La policía confirmó que los restos hallados en el Parque Nacional Bannau Brycheiniog pertenecen a Jordan Moray, desaparecido en 2019 (Facebook)

Seis años atrás, Jordan Moray salió de su casa en Gales dejando encendida la consola de videojuegos y el celular cargando, como si pensara volver en cuestión de minutos. Nunca regresó. Desde entonces, su familia y la comunidad vivieron atrapados en una búsqueda sin respuestas, hasta que a fines de agosto de 2025 la policía halló restos humanos cerca del embalse Llwyn-onn, en el Parque Nacional Bannau Brycheiniog, en Gales, Gran Bretaña. Los análisis forenses confirmaron que pertenecen a Moray. Aunque las autoridades no investigan la muerte como sospechosa, las circunstancias de aquella noche de 2019 siguen envueltas en misterio.

Según informó BBC, la policía de South Wales recibió el 29 de agosto la denuncia de un hallazgo de restos humanos cerca del embalse Llwyn-onn, dentro del Parque Nacional Bannau Brycheiniog, también conocido como Brecon Beacons. Tras los análisis forenses correspondientes, las autoridades confirmaron que los restos pertenecen a Jordan Moray, el hombre que había sido reportado como desaparecido en 2019, cuando tenía 33 años. La fuerza policial aclaró, al dar la noticia, que no trata la muerte como sospechosa y que el caso se remitió al juzgado de instrucción para su tramitación formal.

De acuerdo con Daily Mail, el círculo familiar se enteró del desenlace por medio de la comunicación oficial de la policía, que informó a su hermano Josh y a sus padres. Josh, afectado profundamente por la noticia, publicó un mensaje emotivo en sus redes: “Mi corazón está perdido sin vos”, expresó. Dijo que Jordan no solo era su hermano, también era su mejor amigo, y que la herida de su ausencia será imposible de sanar para la familia. También la madre de Jordan, Debbie, escribió palabras de despedida y señaló que, tras seis años de búsqueda incesante, finalmente podrán despedirlo y llevar algo de paz al núcleo familiar.

De acuerdo con el relató The Sun, el caso de Moray generó un movimiento de solidaridad inusual en la zona. En su momento, la familia recurrió a medios y voluntarios para intentar descubrir cualquier pista. Hubo recorridas por los montes, alertas en redes sociales y la difusión constante de la imagen y los datos del joven. Las fuerzas de seguridad también investigaron supuestas visualizaciones e incluso dieron a conocer la existencia de una carta anónima, enviada a la policía meses luego de la desaparición. La misiva, firmada por alguien que se identificaba como “Kevin Humphreys”, relataba una escena ocurrida la noche de la desaparición en la que alguien pedía ayuda en las cercanías de una escuela. Sin embargo, esas pistas no permitieron resolver el caso antes del hallazgo de los restos.

La familia de Jordan Moray buscó durante seis años hasta recibir la noticia oficial del hallazgo de sus restos (Facebook)

La última información concreta sobre Jordan Moray en 2019 era que sus objetos personales, como una linterna, una mochila y un par de zapatillas, habían desaparecido junto con él. De acuerdo con BBC, no se registraron movimientos bancarios ni contacto con familiares después de aquella jornada. Además, los investigadores constataron que Jordan era un amante del aire libre y el senderismo, por lo que gran parte de las búsquedas se orientaron a zonas rurales y parques cercanos. Durante más de seis años, la familia no dejó de buscarlo y organizó varias expediciones para recorrer montes y bosques por los alrededores.

Según los testimonios recogidos por The Sun, el recuerdo de Jordan como una persona activa, sociable y querida quedó grabado en la memoria colectiva del pueblo. Amigos y familiares coinciden en que la falta de respuestas y la larga espera agudizaron el sufrimiento de los Moray. Incluso en el sexto aniversario de la desaparición, la madre renovó el pedido público de ayuda y extendió la esperanza de algún regreso.

En este contexto, el hallazgo en una zona alejada y poco transitada del parque nacional puso un cierre formal al caso, aunque la incertidumbre sobre los motivos y circunstancias de la muerte de Jordan sigue vigente. La policía informó que no existen indicios de violencia o participación de terceros, pero el desenlace no aporta claridad sobre lo que ocurrió la noche en que decidió salir de su hogar dejando todo encendido tras de sí. Por ahora, la principal certeza es que la familia podrá finalmente brindarle sepultura y dar lugar al duelo.

El caso Moray dejó marca en Gales y resonó fuera del Reino Unido por la forma en que la comunidad respondió ante una situación de ausencia y dolor. Desde Argentina, este tipo de historias recuerda la necesidad de abordar cada desaparición de personas con acompañamiento institucional, contención y solidaridad. La noticia del hallazgo permite a la familia Moray reconstruir, en parte, una cotidianeidad lacerada por la incertidumbre y el vacío durante años. La memoria de Jordan encuentra así un cierre simbólico y la esperanza de algo de paz para quienes lo buscaron incansablemente.