El Banco Central de la República Argentina (BCRA) hizo oficial este viernes que cerró julio con una posición vendida en el mercado de futuros de USD 3.812 millones para frenar el aumento del dólar –que igualmente acumuló un alza superior al 13,6% ese mes- según datos oficiales de la entidad presidida por Santiago Bausili. Esta intervención fue la más alta de los últimos tres años y superó la alcanzada en octubre de 2023.
La información surge del apartado Normas Especiales para la Divulgación de Datos (NEDD) que impulsa el Fondo Monetario Internacional (FMI). El propio organismo había consignado en su informe de la primera revisión del acuerdo cerrado en abril con Argentina que la posición había llegado a USD 5.000 millones durante julio, un incremento de USD 3.000 millones respecto del nivel que había sabido informar la autoridad monetaria el mes previo. No obstante, el dato final de julio reflejó que la última posición vendida del mes era de USD 3.812 millones, lo que representó un aumento intermensual de USD 1.902 millones, en un entorno caracterizado por volatilidad elevada y exceso de liquidez tras el fracaso en el desarme de las Letras Fiscales de Liquidez (Lefis).
El director de research de Romano Group, Salvador Vitelli, indicó que este fue el mayor nivel vendido desde agosto de 2022, inicio de la gestión de Sergio Massa como ministro de Economía en plena crisis financiera del Gobierno del Frente de Todos. El Gobierno de Javier Milei implementó en las últimas semanas medidas para intentar ordenar estos desequilibrios, y el dólar retrocedió del pico de $1.380 alcanzado a finales del mes pasado hasta los $1.335 actuales.
El economista Hernán Letcher explicó: “Desde principios de agosto, la exposición acumulada en interés abierto creció alrededor de USD 850 millones. Esto revela que, en ese lapso, las intervenciones en el mercado de futuros superaron los USD 4.000 millones, reflejando la estrategia para sostener el carry trade, limitar la volatilidad cambiaria y moderar las expectativas devaluatorias”.
De acuerdo a estimaciones publicadas por Infobae, la intervención del BCRA en futuros de dólar generó una pérdida cercana a $500.000 millones entre mayo y fines de julio. La mayor parte de esta pérdida se concentró al final del mes, coincidiendo con el ajuste más marcado en la cotización del dólar futuro, especialmente en el tipo de cambio A3500, que avanzó 13,22% en treinta días. Las pérdidas surgen porque el BCRA se posiciona como vendido en ese mercado, a precios que terminaron siendo más bajos que el nivel que alcanzó finalmente el tipo de cambio. Aunque volumen operado, la posición abierta y posiciones vendidas o compradas se miden en dólares, esas pérdidas pérdidas implican una expansión monetaria en pesos ya que los resultados de las operaciones se compensan en moneda loca.
Según los últimos datos oficiales, la posición de futuros alcanzó casi USD 2.000 millones en mayo y permaneció estable en junio. Al cierre de julio, la posición saltó a USD 3.812 millones, mientras que el FMI estimó que llegó a estar vendido en USD 5.000 millones en el mes. En la última rueda de julio, según fuentes del mercado, la entidad había optado por no renovar sus posiciones vendidas de inmediato, lo que explicaría el cierre del mes menor al hecho público por el organismo internacional.
Tras la eliminación del cepo para personas físicas, el esquema de bandas de flotación cambiaria establecido por el BCRA limita el uso de reservas internacionales para intervenir en el dólar spot, salvo que la cotización alcance el techo de la banda. Por eso, la entidad optó por la venta masiva de contratos de futuros como alternativa para controlar la inestabilidad cambiaria sin comprometer aún más sus reservas, que se mantienen por debajo de los compromisos asumidos con el FMI. La autoridad monetaria fijó un límite de USD 9.000 millones para esa herramienta, aunque el acuerdo con el Fondo no contempla un objetivo específico.
El FMI advirtió que la utilización de futuros para intervenir en el mercado “no debe reemplazar otras herramientas de política monetaria para la gestión de liquidez y tasas de interés”. Debido a que se liquidan en pesos, estas posiciones no implican un riesgo directo a las reservas, pero sí generan un elevado costo cuasi fiscal para el balance del BCRA. Cada vez que se compensan posiciones perdedoras, la autoridad monetaria emite pesos adicionales, lo que representa un riesgo para la estabilidad monetaria a mediano plazo.
El FMI subrayó la importancia de que el BCRA avance en la definición de un régimen monetario y cambiario más claro y remarcó que instrumentos como los contratos de dólar futuro solo ofrecen cobertura limitada y por un período breve.
La intervención actual muestra una profunda diferencia con la que efectuó el BCRA en el mercado de futuros durante la etapa final del segundo gobierno de Cristina Kirchner, cuando Alejandro Vanoli presidía la entidad. A fines de 2015, según un informe de Quantum, el BCRA, aunque tenía reservas netas negativas, mantenía una posición vendida en futuros equivalente a USD 17.500 millones. El impacto monetario de la compensación por la devaluación inicial del gobierno de Mauricio Macri habría superado los $90.000 millones, un valor equivalente al 14% de la base monetaria de ese entonces, aunque, tras negociaciones y regulaciones, finalmente se redujo al 7% de la base monetaria.