Trump está al mando, él decide y los demás ejecutan sus órdenes y esa diplomacia paralela del Departamento de Estados hacia Venezuela se acabó.

Durante las dos décadas de gobierno, si se le puede llamar así, de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro, ellos contaban con unos Estados Unidos donde encontraron aliados para frenar una acción integral y dividir la política en su contra. Así sobrevivieron, a pesar de haber intervenido en otros países, en muchas elecciones e incluso creando y siendo participes de una de las organizaciones criminales más poderosas del continente, El cartel de los soles.

Los ejemplos son muchos; el peor, el que se dio durante el gobierno del demócrata Joe Biden, pues Maduro y sus secuaces encontraron un gran aliado en la Casa Blanca, Juan González, con el que jugaron durante cuatro años, con ayuda, eso sí, de la multinacional petrolera Exxon. Ese aliado les ayudó a acabar con el gobierno interino e, incluso, les abrió las puertas a la financiación a cambio de absolutamente nada. Es más, sucedió algo muy grave, que debería ser investigado pues pudo haber sido un delito: se aprovecharon de la senilidad del presidente para tomar decisiones a sus espaldas, algo que el mismo Biden denunció en un momento de lucidez durante una reunión con el presidente electo de Venezuela, Edmundo González, pocas semanas antes de terminar su gobierno.

Durante el gobierno del demócrata Joe Biden, Maduro y sus secuaces encontraron un gran aliado en la Casa Blanca, Juan González, con el que jugaron durante cuatro años.

La primera administración Trump también sufrió de la falta de unidad en su política hacia Venezuela. La Casa Blanca tenía una línea dura contra Maduro, que lideraba el Consejero de Seguridad para América Latina, Mauricio Claver-Carone, pero la oposición del Departamento de Estado e, incluso, del Departamento de Defensa, le impidió a Trump tener resultados más contundentes en contra de la mafia venezolana. Maduro sobrevivió.

Eso cambió en esta administración. Trump está al mando, él decide y los demás ejecutan sus órdenes. Ya no hay esa quinta columna con la que Maduro y sus secuaces jugaron durante poco más de una década y que les facilitó su supervivencia. Incluso, al principio de este gobierno, Maduro y su mafia jugaron a lo mismo y utilizaron a Richard Grenell, un enviado de la Casa Blanca, quien operaba de manera similar a Juan González, para ganar espacios. Le dieron unos triunfos, miserables la verdad, para fortalecerlo a ojos de Trump. Pensaron, seguimos en lo mismo, les damos algo y ellos nos dan más. No les funcionó y esa diplomacia paralela a la del Departamento de Estados se acabó.

Hoy hay una sola política hacia Venezuela y hacia el criminal que la encabeza; por cierto, ya no le dicen presidente sino jefe del Cartel de los soles. Lo primero fue que subieron la recompensa por su cabeza a 50 millones de dólares, al igual que su mano derecha, Diosdado Cabello y su ministro de Defensa, Vladimir Padrino. El mensaje es claro: vamos por ellos. Es más, la verdad es que si yo fuera la esposa de Maduro, Celia (y también van por ella) no dormiría en la misma cama.

Hoy hay una sola política hacia Venezuela y hacia el criminal que la encabeza; por cierto, ya no le dicen presidente sino jefe del Cartel de los soles.

Lo segundo fue convertir El cartel de los soles, y todos sus integrantes, en una organización de crimen transnacional. El objetivo es claro, son una amenaza a la seguridad nacional, y se amplía el rango de medidas políticas, financieras, judiciales y militares que pueden ser utilizadas en su contra. Repito, doña Celia duerma mejor en otra casita bien lejos de Maduro. Las declaraciones de la Fiscal General de los Estados Unidos, Pamela Bondi, dejan claro qué opina Estados Unidos de Maduro y qué van a hacer: “Va a pagar por sus crímenes”.

Lo tercero es quizás lo que más consolida esta unidad de mando en la política de Trump hacia Maduro, y muestra para dónde va la cosa, el envío de grandes recursos navales al sur del Caribe alrededor de las costas venezolanas. Esta operación habría sido imposible de realizar en Trump 1, con Biden y ni hablar de Obama. Con George Bush todos los recursos estaban enfocados en el gran error de las guerras de Irak y Afganistan. No sé si se habrán dado cuenta pero las últimas dos veces que hemos tenidos despliegues de fuerzas similares en la región en los últimos 40 años, se dieron dos operaciones, la invasión de la isla de Grenada y la captura del líder mafioso de Panamá, Manuel Antonio Noriega.

¿Les queda claro el mensaje que Trump y Estados Unidos le manda a la mafia venezolana, a la mafia de América Latina y a algunos gobernantes de la región? NO van a seguir mirando para el otro lado mientras las mafias se apoderan de sus países, mientras las mafias hacen parte de regímenes políticos o crecen al amparo de gobiernos cómplices. Queda claro que el primer objetivo es Venezuela y Maduro, pero Lula, Sheinbaum, Petro, Arce y otros u otras deben entender el mensaje. El narcotráfico es un problema de seguridad nacional para Estados Unidos, y así lo van a tratar. Ya era hora.

¿Qué viene? No necesariamente una invasión militar a Venezuela, aunque operaciones rápidas de extracción o de neutralización de objetivos no se deben descartar.

¿Qué viene? No necesariamente una invasión militar, aunque operaciones rápidas de extracción o de neutralización de objetivos no se deben descartar. Esa presión sin salida para la mafia venezolana, e incluso para otras mafias regionales ,apenas está empezando. Estas últimas deben estar pensando que, si entregan a Maduro y a sus aliados, se puede dar una gran disminución de la presión. No se equivocan.

El mensaje principal, sin embargo, es para miles de venezolanos que tienen todo para ganar y poco para perder si los entregan; es más, ya no los tienen que sacar de Venezuela, con llevarlos a la costa, donde los recoge un helicóptero gringo, es suficiente. Hay más de uno, incluyendo Erick Prince, el líder de Blackwater, que deben estar pensando cómo hacer esa operación y ganarse esa recompensa.

Es obvio que no vamos a saber los planes que hay detrás de la movilización de semejante aparato naval, como también es obvio que los que odian a Trump nunca van a estar a favor de la política de acabar con este dictador mafioso. Ya los vemos hoy vociferando en los medios. No importa, el mensaje es claro y quien no lo entienda va a pagar las consecuencias. Los líderes europeos se dieron cuenta, y por eso acompañaron al líder de Ucrania, Vlodimir Zelensky, a su reunión en la Casa Blanca.

Hay un nuevo sheriff en la ciudad. Su primer objetivo, Nicolás Maduro,

Hay un nuevo sheriff en la ciudad. Su primer objetivo, Nicolás Maduro, pero los otros ojalá se despierten, o de pronto mejor no, para que acaben como va terminar el líder mafioso de Venezuela. La celda de Noriega está libre y disponible. Ya tiene nombre propio. Pero hay otras celdas libres también. Que bien