En lo que va del año, las importaciones de carne aviar si dispararon, al mismo tiempo que las exportaciones declinaron. Es una tendencia que se ve también en el sector porcino y bovino y genera preocupación entre los productores. La pérdida de competitividad con Brasil emerge como un factor clave.
De acuerdo a los datos oficiales de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, las importaciones de carne aviar entre enero y julio de 2025 treparon a 12.951 toneladas, lo que representa un incremento de 295% respecto del mismo periodo de 2024, cuando se habían importado 3.282 toneladas.
Según precisó el Instituto para el Desarrollo Agroindustrial Argentino (IDAA), el incremento de las importaciones de carne aviar se corresponde con lo que está ocurriendo con la carne porcina y bovina, que en el mismo periodo muestran aumentos interanuales de 652 y 2.100% respectivamente.
“En el caso del complejo aviar de carne se da la paradoja de que al mismo tiempo que aumentan las importaciones, caen las exportaciones. En los primeros 7 meses del año, las exportaciones de carne aviar cayeron 4,9% respecto de 2024 hasta totalizar 103.454 toneladas», destacó el informe elaborado por Javier Preciado Patiño, ingeniero agrónomo y ex subsecretario de Mercados Agropecuarios.
De esta forma las importaciones, que en 2024 representaban el 3% de las exportaciones, cuadruplican esa relación hasta alcanzar el 12,5% en 2025. El salto que se está dando más que que duplica la proporción más alta de los últimos diez años.
“En términos absolutos, las 12.950 toneladas importadas en lo que va del año superan los volúmenes anuales de toda esta serie. De mantenerse la tendencia, el año concluiría con más de 22.000 toneladas importadas y habría que retroceder hasta 2001 para ver una serie de años con volúmenes similares», precisaron.
Preciado Patiño explicó que el fenómeno obedece a varios factores, aunque destacó que el principal está relacionado con la administración del tipo de cambio. Señaló que un tipo de cambio favorable para la importación y desfavorable para la exportación afecta al sector. Esta situación se repite en el caso de la carne vacuna.
Según el especialista, una empresa que utiliza pollo, carne vacuna o de cerdo como materia prima encuentra conveniente importar esos productos desde Brasil, país que devaluó su moneda y se volvió más competitivo, a diferencia de Argentina. Así, resulta más ventajoso elaborar productos como prefritos o chacinados con insumos importados.
Agregó que este ha sido el motivo principal durante el último período e indicó que habrá que observar cómo evoluciona la situación ante los recientes movimientos en del dólar. “Si se avanza hacia un valor más alineado al mercado y menos intervenido, la importación dejará de ser conveniente para la industria”, explicó.
Respecto a las exportaciones, Preciado Patiño señaló que la caída se vincula también con el tipo de cambio y la pérdida de competitividad. Ahora el problema es el brote de influenza registrado en agosto, que impactará en las estadísticas próximas dado que provocó el cierre de algunos mercados.
Al respecto, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) reportó tres nuevos brotes en la provincia de Buenos Aires. El 1 de agosto se notificó un caso en aves de traspatio en Navarro. Luego, el 14 se detectó otro foco en Arrecifes y el 19 la gripe aviar alcanzó a un establecimiento comercial de aves de postura en Los Toldos, partido de General Viamonte.
Por ello, se informó la suspensión temporal de exportaciones de productos aviares hacia los países con los que mantiene un acuerdo sanitario libre de esta enfermedad.
En cuanto al consumo interno , Preciado Patiño considera que es posible que hay un exceso de oferta, considerando que el pollo entero tuvo una variación negativa en el precio por dos meses consecutivos. En este sentido, según el Indec, en agosto bajó de $3.910,04 a $3.848,28 por kilo (-1,6%).
No es menor destacar que ese escenario se da aún cuando este alimento ha funcionado como un sustituto de la carne en el último año por su menor precio.
De todos modos, la tendencia al alza en el consumo de carne viene de larga data: según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), este mostró un crecimiento estructural sostenido en las últimas dos décadas, consolidándose como una de las principales fuentes de proteína animal en la dieta de los argentinos.
En tanto, en la entidad considera que “es difícil pensar que siendo Argentina el sexto país de mayor consumo per cápita de carne aviar del mundo haya margen para aumentar en gran medida la demanda doméstica. En ese contexto, los mercados internacionales constituirán un destino estratégico para los incrementos de producción que puedan lograrse a futuro». Allí aparecen como oportunidades Japón y China.