Martín Galdeano, presidente de Ford Argentina y Sudamérica muestra su preocupación por falta de medidas que ayuden a las exportaciones de las terminales automotrices a tener reglas parejas

Las últimas semanas no fueron fáciles en la industria automotriz brasileña, y como consecuencia indirecta, tampoco para la argentina. Un pedido del gigante industrial chino BYD para que el gobierno de Lula Da Silva reduzca el arancel de importación del 20% a solo un 5%, desató una disputa dialéctica y política con los fabricantes de autos instalados en Brasil.

Tras dos semanas de acusaciones mutuas, finalmente se tomó una decisión intermedia. Se adelantará del 1 de julio de 2028 al 1 de enero de 2027 el restablecimiento del arancel del 35 % sobre kits completos y semicompletos (CKD y SKD) para vehículos eléctricos, pero se autorizó una cuota libre de impuestos de hasta USD 463 millones por los próximos seis meses para importaciones bajo esos esquemas de producción.

Lo que plantea esta situación es, una vez más, la pérdida de competitividad que atraviesa la industria automotriz regional ante el cambio geopolítico que genera la expansión de la industria asiática en general y China en particular, tanto por el marco regulatorio de Brasil y Argentina, como por el esquema industrial subsidiado con el que llegan cada vez más productos a conquistar el mercado.

“Lo que pidió BYD fue una reducción de los aranceles que tienen que pagar todo el mundo. Mi visión es que vos llegas a un lugar y te tenés que adaptar a las reglas del lugar”, comentó Martín Galdeano, presidente de Ford Sudamérica, durante el lanzamiento del Ford Mustang Dark Horse el miércoles en Brasil.

Reglas de juego equivalentes

“Mientras voz tengas reglas de juego equivalentes, la competencia para mí está buenísima. Eso desarrolla más la industria, el autopartismo, le hace bien a los consumidores. Pero lo que no está bueno es que pongan reglas de juego que no sean las mismas para todos”, dijo el ejecutivo argentino.

“Si a nosotros nos cuesta ser competitivos exportando pick-ups, te aseguro que sería casi imposible si tuviéramos que exportar autos o SUV. Las pick-ups son vehículos mucho más exportables”, explicó.

Sin embargo, la coyuntura argentina no es fácil tampoco por otras cuestiones domésticas. “Vos tenés dos negocios en paralelo: uno es vender autos en Argentina, en el que podés fabricar autos o importarlos. Ahí todos tenemos ahí las mismas reglas de juego. Los mismos aranceles de importación, los mismos impuestos”, dijo Galdeano.

“Pero en el negocio de la exportación no tenés las mismas reglas de juego. Porque yo compito con una mochila fiscal que tiene ingresos brutos, tasas municipales, impuesto a los débitos y créditos, y cuando compito contra la fábrica que hace la misma Ford Ranger en Tailandia o Sudáfrica, ellos no tienen esa mochila. Y ni hablar de competir con China, porque no solo no tienen impuestos sino que tienen incentivos, subvenciones. Estamos compitiendo con reglas de juego que no son iguales para todos. Y en esa competencia tenés que saber que quizás dejas a todos los soldados en el camino”, señaló el ejecutivo, haciendo un claro reclamo de mejores condiciones para las fábricas argentinas.

“No importa quien sea, el arco político lo tiene que entender. Nadie le va a comprar a Argentina porque es Argentina. Nos compran solo si les conviene”, enfatizó.

Las exportaciones siguen faltas de competitividad. La industria se salva por exportar mayoría de pick-ups, que tienen menos competencia exterior

El dólar y los precios

Dentro del escenario de coyuntura, los precios son la variable que más se mira del sector, acaso porque a diferencia de otras industrias, la automotriz publica sus listas de precios cada mes. En agosto, tras el salto del dólar oficial que se acercó a la banda superior en las dos semanas finales de julio, las marcas aumentaron más del doble que los meses anteriores. Pero el dólar empezó a bajar nuevamente en agosto, dejando algunas marcas con aumentos de precios muy por encima de otras.

