La idea de implementar un programa que impulse la renovación del parque automotor argentino es un tema que se está debatiendo en el sector, y que involucra tanto a los fabricantes como a los importadores. Para muchos no es necesario porque las ventas crecen, pero para otros es algo que indefectiblemente tiene que ocurrir para dar un salto de calidad y seguridad en la vía pública.
“Nosotros no tenemos ningún tipo de información, por supuesto que sería una buena noticia, pero no estamos muy seguros de si es el momento más apropiado para hacerlo. Hoy las ventas están por encima de las 55.000 automóviles particulares y comerciales livianos por mes, y si necesitan un empujón del Gobierno no es a través de ese tipo de programas, sino de continuar con la reducción de impuestos, tanto para la comercialización como para la exportación”, señaló un alto ejecutivo de la industria este lunes.
“Un plan canje siempre viene bien, pero en este momento no tiene mucho sentido, las ventas están para arriba. Esas son herramientas para momentos en los que no hay un mercado que crece sino uno que se achica”, dijo un importador consultado sobre la idea de generar un mecanismo de este tipo.
La prioridad de los fabricantes es otra
Desde la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa), comentaron que “el sector viene trabajando con el gobierno, a nivel de cadena de valor, en una agenda orientada a mejorar la competitividad en el plano industrial, de manera de fortalecer el perfil productivo exportador de la industria”.
Sin mencionar las palabras plan canje, la entidad tiene una posición tomada que parece completamente alejada de un programa de estas características.
“Entendemos que por el crecimiento que tiene el mercado –del orden del 71% acumulado en lo que va del año- y en un contexto en donde los recursos son escasos, los mismos deben orientarse para ser más competitivos a los efectos de ganar mercados de exportación y volumen en la producción”, sostuvieron ante la consulta de Infobae.
Más allá de las ventas
Sin embargo, hay distintas miradas al respecto. Como informó este medio, la iniciativa no está relacionada directamente con aumentar el volumen de ventas mensuales sino con la renovación del parque automotor, que hoy tiene una edad promedio de 14,3 años y la curva no es ascendente sino descendente.
El informe anual de la Asociación de Fábricas de Autopartes (AFAC), basado en las cifras de 2024, establece que para detener el proceso de envejecimiento, sería necesario que se vendan 1.100.000 autos 0 km por año. En 2025, la proyección que hace la industria es de 650.000, es decir poco más de la mitad de esa cifra.
El proyecto de Ley del diputado Oscar Agost Carreño, paralelamente, lleva el nombre de “Plan de renovación automotor”, y lo que propone es que el programa contemple vehículos nacionales con más de doce años y hasta treinta de antigüedad, es decir que hayan sido fabricados entre los años 1996 y 2014, la generación de un bono o descuento del 20% sobre el valor de un auto 0 km, con un límite de $6.000.000 para autos particulares, de $8.000.000 para comerciales de hasta 5.000 kg de carga y de $15.000.000 para buses y camiones.
El régimen contempla establecer un mecanismo de incentivo para los concesionarios y las terminales automotrices participantes de modo tal que por cada descuento aplicado, reciban un bono del 50% de su valor emitido por el Ministerio de Economía, utilizable para el pago de impuestos nacionales ante la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA).
Entonces, lejos de una medida aislada sólo para vender más autos, la idea de crear un programa que permita entregar un auto usado para desguace por medio de uno o varios mecanismos oficiales, incluiría generar recursos económicos por medio de la recuperación de autopartes, ya que ahora son 142 contra las anteriores 30 que se permitía en los desarmaderos habilitados.
Crear un ecosistema que permita impulsar la renovación del parque automotor sin que el Estado tenga que hacer desembolsos de dinero que necesita para sostener el equilibrio fiscal, es común a todos quienes impulsan la idea del “Plan canje”.
Federico Pieruzzini, CEO de Eximar, importador de Volvo en Argentina, dijo que “hay más de 6 millones de autos de más 15 años de antigüedad. Tenemos que hacer algo para tener autos más seguros y eficientes. Un plan canje es propicie la venta de más autos cero kilómetro se podría hacer con la participación de todas las partes involucradas y sin que le cueste plata al Gobierno. Tienen que poner un poco los fabricantes, las acerías, los importadores, las compañías de seguro, los concesionarios, los desarmaderos. Y el Estado podría vender el auto sin IVA, reduciendo el precio un 21%, y que ese IVA no lo pierda, pero sí lo pueda diferir 36 meses, por ejemplo”, explicó.
Desarmaderos y autopartistas en el medio
El rol de los desarmaderos vuelve a estar presente, ya que con la ampliación a más piezas recuperables, se gana valor en el auto usado. Sin embargo, el sector tiene una mirada algo diferente.
“No es lo mismo un auto siniestrado que uno apto para plan canje. Con algunas limitantes, los desarmaderos podrían participar en un porcentaje, los concesionarios en otro y las plantas automotrices en otro, y quizás el gobierno en alguna reducción impositiva”, dijo José Luís Álvarez, presidente de la Cámara de Recuperadores y Venta de Autopartes (CaRVA).
“Aunque el aumento de piezas no se hizo para subir el valor del auto, se hizo con dos fines: aumentar la oferta y bajar el precio de los repuestos importados nuevos y usados, y bajar el índice de robos de automotores y por consiguiente bajar el costo del seguro automotor”, destacó.
En este punto, vuelve a ser importante la opinión de la cámara que nuclea a los autopartistas, AFAC, la misma que emitió el informe sobre la antigüedad del parque automotor nacional.
Juan Cantarella, presidente de la entidad, dijo que un plan canje tendría un “doble impacto en el mercado de reposición. Por un lado aumenta la competencia de piezas usadas, y al mismo tiempo porque sacaría del mercado vehículos que consumen bastantes piezas del mercado independiente”.
El precio de los autos
Sin embargo, hay un último factor que mencionan varias fuentes consultadas. El precio de los autos nuevos es muy alto como para que quién vende un auto de entre 12 y 30 años de antigüedad pueda acceder al vehículo nuevo “con sólo un empujón de un 20% del precio. La diferencia la tiene que financiar. Y hoy, con las tasas de interés tan altas, eso se está haciendo cada vez más difícil”, comentaron.
“Los autos son caros porque siguen distorsionados por los impuestos”, volvió a mencionar Pieruzzini. “El impuesto interno en la escala 2 se redujo pero sigue dejando una brecha muy grande para que los autos de gama media suban de precio. El techo está muy alto por ese impuesto para los autos más caros. Si se eliminara la segunda escala, bajarían todos y eso empujaría el techo a la baja en todos los segmentos. A la larga, terminaría impactando en autos accesibles más baratos”, destacó.