Enviado a Milán, Italia – En Gastech 2025, celebrada este año en Milán, Andrea Stegher, presidente de la Unión Internacional de Gas (IGU), destacó ante Infobae el respaldo global a las iniciativas argentinas para convertirse en un proveedor relevante de energía. En el evento, donde convergen los principales actores del sector a nivel mundial, la Argentina fue uno de los protagonistas por su ambicioso proyecto de Gas Natural Licuado (GNL), estratégicamente asociado al desarrollo de Vaca Muerta y promovido por YPF junto a potenciales socias multinacionales.
Stegher —de nacionalidad italiana y principal referente de la IGU, organización que nuclea más de 130 empresas y entidades gasíferas en 70 países, representando alrededor del 90% de la actividad global— expuso: “Es una ocasión perfecta para discutir el desarrollo que tiene Argentina, porque lanzamos el Global Gas Report, que señala de manera clara la necesidad de más energía, más oferta de gas, ya que la demanda crece con fuerza. La Argentina puede desempeñar un papel muy relevante en diversificar las opciones de oferta de gas”. Según Stegher, los recursos de Vaca Muerta y la participación de empresas nacionales e internacionales posicionan al país como una opción sólida para un sector en transformación.
“Compañías internacionales ya han manifestado de forma contundente cómo el país puede asumir un rol importante en nuevas fuentes de gas que el mundo necesita”, subrayó.
El respaldo internacional a los proyectos argentinos de GNL vinculados a Vaca Muerta fue constante: “No es únicamente Argentina, es una iniciativa que la conecta con el resto del mundo. El respaldo internacional es clave para asegurar la financiación necesaria”, expresó Stegher. Consultado sobre la influencia política, tras un resultado adverso para el oficialismo pro mercado de Javier Milei en las elecciones locales de Buenos Aires, aseguró: “El apoyo trasciende la coyuntura política. Vaca Muerta comenzó bajo otro gobierno”.
Para Stegher, Argentina “hace un trabajo sobresaliente en consolidarse como proveedor confiable. No está aún al nivel de los tres grandes actores, pero avanza para integrarse al conjunto. Hoy existen nuevos jugadores como Congo, Mozambique y Argentina, que ya ocupan un lugar en la conversación global y en los acuerdos comerciales”.
Finalmente, ante la posibilidad de interferencias políticas, Stegher fue categórico: “Ningún tema político va a obstaculizar el proyecto de GNL argentino, que contará con un respaldo mucho mayor en cualquier escenario”.
En la jornada previa, dos funcionarios de Estados Unidos se refirieron a los resultados electorales en la provincia de Buenos Aires, remarcando el seguimiento cercano de la administración estadounidense a los movimientos políticos en el país y el interés por la estabilidad democrática y las oportunidades de colaboración energética. Esto refuerza que las decisiones de inversión y respaldo a proyectos clave como el GNL argentino no dependen exclusivamente de la coyuntura política interna, sino del atractivo estructural y de largo plazo del país.
El presidente de YPF, Horacio Marín, en tanto, estuvo esta semana en Milán y presentó el proyecto ante los principales jugadores de la industria. Allí buscó avanzar en los acuerdos con Shell y la italiana ENI para producir GNL.
Consultado por la magnitud posible del aporte argentino, el titular de IGU sostuvo que se requieren “proyectos de ese tamaño y relevancia, sobre todo ante un contexto geopolítico complicado, donde es esencial sumar opciones que reduzcan la complejidad”. Destacó, además, que el reciente acuerdo entre Mercosur y Europa “puede añadir valor al proyecto”. Ubicó a Argentina como “el cruce entre Asia y Europa, muy cerca de Asia mediante el Estrecho de Magallanes y con potencial para aportar flexibilidad que Europa busca”.
La seguridad de suministro, junto con la flexibilidad y la diversificación, fueron calificadas por Stegher como “opciones fundamentales”. Además, anticipó que “serán los contratos de largo plazo los que marcarán el rumbo de la industria”, lo que permitiría a Argentina “ofrecer gas a diferentes mercados” y satisfacer la fuerte demanda proveniente del sudeste asiático, principal motor de crecimiento, y de Europa, que adopta una visión pragmática en la transición energética. Enfatizó también el potencial incipiente del sector marítimo europeo para utilizar GNL como combustible.
