El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró este viernes que “preferiría” no participar personalmente en una eventual cumbre con sus homólogos de Ucrania y Rusia, Volodimir Zelensky y Vladimir Putin, a pesar de haber promovido recientemente una posible reunión trilateral.
“Vamos a ver si Putin y Zelensky colaboran”, sostuvo Trump ante periodistas en Washington, subrayando las profundas diferencias entre ambos líderes: “Son como el aceite y el vinagre”. El mandatario estadounidense indicó que “preferiría que se reunieran y ver qué hacen” antes de considerar su propia asistencia a una mediación, señalando la dificultad de lograr avances dada la relación tensa entre Moscú y Kiev.
Además, Trump expresó este viernes su descontento respecto a los recientes ataques rusos a una fábrica estadounidense en Ucrania y advirtió nuevamente sobre posibles represalias económicas de gran envergadura contra Moscú.
“No estoy contento con eso, y no estoy contento con nada que tenga que ver con esa guerra”, afirmó Trump al ser consultado sobre un bombardeo ruso del jueves que destruyó prácticamente un complejo industrial de propiedad estadounidense en la ciudad de Mukachevo, en el oeste de Ucrania.
Para Trump, mantener la guerra actual entre ambos países es “muy estúpido”, pues provoca miles de víctimas cada semana. No obstante, en esta ocasión evitó responsabilizar directamente a los líderes ruso y ucraniano por la continuación del conflicto, como había hecho en declaraciones previas.
El viernes pasado, el propio Trump mantuvo una inusual cumbre con Putin en Alaska, y tres días más tarde se reunió en Washington con Zelensky, en un encuentro al que asistieron también jefes de Estado y de Gobierno de naciones miembros de la Unión Europea (UE) y la OTAN.
Por parte de Rusia, el ministro de Asuntos Exteriores Sergei Lavrov descartó este viernes que exista cualquier plan para una reunión entre Putin y Zelensky. “No hay reunión planeada”, aseguró durante una entrevista para la televisión estadounidense, días después de que Trump anunciara que había iniciado los preparativos para una cumbre en un lugar aún por definir. Según Trump, él mismo se sumaría a la reunión trilateral en una fase posterior, sin precisar detalles.
La incertidumbre acerca del compromiso ruso con las iniciativas de paz lideradas por Estados Unidos ha aumentado en los últimos días. Autoridades rusas han expresado sus reservas ante las condiciones básicas de las propuestas en curso, y Lavrov puntualizó que Moscú solo contemplaría una cumbre tras la intervención previa de altos funcionarios en la definición de una agenda. El ministro enfatizó que las posturas de ambos países siguen alejadas, lo que anticipa negociaciones prolongadas.
Las expectativas de Ucrania y sus aliados occidentales incluyen garantías de seguridad para Kiev, con el objetivo de impedir potenciales ataques rusos en el futuro. Sin embargo, Lavrov reiteró que cualquier convenio sobre seguridad para Ucrania que excluya a Rusia carecería de sentido.
La jefa de política exterior de la Unión Europea, Kaja Kallas, advirtió sobre el riesgo de que Ucrania ceda territorio a Rusia como parte de un eventual acuerdo de paz. “Las recientes conversaciones acerca de las concesiones a Putin son exactamente la trampa en la que Rusia quiere que caigamos”, señaló en una entrevista con la BBC. Kallas sostuvo que “Rusia solo está ganando tiempo” y cuestionó la sinceridad de Putin en el proceso de negociaciones, comparando la disposición del líder ruso con la postura reiterada de Trump en favor de detener el conflicto.
En paralelo, Ucrania ha intensificado los ataques contra infraestructuras estratégicas en territorio ruso, impactando refinerías y elevando los precios de la gasolina en Rusia a máximos históricos. El viernes, las fuerzas ucranianas lanzaron cohetes HIMARS y drones contra el oleoducto Druzhba, afectando la estación de bombeo de Unecha, en la región de Bryansk. El oleoducto Druzhba abastece a Hungría y Eslovaquia, los dos únicos Estados miembros de la UE que continúan recibiendo crudo ruso. Tras el ataque, el jefe de la diplomacia húngara, Péter Szijjártó, denunció un nuevo intento de dañar la seguridad energética nacional.
Lavrov precisó que la disposición de Rusia a conversar sigue supeditada a la existencia de una agenda previamente negociada, al tiempo que acusó a Zelensky de rechazar los temas propuestos desde Moscú y Washington. Según Lavrov, entre las demandas rusas figuran la no incorporación de Ucrania a la OTAN y la discusión sobre cuestiones territoriales. El ministro afirmó que Zelensky “dijo no a todo”, incluidas las propuestas relacionadas con el estatus del idioma ruso en Ucrania.
Trump había planteado un plazo hasta el 8 de agosto para que Putin aceptara terminar la guerra, amenazando con nuevas sanciones económicas en caso contrario, aunque finalmente optó por reunirse personalmente con el líder ruso. Moscú ha continuado exigiendo el reconocimiento de sus reclamaciones sobre toda la región del Donbás, la neutralidad ucraniana y la exclusión de tropas occidentales del país, mientras que Kiev rechaza ceder territorio y exige la aplicación de nuevas sanciones si no hay avances en la vía diplomática.
El presidente ucraniano Zelensky reiteró que “no hay ningún acuerdo con Rusia” y señaló que Trump es “la única persona capaz de parar a Putin”. También manifestó su disposición a organizar una reunión bilateral o trilateral para abrir un proceso de negociación, aunque denunció la falta de voluntad de Moscú para facilitar dicho encuentro.
(Con información de AFP, AP, EFE, EP y Reuters)