Horacio Marín, presidente de YPF fue entrevistado por John Defterios, miembro del Directorio de Gastech

El presidente de YPF, Horacio Marín, anunció este miércoles durante la conferencia Gastech 2025 en Milán que la empresa avanza en negociaciones para incorporar a una petrolera estadounidense y a otro socio internacional relevante en las dos fases centrales del proyecto “Argentina LNG”. Ante inversores y medios internacionales, Marín sostuvo que las recientes turbulencias políticas y económicas tras las elecciones en la provincia de Buenos Aires no alteran la hoja de ruta de la petrolera de mayoría estatal ni modifican el clima del mercado.

Según contaron a Infobae fuentes con conocimiento directo, el plan impulsa una inversión histórica en infraestructura energética bonaerense con el desarrollo de un megaproyecto exportador de hidrocarburos líquidos bajo el nombre de “Vaca Muerta Liquid”. Entre las alternativas analizadas se encuentra la posible construcción de una mega planta de líquidos en Bahía Blanca.

Vale recordar que, en abril, YPF anunció que el proyecto de GNL se instalaría en Punta Colorada, Río Negro, y no en Buenos Aires, decisión que generó la crítica del gobernador Axel Kicillof, quien atribuyó la elección a motivos políticos. Desde la empresa, aseguraron que los estudios de factibilidad posicionaron mejor a la provincia patagónica por su proximidad a Vaca Muerta. Ahora aparece una nueva posibilidad en suelo bonaerense.

Durante su participación en Gastech y en entrevista con John Defterios, Marín informó que YPF aspira a cerrar acuerdos con compradores “triple A”, mencionando a empresas como Shell, Eni y una empresa estadounidense que prefirió no identificar, además de firmas japonesas y alemanas. Destacó que la cartera de compradores ya cubre prácticamente toda la futura producción de GNL argentino: “El mercado al que apuntamos es Europa y Asia”, señaló Marín. Según la presentación en Milán, la demanda internacional superará la oferta disponible.

Horacio Marín durante su exposición en Gastech 2025 en Milán, donde detalló los avances del proyecto Argentina LNG.

El directivo encabezó la presentación de la petrolera en un escenario nacional marcado por volatilidad política y económica. Tras la derrota del oficialismo de La Libertad Avanza –el partido de Javier Milei– frente al kirchnerismo en Buenos Aires, Marín descartó que haya impacto en las inversiones del sector. “La macroeconomía está muy bien. Es una inversión a largo plazo, no veo que vaya a haber dificultades cuando la idea es buena. Seguimos igual”, afirmó.

Respecto al desarrollo de Argentina LNG, Marín detalló que YPF negocia con la firma china Wison LNG la construcción de dos barcos fundamentales para la etapa junto a Eni (Argentina LNG 3). Son embarcaciones licuefactoras, que permitirían preparar el gas para exportar. Cada embarcación tendría un costo de USD 3.000 millones. Paralelamente, avanzan conversaciones con Samsung para optimizar precios y sumar capacidades técnicas en la siguiente etapa (Argentina LNG 2), que contará con Shell y un buque adicional. Cada barco ofrecerá capacidad para seis millones de toneladas y el plan global podría alcanzar las dieciocho millones de toneladas anuales de GNL.

A este volumen se sumarán unas seis millones de toneladas que aportará la fase uno, liderada por Pan American Energy (PAE), en asociación con Golar, YPF, Pampa Energía y Harbour Energy. Esta etapa, que ya tiene decisión final de inversión, comenzará a operar en 2027.

Frente al público en Milán, Marín afirmó: “En petróleo, tenemos VMOS, que es Vaca Muerta Sur. Ahora trabajamos en la construcción y contratación de un oleoducto que eliminará los cuellos de botella de Vaca Muerta y permitirá a Argentina producir 1,5 millones de barriles por día”. Para el sector petrolero argentino, el objetivo inmediato es elevar las exportaciones a 180.000 barriles diarios en el último trimestre del próximo año y alcanzar el medio millón hacia finales de 2027.

En la cadena gasífera, la meta es alcanzar exportaciones sostenidas a partir de 2031 por hasta USD 40.000 o 50.000 millones anuales, cifra equivalente a USD 350.000 millones en veinte años considerando gas y derivados líquidos, según fuentes del sector. Esta proyección supone un récord histórico para la energía argentina.

Con el objetivo de agilizar la ejecución, el proyecto prevé licitaciones directas con los constructores y así evitar demoras burocráticas. “El diseño front end, con licitación, que suele tomar un año y medio, lo rompimos. Pensamos directo a la propuesta de Binding para ganar tiempo”, explicó una fuente involucrada en la iniciativa. La orden de compra para los barcos, bajo la modalidad de project finance, permitirá acceder a financiamiento internacional garantizado por contratos comerciales y alianzas con las multinacionales.

