El humo se eleva en el cielo después de unos bombardeos en la región de Dombás, Ucrania. 13 de julio de 2022. REUTERS/Gleb Garanich

El Donbás, extensa región minera e industrial ubicada en el este de Ucrania, fronteriza con Rusia, permanece en el centro de los combates desde el inicio del conflicto y constituye un asunto central en las conversaciones de paz que cuentan con la mediación de Estados Unidos.

Rusia exige la cesión total del Donbás, integrado por las regiones de Donetsk y Lugansk, donde fuerzas rusas ocupan importantes zonas sin llegar a controlar todo el territorio. Ucrania rechaza la posibilidad de ceder esta región y sostiene que las fuerzas rusas no han logrado su completo dominio, a pesar de años de intensos enfrentamientos.

El término Donbás proviene de la cuenca del río Donetsk, una área minera que supera en tamaño a Suiza y que representa aproximadamente un 9% del total del territorio ucraniano. La región se encuentra en guerra desde 2014, tras una insurrección de separatistas prorrusos respaldados por Moscú. Un censo realizado en 2001 estimó la población en seis millones de habitantes, aunque actualmente las cifras exactas son difíciles de confirmar debido al conflicto y los desplazamientos.

El Donbás es tradicionalmente una zona de habla rusa, aunque también reside una proporción significativa de población de lengua ucraniana. El Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, según sus siglas en inglés), con sede en Washington, indica que Rusia controla el 79% de la región de Donetsk y casi la totalidad de Lugansk, mientras que Ucrania señala que Moscú solo domina entre el 67% y el 69% de Donetsk.

Las fortificaciones defensivas en el Donbás constituyen otro aspecto central de la disputa. El ISW detalla que Ucrania ha trabajado desde 2014 en la construcción de un “cinturón fortificado” que abarca desde las ciudades de Sloviansk y Kramatorsk hasta Kostiantinivka y Druzhkivka. “Ucrania dedicó los últimos 11 años a invertir tiempo, dinero y esfuerzos en reforzar el cinturón fortificado”, asegura el ISW, que resalta que “las fuerzas rusas no tienen actualmente medios para rodear o penetrar rápidamente” estas defensas. El organismo apunta que a Rusia podría llevarle años superar estas líneas defensivas.

Vista aérea de un dron muestra edificios destruidos en la ciudad de Chasiv Yar, en primera línea del frente, en la región de Donetsk, Ucrania. Batallón de Propósito Especial

En Donetsk se han registrado algunas de las batallas más intensas de la guerra, como en Mariúpol, Bajmut y Avdiivka.

El Donbás cuenta con abundantes recursos, especialmente minerales como carbón, litio, uranio, titanio y tierras raras. Sin embargo, muchos de estos yacimientos permanecen sin explotar debido a la situación bélica. En mayo, Washington y Kiev firmaron un acuerdo para permitir a Estados Unidos la explotación de tierras raras y otros recursos en territorio ucraniano.

Los soldados de la 22ª brigada se entrenan para misiones de infantería, limpieza de trincheras y medicina de emergencia. Europa Press/Madeleine Kelly

Para el gobierno de Kiev, ceder el Donbás tendría consecuencias de gran alcance en su seguridad, al quedar más expuesto a una posible extensión de la invasión. Andreas Umland, analista del Centro de Estudios de Europa Oriental de Estocolmo, advirtió que esta concesión “abriría la puerta a una invasión más profunda de Ucrania en un futuro”. Según el ISW, el terreno llano de la frontera administrativa de la región presenta dificultades para levantar nuevas fortificaciones y coloca a Ucrania en una situación más vulnerable en comparación con la actual línea del frente.

Este escenario podría facilitar el avance hacia Dnipró y Járkov, dos urbes estratégicas con más de un millón de habitantes cada una. El presidente Volodímir Zelensky recalcó la importancia estratégica del Donbás afirmando que “es una cuestión de supervivencia” para el país.

(Con información de EFE)