Eduardo Sacheri (EFE)

La guerra de las Malvinas (1982) fue un antes y un después para Argentina, el último escollo de hasta seis regímenes dictatoriales que marcaron 60 años del país y un conflicto bélico que, según el autor Eduardo Sacheri, es poco reflejado en la ficción argentina, salvo excepciones como su último libro Demasiado lejos.

“En el caso de Argentina no hay ficción sobre Malvinas. Exagerando demasiado habrá una decena de novelas, es decir, falta una sociedad interrogándose desde el lado de la ficción. Ese fue un poco el motivo de que me pusiera con la novela y me preguntara: ‘¿Por qué esta incomodidad y silencio?’”, expresa.

Alguna que otra película y obra de teatro, detalla Sacheri, se han atrevido a reflejar una “cuestión cultural marcada”, como es la necesidad o no de que sucediera el desembarco de las fuerzas argentinas en el archipiélago el 2 de abril de 1982.

Sacheri relata en Demasiado lejos (Alfaguara), a través de diversas voces, el germen del desembarco y cómo soldados con una mínima preparación llegaron a las islas alentados por el deseo tanto de la sociedad como de sus gobernantes de poder recuperar este territorio.

“Al interés político por esta guerra le sumaría el interés sentimental de los argentinos. Si los militares pudieron hacer el desembarco y no retrocedieron cuando la situación diplomática lo evidenciaba, fue porque la propia población argentina casi los obligó”, desarrolla el historiador.

Sacheri relata a través de diversas voces, el germen del desembarco y cómo soldados con una mínima preparación llegaron a las islas (Candela Teicheira)

Que la sociedad argentina hubiera tomado una “actitud distante” hablaría “mejor” para el literato de la reacción de su pueblo, que en aquel entonces tenía otros problemas y necesidades mayores como “el regreso de la democracia, las violaciones de los derechos humanos o cómo superar la crisis económica”.

Cine y ficción

La obra literaria de Sacheri se retroalimenta de sus conocimientos como historiador; pero, sobre todo, de su faceta como guionista de cine, que le ha llevado a adaptar sus novelas al séptimo arte con gran éxito, llegando a recibir en 2010 el Óscar a mejor película extranjera por El secreto de sus ojos.

El acercamiento a estos momentos históricos utilizando la ficción “invita a volver a pensar en algo que probablemente hacía tiempo que no recordabas”, asevera, además de hacerlo con “mayor libertad” y “accesibilidad” para el público.

“Si yo escribo un ensayo sobre la guerra de Malvinas solo le va a interesar a los argentinos. Ahora, si escribo sobre personas comunes afectadas por el aluvión de una guerra y de un consenso generalizado y fanático, eso nos pasa a muchos todo el tiempo”, argumenta.

El corralito económico de Argentina en 2001 adaptado en La noche de la Usina (Premio Alfaguara en 2016) o el sistema judicial argentino entre las dictaduras de los 60 y 70 en La pregunta de sus ojos (2005) son algunas de los acontecimientos recogidos en la obra de Sacheri.

Además, el ritmo es otra de las técnicas que el escritor argentino más leído de Argentina emplea para dotar de mayor interés a sus historias, al igual que autores de gran renombre, como el estadounidense Stephen King, quienes han sabido utilizar esta habilidad para crear algunas de las mejores historias del cine moderno.

“El ritmo narrativo debe reflejar esa realidad ficticia(…) Me gusta pedirle a la literatura que busque los ritmos. Me gusta mucho la música clásica y siento que es armonía y ritmo. Y, a veces, en la literatura si los ritmos se traban disminuye el placer”, explica con tono pausado, así como el de sus novelas antes de que lleguen a la tormenta.

Fuente: EFE