Para Stegher, la Argentina “está haciendo lo necesario para integrar el equipo global”. Explicó que con “producción y recursos inmensos y un compromiso firme, que trasciende lo nacional y adquiere alcance internacional, logra un respaldo clave que habilita el desarrollo del proyecto”. Agregó: “Este tipo de oportunidades son cruciales para identificar a los ‘new kids in town’, los nuevos actores que están listos para competir con cataríes y estadounidenses”.
“Argentina está haciendo lo necesario para integrar el equipo global” (Stegher)
El ambiente en Gastech transmitió optimismo para el sur del continente. Stegher definió la “opcionalidad” como el valor esencial de la Argentina y advirtió la relevancia de “diversificar la oferta”, citando el ejemplo de Egipto, que de exportador transitó a importador de gas por un rápido declive productivo.
Al abordar el contexto internacional del gas, Stegher indicó que la IGU reúne en su seno actores tan diversos como Estados Unidos, China, Argelia y Azerbaiyán. “A pesar de la falta de conexiones fluidas, las empresas muestran capacidad de cooperación.” Sostuvo que “la demanda de energía de la población, el desarrollo industrial, social y económico exigen la continuidad del diálogo y el trabajo conjunto entre empresas”.
Respecto a la visibilidad de Argentina entre empresas energéticas mundiales, Stegher resaltó el enfoque del país en esta edición de Gastech: “No estaba en el radar de muchos, por eso estas oportunidades son claves para poner en juego a los nuevos actores. Lo importante es que el desarrollo avance, con fundamentos sólidos: producción, recursos inmensos y un compromiso potente que no se limita a lo nacional, sino que ya es internacional. Este es un respaldo esencial para lograr el desarrollo”.
En materia de precios internacionales de GNL, Stegher advirtió sobre la volatilidad: “El mercado spot funciona cuando la oferta supera la demanda, pero la volatilidad no es deseable. Es fundamental la existencia de contratos de largo plazo que garanticen certezas a productores y consumidores”. Remarcó la importancia de “asegurar la visibilidad de cash flow para financiar proyectos” y la necesidad de que “los usuarios confíen en que el gas es accesible”.
Asia también tiene un papel destacado. “China es un mercado de gran relevancia, con dinámicas propias. India, potencialmente, es la nueva China. Ambos países suman uno coma cuatro mil millones de habitantes, pero China consume cinco veces más energía. Cualquier pequeño incremento en India, en términos absolutos, es masivo”, explicó Stegher.
Respecto a la posibilidad de un nuevo gasoducto entre Rusia y China opinó: “Aún debe ser evaluado. No hay ningún proyecto que, por sí solo, modifique el equilibrio global. La demanda es tan alta que ningún actor define el mercado de manera aislada”.
La presencia de Estados Unidos fue tema central. El titular de IGU afirmó: “Si Estados Unidos no hubiera estado presente en 2022, Europa no habría tenido acceso a energía. Actualmente observamos un fuerte impulso de nuevos proyectos y demanda. Por ejemplo, los data centers en Estados Unidos podrían, para 2030, igualar el consumo eléctrico de cuarenta millones de hogares”. Señaló: “No hay un solo actor capaz de modificar el equilibrio mundial”.
Sobre los contratos de GNL, Stegher distinguió la mayor flexibilidad actual frente a los antiguos “take-or-pay”: “Hoy, los acuerdos a largo plazo incorporan flexibilidad y benefician tanto a productores como a consumidores. Quedaron atrás los contratos rígidos; la innovación contractual es clave para seguir siendo competitivos”.
“No podemos permitirnos un déficit de oferta, ya que daría más espacio al carbón a nivel mundial. Esto no favorece a nadie”
Al analizar pronósticos, Stegher advirtió sobre la reducción de la oferta actual: “Debemos incrementar la producción para equilibrar la demanda creciente. No podemos permitirnos un déficit de oferta, ya que daría más espacio al carbón a nivel mundial. Esto no favorece a nadie”.
Distribuyó el mapa energético global: “El gas equivale aproximadamente a un cuarto de la oferta mundial de energía. El carbón, cifras similares. El petróleo un poco por detrás. Luego, las fuentes eléctricas directas, energía nuclear y renovables. El crecimiento de la demanda contradice el presupuesto original de los escenarios net-zero, que suponía una caída. No está sucediendo”.
Respecto a la cultura del gas, recordó que la IGU nació en 1931 y que el desarrollo gasífero europeo comenzó en Italia tras la Segunda Guerra Mundial. “En otros lugares, como África, el uso de gas está en su infancia y aún hay regiones, sobre todo mujeres y niños, sin acceso a energía moderna para cocinar”.