El diseñador de moda italiano Giorgio Armani, fallecido a los 91 años, será enterrado el lunes en una ceremonia familiar privada en un pueblo cercano a Milán, según informaron las autoridades locales.
Miles de personas desfilaron ante su ataúd durante el fin de semana, expuesto junto a la sede de su multimillonaria empresa de estilo de vida en Milán.
Armani, fallecido el jueves, será enterrado en el pueblo medieval de Rivalta, al sur de Milán, donde también descansan los restos de su madre, según informó el domingo la asociación local de los castillos de la región.
Se desplegarán medidas de seguridad para garantizar la privacidad del funeral, programado para media tarde, según informó la asociación en redes sociales.
El alcalde de Milán, Giuseppe Sala, también anunció un día de luto en su ciudad el lunes.
La compañía Armani declaró a AFP que sus tiendas en Italia cerrarán el lunes por la tarde como muestra de respeto.
Estrellas de Hollywood, políticos y deportistas han rendido homenaje a la leyenda de la moda desde su fallecimiento.
Quién fue Giorgio Armani
El diseñador nació en 1934 en Piacenza, una ciudad del norte de Italia marcada por la posguerra. Hijo de un empleado de transporte y criado en un hogar modesto, abandonó la carrera de Medicina antes de descubrir en Milán el mundo que lo definiría: la moda. Tras un paso inicial por los escaparates de La Rinascente y un aprendizaje en la firma de Nino Cerruti, en 1975 fundó junto a su socio Sergio Galeotti la casa que llevaría su apellido. Desde allí, Armani transformaría el vestir contemporáneo hasta convertirse en uno de los creadores más influyentes del último medio siglo.
Revolucionó el sastre. En los años 70 impulsó siluetas minimalistas y chaquetas sin estructura rígida. Su sastrería desestructurada redefinió tanto la elegancia masculina como la femenina en clave moderna. Introdujo el concepto de quiet luxury: elegancia contenida, sin estridencias, sofisticación sin ostentación.
El cine fue su vitrina. En American Gigolo (1980), sus trajes sobre Richard Gere impulsaron su fama internacional. Desde entonces, numerosos actores y actrices de Hollywood se convirtieron en sus clientes habituales. Fue pionero en vestir estrellas en alfombras rojas y eventos mediáticos.
Para la moda femenina fue agente de empoderamiento. Desde los trajes sueltos de Diane Keaton en los Oscar 1978 hasta los looks de Julia Roberts (1990), Jodie Foster (1992), hasta gala de Cate Blanchett, Zendaya o Lupita Nyong’o, Armani creó formas de elegancia fuertes y fluidas que borraron barreras de género.
Su imperio trascendió la ropa. Extendió su visión a perfumes, cosmética, mobiliario, hoteles, deportes y música. Diseñó uniformes para selecciones olímpicas y equipos profesionales. Creó el Armani Hotel en Dubai y una estética de estilo de vida completa.
Mantuvo control absoluto e independencia. Poseyó casi toda su empresa, evitó fusiones con grupos como LVMH o Kering y creó la Giorgio Armani Foundation para garantizar continuidad con identidad propia. Fue, según Business of Fashion, el “rey” modesto que construyó un legado autosuficiente.
Murió el 4 de septiembre de 2025 en Milán, tras meses de salud frágil que lo habían apartado de la pasarela. Su féretro, vestido con la misma sobriedad que definió su obra, fue velado en la sede de la compañía y atrajo a miles de personas. Para muchos de sus empleados fue una figura paterna; para colegas y clientes, un visionario discreto y cercano. Milán lo despidió como a un héroe cultural y económico, y su país lo recuerda como un referente global que cambió para siempre la forma de entender la elegancia.