Esta gran vasija de piedra, excavada por arqueólogos en Karahan Tepe, contenía una figura de zorro, un buitre y un jabalí cuidadosamente guardada (Cortesía del Ministerio de Cultura y Turismo)

El hallazgo de tres esculturas animales dispuestas con precisión dentro de recipientes anidados ha revelado nuevas perspectivas sobre la capacidad narrativa de los pueblos neolíticos de la actual Turquía. Estas figuras, cuidadosamente embaladas en un vaso pequeño colocado dentro de otro mayor, fueron descubiertas en Karahan Tepe, un asentamiento que data de hace aproximadamente 11.500 años y que se encuentra cerca del sitio declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO, Göbekli Tepe.

Las diminutas esculturas, que representan un zorro, un buitre y un jabalí, forman parte de la exposición La Edad de Oro de la Arqueología: El Nacimiento de una Visión – Legado para el Futuro, instalada en la Biblioteca Nacional del Complejo Presidencial en Ankara. Cada animal mide menos de 3,8 centímetros de altura y presenta un anillo de piedra caliza alrededor de la cabeza. Según los arqueólogos, la disposición de estas figuras constituye el primer ejemplo conocido de objetos organizados con un propósito narrativo, lo que sugiere que los habitantes de Karahan Tepe empleaban esculturas para contar historias.

Necmi Karul, responsable de las excavaciones en el sitio, explicó a Reuters que la transición al sedentarismo durante el Neolítico implicó un cambio fundamental en el lenguaje narrativo. “Con el periodo neolítico y el sedentarismo, observamos un cambio fundamental en el lenguaje narrativo”, afirmó Karul. Añadió que estos relatos probablemente funcionaron como vínculos sociales que cohesionaron la nueva estructura social, calificando las esculturas como “uno de los descubrimientos más importantes desde una perspectiva prehistórica”.

El sitio arqueológico de Karahan Tepe, uno de los asentamientos neolíticos más antiguos del mundo, en Sanliurfa, Turquía (REUTERS/Tolga Ildun/Foto de archivo)

Las investigaciones en Karahan Tepe han producido numerosos hallazgos desde el inicio de las excavaciones en 2019. En 2021, los arqueólogos determinaron que el asentamiento es anterior al surgimiento de la agricultura, lo que desafía la teoría tradicional de que las sociedades de cazadores-recolectores se establecieron en un lugar fijo tras comenzar a cultivar. Por el contrario, los datos sugieren que la vida sedentaria precedió a la agricultura.

Este enclave forma parte de la denominada cultura Taş Tepeler (“Montículos de Piedra” en turco), situada a solo 60 kilómetros de la antigua ciudad de Ur, tradicionalmente considerada el lugar de nacimiento de Abraham, figura central en el judaísmo, el cristianismo y el islam.

Entre los vestigios más notables de Karahan Tepe se encuentran ejemplos tempranos de escultura prehistórica pintada. El sitio ha revelado pilares decorados con relieves, esculturas de animales, obeliscos y una cabeza humana tallada en los cimientos de una de las estructuras circulares. Una de las características más singulares es una cámara subterránea repleta de pilares de piedra esculpidos con rasgos humanos. No obstante, el objeto más llamativo hallado hasta la fecha es una estatua de un hombre desnudo sentado, que sostiene su pene con ambas manos.

Uno de los recintos del complejo prehistórico de Göbekli Tepe (Consejería de Cultura y Turismo de la Embajada de Turquía, Federico Pinilla Obiol)

La exposición en Ankara reúne piezas descubiertas en el marco del proyecto “Herencia para el Futuro”, impulsado por el Ministerio de Cultura y Turismo en 2023. Además, Karahan Tepe forma parte de una investigación arqueológica más amplia, denominada Taş Tepeler (“Colinas de Piedra”), que abarca también Göbekli Tepe y otros yacimientos antiguos en la provincia turca de Şanlıurfa.

El recorrido expositivo abarca milenios de historia de Anatolia e incluye artefactos recientemente repatriados tras haber sido objeto de saqueo. El presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, anunció durante el Simposio Internacional de Arqueología en Ankara, según recogió Türkiye Today, que “desde 2002, hemos logrado el retorno de 13.291 artefactos históricos a su tierra de origen”.

Entre las piezas más destacadas figura una estatua de bronce sin cabeza del emperador romano Marco Aurelio, que la oficina del fiscal del distrito de Manhattan confiscó al Museo de Arte de Cleveland en 2023. Agricultores locales saquearon la escultura, de 1.800 años de antigüedad y valorada en USD 20 millones, en la antigua ciudad de Bubon durante la década de 1960. El museo, que adquirió la pieza de buena fe en 1986, inició acciones legales para recuperarla, pero pruebas científicas confirmaron su procedencia en Bubon.

La institución anunció en febrero su intención de devolver la estatua y la repatrió en julio. Actualmente, la obra forma parte de los 570 artefactos expuestos en “La Edad de Oro de la Arqueología”, de los cuales 485 se exhiben al público por primera vez.