El pez globo japonés, conocido como fugu, es famoso por poseer una potente neurotoxina mortal para el ser humano (foto: REUTERS/Sakura Murakami)

El consumo de ciertos pescados puede implicar riesgos graves para la salud humana debido a la presencia de toxinas naturales en sus organismos. Estas sustancias, muchas veces acumuladas a través de la dieta del pez —por bacterias, algas o fitoplancton—, son imposibles de detectar a simple vista y no afectan el aspecto ni el sabor de la carne. Sin embargo, pueden provocar desde molestias digestivas leves hasta complicaciones neurológicas severas e incluso la muerte, como advierte BBC Science Focus Magazine.

La peligrosidad que presentan estas especies radica en procesos biológicos internos que las convierten en portadoras de compuestos tóxicos, representando un desafío tanto para los pescadores como para los consumidores.

La tetrodotoxina que contiene el fugu es un veneno cien veces más letal que el cianuro (foto: Freepik)

El pez globo (fugu): la neurotoxina mortal

Uno de los ejemplos más emblemáticos de peces tóxicos es el pez globo o fugu, famoso en Japón por la intensidad de los cuidados requeridos para su consumo. Este animal contiene una poderosa neurotoxina llamada tetrodotoxina, cuya presencia en los tejidos depende de bacterias presentes en su alimentación.

Cuando una persona consume carne de fugu contaminada, la tetrodotoxina impide la transmisión normal de señales nerviosas, produciendo síntomas como parálisis, insuficiencia respiratoria e incluso la muerte. Los efectos de la intoxicación suelen aparecer entre veinte minutos y tres horas después de la ingestión, y hasta el momento no existe un antídoto efectivo.

Ante este panorama, Japón regula de manera estricta la manipulación y preparación del fugu: solo chefs especialmente formados y con licencia oficial pueden servir este manjar en restaurantes, una política diseñada para salvaguardar la salud de los consumidores, según detalla BBC Science Focus Magazine.

La tetrodotoxina es letal incluso en pequeñas cantidades, y el riesgo de intoxicación es tan alto que el fugu es considerado por muchos expertos el pescado más venenoso del mundo.

Solo chefs altamente capacitados están autorizados a preparar fugu en Japón (foto: Boroa)

Peces alucinógenos y el misterioso fenómeno de la salema porgy

Algunas especies marinas, como la salema porgy (Sarpa salpa), presentan riesgos menos convencionales. Este pez, perteneciente a la familia de los besugos y frecuente en el Atlántico oriental y el Mediterráneo, puede inducir intensas alucinaciones auditivas y visuales tras su consumo.

El fenómeno, conocido como ictioalileinotoxismo, se asemeja a los efectos del LSD y ocurre solo algunas veces al año, vinculado al ciclo de alimentación del pez. Se cree que la toxicidad de la salema porgy proviene de toxinas generadas por algas o fitoplancton presentes en su dieta estacional. Por ello, en ciertas zonas es llamado “el pez de los sueños”, en alusión a las sensaciones psicodélicas que desencadena, según describe BBC Science Focus Magazine.

El episodio

Ciguatoxina en peces de arrecife: un riesgo creciente

La ciguatoxina representa otra amenaza relevante para quienes consumen pescado de arrecifes. Esta neurotoxina, producida por dinoflagelados —un tipo de alga marina—, no suele afectar demasiado a los peces pequeños, pero sí se concentra en especies predadoras al escalar la cadena alimentaria. Barracudas, morenas, pargo rojo y lubinas pueden almacenar altas concentraciones de ciguatoxina, especialmente en partes como la cabeza, el hígado o los intestinos.

Para los humanos, los síntomas de intoxicación pueden presentarse apenas 30 minutos después de la ingestión, afectando tanto el sistema nervioso como el digestivo. El cambio climático añade complejidad a la situación: el aumento de las temperaturas favorece la proliferación de dinoflagelados en coral debilitado, incrementando así la cantidad de peces contaminados con ciguatoxina. Los efectos de esta toxina pueden incluir náuseas, vómitos, diarrea y síntomas neurológicos como alucinaciones y entumecimiento, lo que hace indispensable extremar los controles en la pesca y el consumo de especies de arrecife.

El episodio muestra a un joven e inexperto chef tratando de preparar el fugu para que no se convierta en un platillo mortal (foto: 20th Century FOX/Captura de pantalla)

Metales pesados en peces grandes: el caso del mercurio

Además de toxinas naturales, el mercurio es un riesgo asociado al consumo de pescado, especialmente en especies grandes y grasosas. Este metal pesado funciona como una potente neurotoxina y se concentra a través de la cadena alimentaria. Especies como la caballa gigante, el pez espada y el tiburón pueden acumular niveles elevados de mercurio en sus tejidos, lo que representa un riesgo para la salud humana, sobre todo ante consumos frecuentes o en poblaciones sensibles, como niños y embarazadas.

La exposición continua al mercurio puede provocar daños neurológicos, problemas renales y alteraciones del desarrollo en niños, según han comprobado diversos estudios comentados por BBC Science Focus Magazine.

El consumo de fugu en restaurantes certificados ha sido regulado para minimizar los riesgos en Japón (Imagen Ilustrativa Infobae)

Precauciones para consumidores y recomendaciones finales

Frente a la diversidad de riesgos asociados al consumo de peces peligrosos, los especialistas consultados por BBC recomiendan elegir cuidadosamente las especies que se incorporan a la dieta y limitar la frecuencia de consumo de aquellas más propensas a acumular toxinas o metales pesados. Controlar la procedencia del pescado, respetar las advertencias sanitarias y diversificar las fuentes de proteínas marinas son medidas clave para reducir los potenciales daños.

Los peligros asociados a peces como el fugu, la salema porgy o especies de arrecife contaminadas por ciguatoxina o mercurio encierran lecciones valiosas sobre la interacción entre especies marinas y factores ambientales que, a su vez, podrían terminar salvando más de una vida.