Desde que existe la AUH, la distancia entre el salario promedio registrado que mide el RIPTE y el nivel de la AUH es la más baja de la que se tenga registro (Bloomberg) (Gustavo Gavotti)

La relación entre el índice de salarios y la Asignación Universal por Hijo (AUH) se ubicó en el nivel más bajo en quince años, según el cociente calculado a partir del Ripte y del valor mensual de la AUH. El indicador, elaborado por el economista Andrés Borenstein, compara el ingreso promedio de los trabajadores formales con el monto de la asignación.

Borenstein sabe que no está comparando variables de la misma naturaleza, pero de todas maneras lo señala como una variable interesante en términos de que la protección social que el Gobierno prometió al inicio de su gestión y comprometió en su acuerdo con el FMI se está cumpliendo con creces. Pero que cuando se sube apenas un escalón encima de los sectores sociales de menos ingresos, se ve la necesidad de una recuperación fuerte de la actividad.

La clase media baja perdió relativamente bastante contra los pobres. El índice de salarios era 23 veces una AUH en tiempos de Massa y hoy es 13 veces. El receptor de AUH debería votar a los candidatos de Javier Milei, mientras la clase media baja es la que más sufre la transición y podría buscar otras alternativas. El ausentismo de estos dos grupos puede ser clave en una elección”.

El economista Jorge Colina, presidente de IDESA, explica que la variable asistencia estatal pesa mucho en las mejoras que se vieron en los niveles de pobreza. Pero también es necesario mirar al empleo informal. “Los ingresos más relevantes de los sectores más vulnerables no vienen de planes sociales, sino del trabajo informal y el cuentapropismo. De hecho, entre las familias que perciben la AUH, el principal ingreso suele ser laboral”.

Colina agregó que los ingresos informales crecieron considerablemente desde fines de 2023, en parte porque estaban muy bajos tras el impacto de la inflación de 2022 y 2023. Se trata de ingresos muy sensibles a la dinámica de precios por la ausencia total de paritarias y regulaciones.

Colina destacó que ese crecimiento de los ingresos informales parece haberse estancado y que, por el momento, no se ve complementado por un repunte de los puestos de trabajo formales. Esto se vincula con la falta de inversión en los sectores que generan empleo formal en zonas urbanas, como industria, comercio y servicios. Señaló que las inversiones actuales en minería, petróleo y agro no se traducen en puestos formales en esos centros urbanos y que un cambio electoral no necesariamente modificará este panorama.

“Hay cierto optimismo de una disparada de la inversión que va a llegar después de una eventualmente buena elección para el oficialismo, pero el equilibrio de poder en el Congreso no va a cambiar sustancialmente. Mi opinión es que se va a necesitar más para activar la inversión y el empleo informal”, dijo el titular de Idesa.

La caída del cociente entre el salario registrado promedio y la AUH se dio en un contexto de estabilidad relativa del empleo privado tras una fase contractiva de once meses, aunque con bajas moderadas en los últimos registros disponibles. En marzo de 2025, el empleo asalariado registrado en empresas privadas descendió un 0,1% respecto de febrero, lo que significó 7.300 desvinculaciones. Abril también presentó una variación negativa de 0,2% en el nivel de empleo medido por la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL).

El informe de la Secretaría de Trabajo señaló que los sectores con mayores caídas en marzo fueron Construcción, Industria manufacturera, Agricultura y ganadería, Pesca y Minas y canteras, mientras que hoteles y restaurantes mostraron la mejor evolución. A nivel provincial, Santa Cruz, La Rioja y Salta encabezaron las bajas, mientras Formosa y San Luis registraron crecimiento.

En el primer trimestre de 2025, el empleo público, el trabajo en casas particulares, el trabajo autónomo y el monotributo social también disminuyeron. En este último caso, la reducción respondió a cambios normativos que provocaron una baja del 60% en la cantidad de trabajadores de esa categoría en un mes. Por el contrario, el monotributo común aumentó 1,7% en el mismo período.

El salario medio real del sector privado registrado cayó 1,6% en abril frente a marzo, acumulando tres meses de descenso. Sin embargo, presentó un incremento del 7,9% en comparación con abril de 2024 y se mantuvo en niveles similares a los de noviembre de 2023. La evolución desde entonces incluyó una baja de 10,7% en diciembre de 2023, una recuperación hasta enero de 2025 y una nueva fase descendente en el segundo trimestre del año.

“Desde el inicio del Gobierno de Milei la constante actualización de la AUH y la fuerte recuperación del salario informal explicaron la reducción de la pobreza. Los ingresos de deciles un poco más altos no mostraron el mismo dinamismo”, dijo a Infobae Nuria Susmel de FIEL.

La investigadora Laura Caullo, del IERAL de la Fundación Mediterránea, advirtió que hace más de una década el mercado laboral enfrenta un “techo de cristal” que limita la expansión del empleo privado registrado. Según su trabajo, el estancamiento en torno a los 6,2 millones de trabajadores formales obedece a “factores estructurales que traban la expansión del trabajo formal y condicionan las posibilidades de desarrollo”.

Caullo precisó que, desde 2012, mientras el empleo asalariado privado registrado creció apenas 3%, la informalidad aumentó 29% y el trabajo independiente 47%, consolidando formas de inserción más inestables. En la actual gestión, el empleo formal privado perdió 91.000 puestos, mientras la informalidad y el trabajo independiente crecieron 14% y 4%, respectivamente.

Este fenómeno afecta con especial intensidad a quienes se ubican cerca de la línea de pobreza por ingresos, sin llegar a percibir beneficios como la AUH. No integran los deciles más bajos, pero enfrentan empleos precarios o ingresos inestables que los dejan expuestos a la pérdida de poder adquisitivo y sin acceso a la red de asistencia.