El líder Kim Jong-un (c) mientras saluda a los asistentes al estadio Kim Il Sung en Pyongyang (Corea del Norte), durante la celebración del centenario del nacimiento del presidente Kim Il Sung. EFE/KCNA

La situación de Derechos Humanos sigue igual o peor que antes en Corea del Norte, como queda de manifiesto en un informe de la ONU que da cuenta de “una década perdida” y que sitúa a los norcoreanos a la cola en el respeto de libertades básicas: “Ninguna otra población del mundo sufre tantas restricciones en el mundo de hoy”.

El informe, elaborado por la oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas, recoge el testigo de una comisión de investigación del año 2014 para incidir en que el régimen de Kim Jong-un mantiene e incluso agudiza leyes, políticas y prácticas destinadas a subyugar a la población y a vigilar prácticamente todos los aspectos de su vida pública y cotidiana.

“Lo que hemos visto es una década perdida”, ha lamentado el Alto Comisionado Volker Turk, que teme que, si Corea del Norte sigue por la misma línea, “la población padezca más del sufrimiento, la represión brutal y el miedo que ya ha soportado durante demasiado tiempo”.

El alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk. EFE/EPA/SALVATORE DI NOLFI

El aislamiento contribuye a una cierta impunidad, pero los testimonios y las investigaciones reflejan que los campos de detención política siguen abiertos, cientos de miles de personas se encuentran en paradero desconocido, persiste la falta de alimentos y el régimen hace uso de tácticas de trabajo forzado, por ejemplo para cubrir empleos especialmente físicos como la minería o la construcción a costa de recurrir a familias pobres, huérfanos o niños sin techo.

Pyongyang, entretanto, sigue agitando la propaganda para vender una supuesta verdad única. Difundir información de medios internacionales, aunque sean series televisivas de ficción, puede ser castigado con la pena de muerte, mientras que los avances tecnológicos, lejos de facilitar la vida de los ciudadanos, han contribuido a intensificar el control.

Los avances en materia de libertades y derechos son aún muy “limitadas”, con ligeras mejoras en el trato a los detenidos o en materia procesal, pero desde la ONU insisten en que hay pruebas más que de sobra para asegurar que en Corea del Norte se cometen crímenes internacionales.

El líder norcoreano Kim Jong-un (frente) inspecciona un sitio en el que se erigirán casas adosadas junto al río alrededor de la Puerta de Pothong en Pyongyang, Corea del Norte. EFE/EPA/KCNA

En este sentido, ha reclamado al Consejo de Seguridad de la ONU que lleve el caso del país asiático al Tribunal Penal Internacional (TPI) y ha instado al conjunto de la comunidad internacional a garantizar el principio de no devolución de los norcoreanos que huyan de su país. Asimismo, ha llamado a vigilar cualquier efecto colateral sobre la población civil de las sanciones impuestas para prevenir el desarrollo nuclear en Corea del Norte.

Turk se ha dirigido también al régimen de Kim Jong-un para reclamarle mejoras de la situación a nivel interno, de tal manera que la población pueda tener “algo de esperanza” en “un futuro de mayor libertad”. Las cientos de personas entrevistadas para este estudio así lo reclaman también, con “un fuerte deseo de cambio” que se hace especialmente tangible entre los jóvenes.

(Con información de Europa Press)