(Desde Washington, Estados Unidos) La posición actual de China y Rusia en la ONU frente a la iniciativa de Donald Trump para crear una “Fuerza de Represión de Pandillas” en Haití, facilita las operaciones ilegales de las bandas armadas que operan en la isla caribeña.
La iniciativa presentada por Estados Unidos en el Consejo de Seguridad junto con Panamá contempla una misión armada de 5.500 efectivos en el terreno y la instalación de una oficina de la ONU en Haití para coordinar todos los esfuerzos logísticos y de seguridad.
La actual Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS) en Haití, liderada por Kenia y con escaso financiamiento, fue un fracaso diplomático que permitió a las bandas armadas fortalecer su capacidad de controlar el territorio y asesinar, violar y traficar sin mayores obstáculos.
En este contexto, Estados Unidos designó a las pandillas Viv Ansanm y Gran Grif como organizaciones terroristas y presentó en el Consejo de Seguridad de la ONU su proyecto contra las organizaciones delictivas en Haití.
La Casa Blanca considera que la situación en Haití es una amenaza a su seguridad nacional, y por eso decidió mover en las Naciones Unidas.
El Consejo de Seguridad de la ONU tiene cinco miembros permanentes con poder de veto: China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia. Si cualquiera de los miembros permanentes veta un proyecto, la iniciativa diplomática bajo tratamiento cae indefectiblemente.
Donald Trump tiene el apoyo de Emmanuel Macron y Keir Starmer, pero necesita el respaldo de Xi y Putin que están enfrentados con el Presidente de Estados Unidos.
Xi cuestiona los aranceles impuestos a las exportaciones chinas, y Putin aguarda que la Casa Blanca promueva nuevas sanciones contra Rusia por la invasión del Ejército Rojo a Ucrania.
La semana pasada en New York se sucedieron intensas reuniones reservadas para lograr que Rusia y China no vetaran la iniciativa de los Estados Unidos, pero los representantes de Xi y Putin en la ONU evitaron las definiciones políticas.
Haití le importa a la Casa Blanca por su impacto directo en la seguridad de Estados Unidos.
En Moscú y Beijing asumen esta necesidad geopolítica de Washington, y estirarán la negociación para obtener un beneficio político extra.
Si esto sucede, Xi y Putin abrirán la mano. En caso contrario, ejercerán su poder de veto para rechazar la creación de la “Fuerza de Represión de Pandillas” de Haití.
Hasta el viernes a la noche, la iniciativa de Trump y Marco Rubio -secretario de Estado- había encallado en el Consejo de Seguridad de la ONU.
La desaprensión política de China y Rusia frente a la crisis en Haití no comprende únicamente a los Estados Unidos.
Con su actual postura en el Consejo de Seguridad, Xi y Putin también relativizaron la posición de todos los países democráticos en América Latina, que hace dos días se expresó en una declaración de la OEA.
“Reconocemos el papel central de las Naciones Unidas en la promoción y el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales. Reconocemos también que la violencia perpetrada por grupos criminales organizados y pandillas en Haití, incluso fuera de un conflicto armado, amenaza vidas y medios de subsistencia, así como la paz y la seguridad regionales”, sostiene el proyecto aprobado por unanimidad en el foro regional.
Y añade: “Considerando que la paz requiere más que operaciones de seguridad, apoyaremos los esfuerzos liderados por Haití para abordar las causas y factores que originan la violencia, la debilidad de las instituciones democráticas, la corrupción, la pobreza y las persistentes y profundas desigualdades sociales, así como el acceso limitado a la educación y a los servicios públicos esenciales”.
Durante una conferencia realizada en el edificio histórico de la OEA, su secretario General Albert Ramdin enfatizó la importancia del apoyo en bloque a la iniciativa presentada por Estados Unidos en la ONU.
Ramdin conoce qué está sucediendo con China y Rusia en el Consejo de Seguridad, y fue crítico con estos países cuando contestó una pregunta de Infobae.
-¿Qué pasaría en Haití, si China y Rusia bloquean la iniciativa en el Consejo de Seguridad?-, preguntó este corresponsal.
-Si eso sucede, significará que no han comprendido la gravedad de la situación-, replicó Ramdin.
La declaración periodística de Ramdin tiene su fundamento político.
El dos de octubre vence el mandato de la actual misión enviada por las Naciones Unidas. Esa misión tuvo escasos resultados en el terreno, ya que no pudo detener a las bandas y menos aún terminar con sus sistemáticas violaciones a los derechos humanos.
Pero el panorama en la isla del Caribe será peor, si el Consejo de Seguridad no aprueba la iniciativa avalada por Estados Unidos y Panamá.
Las organizaciones terroristas habrán ganado una nueva batalla contra la gobernanza global, mientras persisten en sus constantes asesinatos, robos, torturas y violaciones.
Ahora todo depende de la decisión política de Xi y Putin, cuando quedan 18 días para que la ONU anunció el fin de la misión que lideró Kenia.
“Las pandillas armadas controlan alrededor del 90% de Puerto Príncipe, lo que contribuye a la violencia generalizada. En 2024, la violencia relacionada con las bandas causó la muerte de más de 5.600 personas», describió el secretario Ramdin cuando presentó su Hoja de Ruta para Haití en la OEA.