Un mega yate de lujo incautado a oligarcas rusos sancionados protagoniza una subasta sin precedentes organizada por el gobierno de Estados Unidos en San Diego.
El Amadea, una embarcación de 106 metros de eslora con una pileta infinita, helipuerto y lujosos salones, será adjudicado al mejor postor en una puja sellada este 10 de septiembre, tras una prolongada batalla legal y en el contexto de las sanciones impuestas a Rusia por la invasión de Ucrania.
Una subasta exclusiva para multimillonarios
El proceso de venta del Amadea, valorado en su momento en USD 350 millones y actualmente estimado entre USD 80 millones y USD 120 millones, está dirigido a un grupo muy reducido de potenciales compradores.
Solo quienes acrediten un patrimonio neto mínimo de USD 500 millones pueden participar en la subasta, para lo cual deben presentar una fianza de USD 10 millones y superar un riguroso proceso de verificación de identidad y cumplimiento normativo, detalló la cadena CNN.
La subasta, administrada por National Maritime Services y la firma Fraser Yachts, se realizará bajo la modalidad de puja sellada, en la que el mejor postor se adjudicará el yate “tal como está y donde está”, amarrado en San Diego.
Los interesados pueden solicitar inspecciones previas, siempre bajo estrictas condiciones de confidencialidad y seguridad, y solo tras la aprobación de su documentación.
El Amadea, construido en 2017, cuenta con seis cubiertas, ocho camarotes, un gimnasio, centro de salud, cine privado, tanque de langostas y un gran salón con chimenea de mármol y piano.
Según datos recogidos por la cadena norteamericana, la embarcación fue tasada en USD 230 millones en 2022, aunque el valor actual podría verse afectado por la incertidumbre legal que aún rodea su propiedad. Investigadores de Arizton Advisory and Intelligence estiman que solo entre 50 y 100 personas en el mundo tienen la capacidad financiera para adquirir un yate de estas características.
Una disputa legal internacional
La historia del Amadea está marcada por su incautación en 2022 en Fiyi, como parte de una operación del Departamento de Justicia de Estados Unidos a través de la fuerza especial KleptoCapture, creada para perseguir activos de oligarcas rusos sancionados tras la invasión de Ucrania.
El gobierno estadounidense alegó que el yate pertenecía a Suleiman Kerimov, un magnate ruso del oro incluido en la lista de sancionados, quien habría utilizado el sistema bancario estadounidense para costear los gastos de la embarcación, en violación de las restricciones impuestas.
No obstante, la propiedad del Amadea ha sido objeto de una compleja disputa legal. Eduard Khudainatov, exdirector de la petrolera Rosneft, y la empresa Millemarin Investments presentaron reclamaciones para recuperar el yate, argumentando que eran los legítimos propietarios.
Sin embargo, en marzo de 2025, el juez Dale Ho, del Distrito Sur de Nueva York, falló a favor del gobierno estadounidense, concluyendo que existían “suficientes elementos para determinar que los reclamantes son simples testaferros del Amadea, que ostentan el título en nombre de otra parte y, por tanto, carecen de legitimación para impugnar la confiscación”. El magistrado también señaló que la “preponderancia de la evidencia” indica que el yate pertenece “a miembros de la familia de Suleiman Kerimov”.
Tras la sentencia, Khudainatov interpuso una apelación, a la que el Departamento de Justicia debe responder antes de mediados de noviembre. Adam Ford, abogado del directivo ruso, calificó la venta como “impropia y prematura” en declaraciones a CNN, y advirtió que “si nuestra apelación prospera, el gobierno deberá reembolsar el valor total de la embarcación. Dudamos que atraiga a un comprador racional a precio de mercado, ya que la propiedad puede, y será, impugnada en tribunales fuera de Estados Unidos, exponiendo a los compradores a años de litigios costosos e inciertos”.
Los fiscales estadounidenses, por su parte, consideraron que estas declaraciones constituyen “un intento flagrante de obstaculizar la capacidad del Gobierno para vender su propia propiedad y perjudicar el precio de venta del Amadea”.