El presidente de Estados Unidos, Donald Trump. REUTERS/Brian Snyder

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contará con la facultad de decidir el destino de USD 550.000 millones en inversiones provenientes de Japón, tras la firma de un memorándum inédito entre ambos países, según informó Financial Times. El acuerdo, rubricado el miércoles en el marco de la oficialización del nuevo pacto comercial, estipula que el mandatario estadounidense seleccionará directamente los proyectos que recibirán el capital japonés.

De acuerdo con el memorándum, Japón dispondrá de apenas 45 días para financiar los proyectos seleccionados por Trump. Si no cumple con ese plazo, Estados Unidos repondrá los aranceles elevados que había impuesto previamente sobre productos japoneses.

Antes del acuerdo, los productos japoneses enfrentaban un arancel del 25% al ingresar al mercado estadounidense. Con el nuevo pacto, la tarifa se reduce al 15%. Estados Unidos también rebajó el arancel sobre automóviles y autopartes japonesas del 27,5% al 15%.

Los términos del acuerdo reflejan la presión ejercida por la administración estadounidense sobre sus socios comerciales para obtener concesiones. El documento establece que ambos países compartirán por partes iguales los flujos de caja de las inversiones japonesas en territorio estadounidense hasta que Tokio recupere el monto aportado. Una vez cumplida esa etapa, Estados Unidos se quedará con el 90% de los ingresos generados posteriormente.

Según el memorándum, la selección de proyectos de inversión estará a cargo del presidente estadounidense apoyado en un comité presidido por Howard Lutnick, secretario de Comercio estadounidense. Además, el comité procurará elegir proveedores japoneses para suministrar bienes y servicios asociados a los proyectos financiados, siempre que resulte posible.

Vehículos Honda aparcados en un patio de almacenamiento de vehículos en un puerto industrial de Yokohama, cerca de Tokio, Japón. REUTERS/Kim Kyung-Hoon

El acuerdo surge tras negociaciones en las que Japón, uno de los aliados históricos de Washington, buscaba evitar el restablecimiento de aranceles altos. Previamente, los funcionarios japoneses y estadounidenses ofrecieron versiones divergentes sobre el reparto de los beneficios de las inversiones, pero el memorándum divulgado otorga una posición preferente a la parte estadounidense.

El pacto con Japón sigue el patrón de otras iniciativas impulsadas recientemente por la administración Trump. El mes pasado, el presidente anunció acuerdos con Nvidia y AMD, compañías estadounidenses de semiconductores, que obligan a ceder parte de sus ingresos provenientes de ventas en China a la administración estadounidense. Asimismo, la Casa Blanca comunicó su decisión de adquirir una participación accionarial del 10% en Intel.

En otro caso reciente, Estados Unidos tomó una “acción dorada” en US Steel como parte de la aprobación de la adquisición de la compañía por parte del grupo japonés Nippon Steel, por valor de USD 15.000 millones.

La inversión japonesa forma parte de un acuerdo más amplio para reducir los aranceles denominados “aranceles recíprocos”. Aunque el gobierno estadounidense disminuyó los tipos arancelarios tras el pacto, los exportadores japoneses siguen enfrentando tasas superiores a las vigentes antes del regreso de Trump al poder.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, estrecha la mano del primer ministro de Japón, Shigeru Ishiba, en la Casa Blanca en Washington, Estados Unidos, el 7 de febrero de 2025. REUTERS/Kent Nishimura

En un comunicado reciente, el economista de Morgan Stanley Takeshi Yamaguchi afirmó que la iniciativa podría tener un “impacto positivo en el mediano y largo plazo” sobre las exportaciones japonesas, dependiendo del grado de participación de proveedores nipones en los proyectos financiados por la inversión estratégica.

Otros socios comerciales, como Corea del Sur y la Unión Europea, también han anunciado compromisos para invertir cantidades significativas en Estados Unidos en un intento por esquivar tarifas punitivas similares sobre sus exportaciones. Las condiciones de estos compromisos, hasta ahora, no habían sido detalladas públicamente y presentaron versiones dispares entre las capitales de los países involucrados y Washington.

El nuevo acuerdo con Japón fue anunciado en una ceremonia celebrada en el Departamento de Comercio estadounidense, donde se formalizó la nueva estructura de aranceles mediante una orden ejecutiva firmada por el presidente.