El Tribunal Supremo de Irán confirmó la sentencia de muerte para la activista sindical y de derechos humanos Sharifeh Mohammadi, quien fue acusada de “rebelión armada contra el Estado”. Esta decisión se produjo diez meses después de que el Tribunal revocara el fallo anterior y enviara el caso a otra corte.
La noticia fue anunciada por el abogado Amir Raeisian, quien declaró al diario Shargh: “La sentencia de muerte de Sharifeh Mohammadi ha sido confirmada”.
Raeisian precisó que la Sala 39 del Tribunal Supremo, responsable de la revocación anterior en octubre, “esta vez la ha ratificado a pesar de todas las ambigüedades y objeciones pendientes”.
El abogado informó que recurrirá a nuevas instancias legales en busca de la anulación del fallo, señalando las “numerosas objeciones del caso”.
La Premio Nobel de la Paz iraní Narges Mohammadi expresó su rechazo en la red social X ante la confirmación de la condena. “Es un indicio de la naturaleza violenta, autoritaria y represiva de la República Islámica”, expresó.
Y añadió que “la ejecución es una herramienta para la supervivencia de la República Islámica y para sembrar el miedo y el terror en la sociedad”; al tiempo que instó a la comunidad internacional a “no permanecer en silencio ante este flagrante crimen”.
Sharifeh Mohammadi, de 54 años, recibió la condena a muerte del Tribunal Revolucionario de Rasht en julio de 2024 por “rebelión armada contra el Estado”. Se la acusó de pertenecer al partido separatista kurdo Komala, considerado ilegal por la República Islámica.
Además, se la señaló como integrante de un grupo de activistas sindicales en un país donde las actividades sindicales independientes están prohibidas.
De acuerdo con Amnistía Internacional, las principales acusaciones se desestimaron el año pasado por una fuente cercana a la familia de Mohammadi, que indicó que la activista “no tenía nada que ver con Komala” y que su participación sindical se limitó hasta 2011 en un sindicato local.
En octubre, el Tribunal Supremo iraní suspendió la sentencia y remitió el caso a otra sala del Tribunal Revolucionario de Rasht, que reinstauró la condena. Ahora, la misma sala del Supremo que había anulado el veredicto lo ha ratificado después de diez meses.
Mohammadi, ingeniera de diseño industrial y activista sindical, fue arrestada en diciembre de 2023 y trasladada a un centro de detención en Rasht.
Como defensora sindical y de derechos humanos, Sharifeh Mohammadi apoyó a las mujeres y criticó las detenciones durante las protestas originadas en Irán tras la muerte bajo custodia de la joven kurda Mahsa Amini en septiembre de 2022, arrestada por un supuesto uso incorrecto del velo islámico.
El fallecimiento de Amini derivó en meses de protestas en contra de la República Islámica, que fueron sofocadas mediante represión, con un saldo de aproximadamente 500 muertes, 22.000 detenciones y 10 ejecuciones.