El presidente libanés Joseph Aoun, centro, en el fondo, encabezó una reunión del gabinete para analizar el plan del Ejército para desarmar a Hezbollah, en el palacio presidencial de Baabda, en el este de Beirut, este viernes 5 de septiembre de 2025 (REUTERS/Emilie Madi)

El Consejo de Ministros del Líbano respaldó este viernes el plan elaborado por el Ejército libanés para desarmar al grupo terrorista chiíta Hezbollah, según anunció el ministro de Información Paul Morcos al término de una reunión gubernamental dedicada a este asunto. Según Morcos, la institución castrense comenzará a ejecutar la hoja de ruta presentada de acuerdo con sus capacidades, descritas como “limitadas” en logística, recursos materiales y cantidad de efectivos.

Morcos comunicó ante la prensa que “el Gabinete dio la bienvenida al plan y a sus sucesivas etapas para garantizar la implementación de la decisión relativa a limitar las armas a las autoridades legítimas”. El plan fue expuesto este viernes ante el gabinete por el jefe militar Rodolphe Haykal, cumpliendo así la orden emitida hace un mes para establecer un mecanismo de desarme.

El Gobierno, conforme a lo acordado, no divulgó los detalles específicos del plan ni las deliberaciones mantenidas y resolvió que Haykal entregue informes mensuales sobre los avances en la aplicación del proceso. En la reunión, Morcos puntualizó: “El Ejército actuará dentro del marco que se le asignó en la sesión del 5 de agosto, pero también tiene derecho a una apreciación propia en términos operativos”. En referencia a estos márgenes de maniobra, remarcó que ciertos “aspectos de la ciencia militar” expuestos por Haykal requieren tiempo y esfuerzos adicionales, además de sortear diversas restricciones.

Durante la sesión, Haykal alertó sobre múltiples factores que podrían obstaculizar la ejecución del plan. Entre ellos, destacó los continuos ataques israelíes en territorio libanés a pesar del alto el fuego acordado el pasado noviembre. El jefe castrense subrayó también las limitaciones operativas en cuanto al número de tropas disponibles, así como carencias tecnológicas y logísticas.

El Ejército libanés, muy afectado por la crisis económica en el país durante los últimos cinco años, ha sobrevivido gracias a apoyos internacionales, especialmente de Estados Unidos y Qatar. En la actualidad, la comunidad internacional estudia vías para incrementar la asistencia a las Fuerzas Armadas, con el objetivo de que se extienda la soberanía estatal sobre todo el territorio nacional.

Imagen de archivo: Miembros de Hezbollah asisten al funeral público de los líderes fallecidos Hassan Nasrallah y Hashem Safieddine, asesinados en ataques aéreos israelíes el año pasado, en el estadio Camille Chamoun Sports City, a las afueras de Beirut, Líbano, el 23 de febrero de 2025 (REUTERS/Emilie Madi)

Resistencias al desarme

La decisión de proceder al desarme de Hezbollah se formalizó tras la debilidad sufrida por el grupo chiíta en la guerra con Israel en 2024. Aunque el gobierno libanés ha expresado reiteradamente su propósito de limitar la posesión de armas únicamente a las instituciones estatales, los pasos concretos para materializar esta política no llegaron hasta hace pocas semanas. Hasta entonces, la estrategia oficial abogaba por buscar una entrega voluntaria de armamento por parte del grupo.

Tanto la iniciativa planteada por el Ejército libanés como una propuesta anterior de las autoridades estadounidenses han sido rechazadas por Hezbollah, que las interpreta como acciones favorables a los intereses de Israel y contrarias a la capacidad defensiva del Líbano, mientras continúan los ataques israelíes.

Hezbollah y el movimiento Amal, ambos con representación en el gabinete, boicotearon las discusiones saliendo de la reunión cuando Haykal presentó su hoja de ruta. Según la información difundida, los cinco ministros chiítas del gabinete, incluidos los miembros de Hezbollah y Amal, se retiraron en ese momento en señal de rechazo.

El gobierno de Nawaf Salam ordenó al Ejército preparar el plan de desarme en agosto, coincidiendo con un aumento de la presión internacional, principalmente de Estados Unidos, ante la posibilidad de que se intensifiquen los bombardeos israelíes en territorio libanés.

Desde el final de la guerra civil libanesa en 1990, Hezbollah fue la única milicia que mantuvo sus armas, justificando su rol bajo el concepto de “resistencia” frente a Israel. El actual proceso de desarme marca un punto de inflexión en la política de seguridad del país.

(Con información de AFP y EFE)