tarde, Ca7riel & Paco Amoroso retornaron a la viralidad absoluta: “El Tiny Desk me jodió”, cantaron, y fue verdad —la popularidad de su presentación incluso fue celebrada por NPR con datos y cifras.

El Tiny Desk es, así, una bitácora de viajes y tradiciones cruzadas. Argentina ha estado, y sigue estando, en su sala de estar.