“Los autos que no tienen sus precios de origen en dólares los aumentamos un 3%. Y fue por esa situación de la flotación del dólar que subió y ahora bajó un poco. Y lo mismo había pasado cuando salimos del cepo, que no aumentamos los autos en dos meses. Esta vez hubo un ajuste del tipo de cambio más importante, que quizás justifique que en un periodo de tiempo más prolongado haya que seguir ajustando precios. Veremos en septiembre. Si el dólar se queda dónde está, por ahí sí va a faltar precio en la industria. Pero no nos pareció que hubiera que ser tan reactivos”, dijo.

Entre otras medidas, el gobierno implementó el cupo de 50.000 autos híbridos y eléctricos anuales exentos de pagar derechos de importación del 35%, con la intención de generar que haya más oferta y eso empuje los precios de los autos más accesibles hacia la baja. Sin embargo, eso no ocurrió porque los autos del cupo tienen precios más altos que los autos más económicos del mercado local, y porque los precios de los autos en Argentina siguen marcados por una carga impositiva.

“Si nosotros siguiéramos viendo la baja de impuestos que venimos hablando tanto, los precios de los autos más accesibles deberían bajar. Pero no lo estamos viendo. Porque venimos hablando del tema hace bastante y no sucede. Lo que se hizo a nivel nacional estuvo buenísimo, pero a nivel provincial y municipal no se hizo nada. Las charlas con el Gobierno siguen y son respecto al impuesto al cheque, y eso sí podría tener impacto en precios”, recalcó el presidente de Ford Argentina.

Para Galdeano, los autos que entren por medio del cupo del Gobierno tendrían que ser competitivos con sus equivalentes con motores de gasolina. vía REUTERS

Sobre el impacto que por ahora no se tradujo en una baja de precios de los autos por presión del cupo del Gobierno, el ejecutivo tiene una mirada más objetiva.

“Creo que la idea era que la gente tenga autos electrificados, eléctricos e híbridos, con precios equivalentes con los autos de combustión. Y eso creo que es lo que está pasando y va a pasar. A los Mild-Hybrid los dejo afuera porque para mí no son electrificados. El decreto determina la cuota que te dan según dos variables: el timing para traer los vehículos y el precio de venta al público en dólares. Si vos traes un auto con un precio ridículamente alto para ganar un montón de dinero, el sistema automáticamente te va a dejar sin asignación de autos”, detalló.

Así, podría esperarse que cuando llegue el volumen más grande de vehículos, más de la mitad lo hará entre diciembre y enero, recién entonces el mercado vea si empujaron los precios para abajo o no. Pero no es un misterio para quienes crearon el programa, porque “por lo que acabo de explicar, el Gobierno ya sabe con qué precio va a tener cada auto que entró con una cuota del cupo”, dijo Galdeano.

Las altas tasas de interés preocupan a los fabricantes porque encarecen los subsidios de financiación que promueven cada mes. (Imagen ilustrativa Infobae)

Las tasas de interés complican el crédito

Pero más allá de la baja competitividad a nivel de exportaciones, Galdeano cree que hay otro tema de coyuntura preocupante: las altas tasas de interés actuales.

“Preocupa que las tasas de interés sigan altas porque nosotros estamos subsidiando con un nivel altísimo las ventas financiadas. Y eso, en el largo plazo, no es tan sostenible”, explicó.

“Antes de diciembre de 2023, el mercado tenía 30% de financiación y hoy estamos arriba del 50%. Con una tasa del 40%, esa es una inversión muy alta para las terminales. Y no sólo nos preocupa por la dinámica de las ventas sino por cómo miras proyectos de inversión, porque también necesitas financiación vos como empresa para llevarlos a cabo. Con una inflación bajando, las tasas tienen que bajar. Quizás tengamos que esperar a que pasen las elecciones y ahí se pueda normalizar todo”, finalizó.