La ingeniería financiera de Argentina LNG divide la inversión en tres tramos: upstream, midstream y barcos licuefactores, con negociaciones independientes. Se estima que el 70% se financiará mediante project finance, mientras que el 30% restante será cubierto por flujo propio o mediante acuerdos con socios estratégicos. Marín aclaró: “La capacidad financiera de YPF para estos proyectos no depende de la cotización de la acción, sino del valor de las ventas esperadas”.

En respuesta a las dudas sobre el impacto de la elección bonaerense en las decisiones de inversión, el presidente de YPF remarcó la solidez estructural del proyecto y el respaldo normativo del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI): “Esto es un proyecto de la Argentina. Tiene una ley muy fuerte que no puede cambiar. Cambiar una ley de promoción es muy caro. El objetivo es que la continuidad institucional y la solidez contractual respalden las inversiones, gane quien gane”, aseguró Marín.

El directivo subrayó que todo el sector energético está invirtiendo y que el desafío exige una coordinación inédita. Reafirmó: “YPF debe liderar la industria para eliminar los cuellos de botella y exportar a gran escala”.

En infraestructura, las fases del proyecto contemplan la construcción de un gasoducto de 48 pulgadas, con capacidad combinada de hasta 100 millones de metros cúbicos diarios. Marín explicó: “Ese gasoducto va a tener setenta y cinco millones de metros cúbicos por día y puede llegar a cien millones con plantas compresoras. Supera la producción anual actual del país”.

La inversión total estimada alcanza los USD 25.000 millones en infraestructura y otros USD 25.000 millones en upstream durante veinte a treinta años, aunque el monto final dependerá de la ingeniería definitiva. Para lograr el objetivo de exportación de GNL, YPF planea perforar 780 pozos nuevos hasta 2030, con inversiones cercanas a USD 14 millones por pozo, además de las obras asociadas en plantas y facilidades.

Mega inversión en Buenos Aires: integración y valor agregado

Un eje central de la estrategia de YPF es la integración del plan “Vaca Muerta Liquid”, que maximiza el valor de los líquidos asociados al gas de la formación neuquina. El gas se derivará a plantas fraccionadoras que separan etano, propano y butano, destinados a la exportación o a la petroquímica en Bahía Blanca. La infraestructura podrá sumar poliductos y la ampliación del polo industrial bonaerense, facilitando la exportación de Gas Licuado de Petróleo (GLP) y generando valor agregado.

Marín hizo hincapié en la fortaleza de la infraestructura argentina, aunque fue diseñada para cinco cuencas: “Ahora toda la producción sale de una sola, la Cuenca Neuquina, que es Vaca Muerta. El objetivo de YPF es liderar la industria para eliminar los cuellos de botella y exportar a gran escala”.

La estrategia apunta a mantener la rentabilidad por debajo de la estructura de costos de Estados Unidos. Marín resaltó la diferencia geológica frente a Catar y defendió la competitividad de la roca argentina: “Con Catar no podés competir, ni para empezar. Pero tampoco hacen nada para ser competitivos. Es la geología, como suelo decir. Hay que entender la geología de Vaca Muerta antes de evaluar un área”.

Simultáneamente, directivos técnicos de YPF exploran asociaciones con proveedores industriales argentinos, como el Grupo Techint. “La lámina la puede hacer en Usiminas y en SIAT, compra las máquinas y hace el doblado”, precisó Marín.

La llegada de una petrolera estadounidense de primer nivel como socia aceleró la viabilidad del proyecto. “Esa petrolera probablemente será off-taker. Están Shell, la estadounidense, Eni y otra firma que seguramente se sumará. Después hay acuerdos con japoneses, alemanes e indios para ventas”, indicaron fuentes de la industria. El acuerdo global abarca compradores de varios continentes y reduce la exposición al riesgo país.

Respecto a los plazos, la utilización de astilleros asiáticos y acuerdos con grandes constructores permitirán la entrega de las unidades flotantes de licuefacción en cerca de treinta meses. Los barcos saldrán de China probados y serán remolcados hasta la costa argentina, en Río Negro, para entrar rápidamente en operación.

El plan lanzado en Milán se apoya en alianzas con bancos internacionales y socios globales que garantizan la demanda futura y, al mismo tiempo, mitigan el riesgo país, actualmente superior a 1.000 puntos. “El riesgo global siempre existe, pero con estos contratos y socios, el fondeo no debería ser un problema”, sintetizó una fuente de YPF.